Continuación de la entrada anterior Gestionarse a uno mismo, basada en el libro Management Challenges for the 21st Century, de Peter F. Drucker.
Cuando el trabajo era manual para la mayoría de las personas, no había necesidad de preocuparse por la carrera que se quería desarrollar en la segunda mitad de la vida porque la esperanza de vida era más corta y la vida profesional se acababa de forma natural. Sin embargo, en la economía del conocimiento, la mayoría del trabajo es intelectual y los profesionales, sobre todo los que han tenido cierto éxito o han alcanzado su cima profesional, necesitan nuevos retos cuando llegan a los cuarenta años. No sólo no están acabados sino que tienen mucho que ofrecer, a los demás y a sí mismos. Son trabajadores sumamente eficientes pero se aburren, porque ya no están aprendiendo, ni contribuyendo al nivel al que estaban acostumbrados, ni encontrando desafíos o satisfacción en el trabajo.
La gestión de uno mismo, conduce a muchas personas a iniciar esa segunda carrera en la segunda mitad de la vida, sobre todo cuando hay un recorrido de éxito. Según Drucker hay tres formas de hacerlo, y yo me he permitido adaptarlas a nuestro contexto actual, basándome en la experiencia con mis clientes:
• Empezar una segunda carrera. En otra organización o sector, e incluso cada vez más, cambiando de especialidad en búsqueda de una mayor satisfacción personal. Se cuenta con las habilidades y la experiencia, y se necesitan los desafíos, los ingresos y la pertenencia a una comunidad.
• Desarrollar una carrera paralela. Muchas personas continúan en el trabajo que han estado realizando con éxito -a tiempo parcial o completo, por cuenta propia o ajena- y crean una dedicación paralela en una organización sin ánimo de lucro.
• Emprender con ánimo de servicio. Son personas que aman su trabajo y desean darle un sentido. Buscan la forma de ofrecer sus servicios de una forma que les proporcione mayor satisfacción personal, generalmente a través de una idea emprendedora o un proyecto e aportación social.
Las personas que gestionan la segunda mitad de sus vidas profesionales son todavía una minoría. Sin embargo, los que lo hacen y contemplan la larga esperanza de vida laboral como una oportunidad para ellos mismos y para la sociedad, serán los que se convertirán en líderes y modelos.
Nadie puede esperar vivir muchos años sin sufrir algún contratiempo o pérdida en su vida o en trabajo, por eso para gestionar la segunda mitad laboral se debe empezar bastante antes de entrar en ella. Cuando llegan ese tipo de circunstancias, un segundo interés importante -que no sea simplemente un hobby- resultará clave y puede representar una gran diferencia a la hora de afrontarlo.
En la sociedad del conocimiento se espera que todo el mundo tenga éxito y, aunque esto no es posible, muchas personas consiguen una ausencia de fracaso, para lo que es fundamental contar con un área de especialidad en la que se pueda establecer una diferencia, en la que se pueda actuar como líder y ganarse el respeto de los demás.
Gestionarse a sí mismo exige que cada trabajador del conocimiento piense y se comporte como un consejero delegado, lo que plantea un gran desafío a la estructura social. Todas las sociedades existentes, hasta las más individualistas o de forma inconsciente, dan dos cosas por sentado: que las organizaciones sobreviven a los trabajadores y que la mayor parte de las personas se mueve por inercia. Sin embargo la realidad es otra. Los trabajadores del conocimiento sobreviven a las organizaciones y son móviles. La necesidad de gestionarse a uno mismo está, por tanto, creando una revolución en los asuntos humanos.