El mundo de hoy es un cambio permanente. Sí, como lo fue siempre, pero
mucho más rápido, es necesario saber cómo manejarse a tiempo para que la ola no
nos pase por arriba.
Gestionar el cambio
Si quieres cambiar la forma en que se
comporta tu equipo, empieza por cambiar tu propia conducta. Tus acciones
moldearán en que se comportan todos.
Cambia a los
integrantes
Una de las formas más poderosas
de cambiar tu equipo es cambiar su composición. Si introduces a alguien
con una actitud nueva inculcas nueva fuerza en el grupo. Si alejas a alguien
con actitudes negativas estás enviando señales de que algunas actitudes no se
toleran.
Sé obsesivo con
mejorar
El espíritu del equipo que deberías
fomentar es de experimentación y excelencia. Esta es una paradoja esencial de
alto desempeño entre la necesidad simultánea de apuntar a la excelencia y
reconocer la importancia del error. Los equipo que no quieren cometer errores
terminan no haciendo nada importante.
Comienza con lo que
funciona y con lo que no funciona
El primer paso para para mejorar
el equipo es decidir en qué punto se encuentra. Aquí hace falta que cada uno
brinda información para ayudar a que todos vean la realidad tal como es.
Eso como punto de partida es necesario para cambiar y brindar la
base del diagnóstico de lo que se necesita.
Crear el plan para
el cambio
El equipo sentirá a la vez esperanza
y susto. El propósito común debería dar un empuje inexorable y
motivarlos para cambiar para mejor. Lo que puede motivarlos a la acción
es quitarles el miedo y que reside en las crisis, en los fracasos y en perder
ante los competidores.
No permitas acusaciones
Cada vez que te veas en la necesidad de
hacer una revisión de lo actuado cuídate de que el equipo comience con las
acusaciones a otros. El temor a ser acusado por colegas puede hacer que los
integrantes escondan los problemas y estos queden sin tratar y, por lo
tanto, se van agrandando. Para luego tener consecuencias mucho mayores.
Diseña un futuro
común
La fuente más importante de nuevas
ideas y procedimientos para mejorar el equipo es el equipo mismo.
Involucrar a sus miembros asegura que cualquier cambio no sea solo
teórico sino practicable. Hacer que el equipo genere ideas también aumenta la
propiedad de los cambios.
Concéntrate en unas
pocas áreas vitales de colaboración
Identifica las áreas de trabajo en
equipo que tienen mayor potencial para el cambio y organiza la
forma en que va a interactuar el equipo, explicando el rol de cada uno con un
escalpelo más que con un hacha. Fija una serie de mejoras graduales que se
puedan medir y evaluar por separado.
Los equipos
aprenden mejor haciendo cosas juntos
Tu equipo necesita ensayar la
metodología una y otra vez hasta que lo haga con naturalidad. La manera
más rápida de lograr que adopte una nueva manera de comportamiento
es experimentar directamente los beneficios reales del nuevo método.
La
excelencia es un hábito
Hay que entretejer las nuevas conductas en la trama del equipo reconociéndolas con recompensas y celebrando los logros colectivos. Con el tiempo y mediante repetidos ensayos y éxitos, el método compartido se convertirá en un hábito, una parte de la cultura del equipo.
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