Experiencias

Rodolfo Salas: Facilitador y potenciador sobre conocimientos de liderazgo, estrategia, marketing y gestión de los negocios.

Fortalezas: Dirigir, inspirar e integrar a otros con una gran energía, Aceptar cambios de forma positiva, Desarrollar relaciones con otros, Ser más visible y Tener un alto grado de compromiso.

domingo, diciembre 11, 2022

Mi dupla creativa es un robot: cuando las buenas ideas surgen del cruce entre humanos y algoritmos

La denominada “economía de la pasión”, de la que tanto se habló en el final de la pandemia, termina 2022 con paños más fríos. 

ChatGTP, es un bot creado por OpenAI que interactúa con humanos y escribe historias; usa inteligencia artificial, como las plataformas que crean imágenes, pero con funciones de texto. Responde preguntas, cuenta chistes y hasta puede crear cuentos interactivos. Shutterstock – Shutterstock.

La historia de la publicidad argentina está llena de duplas creativas que se volvieron marcas en sí mismas: Agulla y Baccetti, Vega Olmos y Ponce, Anselmo y Wilhelm y muchas más. Fue siempre un formato habitual para complementarse, intercambiar y mejorar las ideas que iban surgiendo para las distintas campañas.

En el caso de Horacio “Chacho” Puebla, uno de los mejores creativos argentinos en la actualidad, su “dupla” tiene una particularidad: no es humana. Desde hace meses que “pinponea” y va tallando ideas con distintos programas y aplicaciones de inteligencia artificial (IA). “Me lo recomendó un amigo. Acá [en Madrid, donde vive] estábamos encerrados por una cuarentena muy estricta y me volví loco con las posibilidades que se abrían”, relata.

Junto con su mujer, la artista Pilar Franco Borrell, comenzaron a experimentar con varias aplicaciones, como Midjourney, que permite transformar en imágenes conceptos escritos. En uno de sus proyectos se imaginaron las fotos que se toman para fichar en las comisarías o cárceles a los delincuentes, pero con personas inverosímiles, como la Madre Teresa de Calcuta, el Papa, Messi, Maradona, Donald Trump o el Dalai Lama. El resultado fue inmediato e hiperrealista.

Luego, Puebla, que fue monaguillo en su infancia en Mendoza, se propuso hacer sonreír a las estatuas del catolicismo, que tradicionalmente tienen un gesto serio o sufriente. “Sonrisas para todos los que llevan siglos esperándolas. No soy escultor y la impresión 3D es muy cara, pero las novedades de inteligencia artificial de los últimos meses me permitieron generar esas imágenes con facilidad”, cuenta a LA NACION, mientras muestra una colección de fotos de santos sonriendo de oreja a oreja.

“Para mí y para mi mujer, estas aplicaciones son lo más parecido a tener un robot en la nave espacial que nos diga todo, como sucede en las películas de ciencia ficción. Poner inmediatamente en imágenes lo que se me ocurre es un recurso muy poderoso, lo más parecido a un superpoder. Yo todavía estoy anonadado”, dice Puebla, que en la actualidad lidera en Europa su agencia, Felicidad, y ganó más de 300 premios internacionales, entre ellos varios leones en el Festival de Cannes.

“Para mí y para mi mujer, estas aplicaciones son lo más parecido a tener un robot en la nave espacial que nos diga todo, como sucede en las películas de ciencia ficción. Poner inmediatamente en imágenes lo que se me ocurre es un recurso muy poderoso, lo más parecido a un superpoder. Yo todavía estoy anonadado”, dice Puebla, que en la actualidad lidera en Europa su agencia, Felicidad, y ganó más de 300 premios internacionales, entre ellos varios leones en el Festival de Cannes.

Midjourney no es el único programa que usa. También apela a Open IA, para texto, y Copy IA, para generar material para la Web, y con estos programas pelotea ideas. “No te tiran nada que sea un diez, pero sí un cinco o un seis, que con algunas iteraciones podés llevar a un siete u ocho. Y vas a lugares donde nunca hubieras ido”, explica.

“Una nueva generación de herramientas de inteligencia artificial irrumpió con todo este año. Ayudan a escribir mejor, a programar más rápido y a generar imágenes únicas a gran escala”, escribió tres semanas atrás en un ensayo Anne-Laure Le Cunff, emprendedora, fundadora de Ness Labs, exGoogle y experta en pensamiento creativo y metacognición. Su texto se tituló IA y Yo: la era de la creatividad artificial, en un juego de palabras en inglés con “AI and I”.

Campo fértil

El mapa de nuevas aplicaciones surgidas este año tiene más de 200 actores, con algunas startups que ya valen más de US$1000 millones. Hay iniciativas que tienen que ver con ampliar la creatividad lingüística, con herramientas como Lex, Rytr y Jasper, que se fundó en 2021 y recientemente anunció una ronda de inversión por US$125 millones, que llevó su valuación a US$1500 millones. En esta misma área, los asistentes virtuales en programación, como Ghostwriter y Copilot (de GitHub), vienen evolucionando extremadamente rápido. “Muy pronto tipear todo manualmente va a parecer algo muy ineficiente y del pasado”, explica Le Cunff.

La mayor cobertura mediática en los últimos meses la vienen teniendo los proyectos de “texto a imagen”, como Dall-E, Midjourney (que usa Puebla) o tantos otros (Deep Dream Generator y Stability AI). El paso siguiente ya fue mostrado por el CEO de Google, Sundar Pichai, semanas atrás, cuando exhibió un video de alta calidad generado de manera completamente artificial a partir de textos como inputs.

La palabra de moda es, sin duda, la de IA “generativa”. “Básicamente es la IA que intenta generar contenido nuevo (imágenes, texto, audio) a partir de una descripción”, cuenta Alejandro Repetto, tecnólogo y experto en diseño de futuros, quien añade: “Tiene dos patas grandes: una de procesamiento de lenguaje natural, para poder procesar la información que le das. Y, luego, enormes sets de datos de imágenes, videos, etcétera, donde reconstruye a partir de las palabras y el sentido que interpretó”.

El panorama se completa con asistentes algorítmicos para investigación científica, escribir y hasta generar música. Endel ofrece armar un entorno musical personalizado para relajarse, meditar, focalizar y dormir mejor, per ejemplo.

Expectativas para 2023

¿Dónde está puesta la gran expectativa de fin de año y 2023? Sin duda en el lanzamiento de GPT-4, un “súper modelo” de lenguaje natural que, según especulaciones, debería desplegarse antes de febrero. La versión actual, GPT3, se anunció en mayo de 2020 y fue más de 150 veces más poderosa que la versión anterior, GPT2. El CEO de Open AI, la organización que la desarrolla, Sam Altman, viene tirando pistas a cuentagotas por Twitter y hay programadores a los que desde mitad de año se les dieron versiones beta de GPT4 para probar bajo compromiso de confidencialidad. Pero algunos datos se filtraron, como la alternativa de que sea un modelo “multimodal” (que acepte además de texto, audio, imágenes y hasta videos como inputs).

¿Qué pasará con las profesiones creativas a partir de esta avalancha de novedades? Aquí hay un enorme debate entre quienes ven un futuro distópico por la desaparición de ventajas humanas (es probable que en 2023 empecemos a ver “buenos libros” surgidos de manera 100% artificial, por ejemplo) y los más optimistas, que ven una mejora en el proceso y en el resultado, como les ocurrió en el último año a Puebla y a su mujer.

Sea como sea, la denominada “economía de la pasión” de la que tanto se habló en el final de la pandemia (el empoderamiento de los artistas gracias a nuevas tecnologías, Web3 y desaparición de intermediarios), termina 2022 con paños más fríos, porque muchas de sus predicciones, como por ejemplo el gran surgimiento de una “clase media creativa”, aún no se están cumpliendo.

La herramienta WeTransfer publicó días atrás su “Reporte de Ideas 2022″, para el cual se encuestó a miles de creativos de 180 países: la mayoría tiene problemas para monetizar, un 60% sienten incertidumbre de ser reemplazados por nuevas tecnologías y se mueven en un contexto se subvaloración, bajos ingresos y burn out por tener que estar disponibles a toda hora.

Sebastián Campanario


domingo, diciembre 04, 2022

Para EE.UU., la cuestión es reducir a China, no apostar a sí mismo

Estados Unidos bloquea la tecnología de punta a China. Esto impide el total desarrollo del 5G y la profundización de la Cuarta Revolución Industrial en la República Popular.

El golpe infligido a China por EE.UU. en el desarrollo de su industria de alta tecnología basada en la digitalización completa de sus líneas de producción es enorme. A partir de la decisión del presidente Joe Biden y el Congreso de Washington de prohibir en agosto pasado las exportaciones de “chips” (semiconductores) de alta gama, así como de los bienes de capital capaces de fabricarlos, es evidente que la República Popular ha experimentado un retroceso significativo en el despliegue de la Internet 5-G, así como de “la nube” o “cloud computing”, y en el dominio de la tecnología decisiva de la Cuarta Revolución Industrial (CRI) que es la Inteligencia artificial.

Esto le ha sucedido a la segunda economía del mundo (US$18.6 billones/19% del PBI global), y la única capaz de competir con EE.UU por el dominio de las tecnologías de avanzada de la 4ta revolución industrial.

La cuestión está centrada en los “chips” ubicados entre los nanómetros (nm) 3 y 14 del proceso tecnológico, dónde la franja absolutamente decisiva del cambio tecnológico es la de los segmentos 3, 4, 5 y 7.

En este punto se encuentra, centrado en el mundo de la nanotecnología que utiliza un lenguaje infinitesimal, el núcleo del conflicto geopolítico central que enfrenta hoy a EE.UU con la República Popular.

Cada nanómetro equivale a 1/10.000ava parte del diámetro de un cabello humano, y se utiliza para medir la distancia existente entre los transistores individuales de un “chip” de alta tecnología, lo que significa que mientras menor sea la distancia que separa a estos bienes, más unidades y de mayor potencia será posible colocar en cada semiconductor o “chip” individual, todos ellos constituidos originariamente de una arena de naturaleza particular. En definitiva, la ecuación más avanzada de la tecnología del siglo XXI se reduce a uno de los objetos más elementales de la naturaleza.

“El poder es el control de la energía”, dice Ernest Jünger; y la energía fundamental de la época es la que se transmite a través de un tipo de arena particular, cuya potencia se mide en el lenguaje de la nanotecnología, de características infinitesimales: el poder se ha miniaturizado.

Sólo Corea del Sur y Taiwan producen hoy “chips” de menos de 6 nanómetros; y entre los 2 disponen de más de la mitad del mercado mundial de semiconductores, lo que implica que hoy tanto China como EE.UU .son ajenas al núcleo del poder en el mundo en su fase de producción.

Pero ocurre que EE.UU. domina todos los accesos a esta franja decisiva: el diseño, la investigación, y el testeo o experimentación.

Hay que agregar a esto que la superpotencia norteamericana tiene un virtual monopolio de la fabricación de bienes de capital de este núcleo decisivo de los “chips”.

El dominio de los equipos industriales o bienes de capital es lo que le otorga a EE.UU. la supremacía sobre China; y en este punto crucial el retraso de la República Popular frente a EE.UU. es de 10 a 15 años, un periodo muy prolongado en la época de la instantaneidad.

Lo asombroso es que en estas condiciones EE.UU. haya optado en esta contienda estratégica central de la época por priorizar el debilitamiento de China antes que apostar al pleno despliegue de sus fuerzas propias, a diferencia de lo que hizo en la Segunda Guerra Mundial, o en el transcurso de la Guerra Fría.

El arma fundamental de EE.UU. para adquirir su supremacía en el mundo ha sido la superior productividad de su economía y de su sociedad, lo que ha ocurrido en los últimos 200 años de la acumulación capitalista mundial.

Esta superior competitividad estadounidense ha surgido siempre de una combinación entre los “animal spirits” (la pasión por invertir e innovar) como rasgo esencial de la civilización estadounidense, expresión acabada del “Nuevo Mundo”, sumada a una educación de avanzada y masiva, y a una infraestructura de punta, ante todo una superior conectividad, desde el Canal de Erie a Internet.

Pero ahora la fobia anti-China se ha convertido en uno de los escasos – prácticamente el único – elemento de consenso nacional existente hoy en EE.UU.

Este es el momento de mayor ruptura y fragmentación, inclusive cultural, de la historia norteamericana desde la Guerra Civil de 1861/1865, en la que más de 500.000 norteamericanos del Norte y el Sur murieron combatiendo en el frente de batalla.

Si EE.UU. otorgará prioridad absoluta al despliegue de todo el potencial de su extraordinario genio creador, volvería a ser imbatible, como lo ha reconocido en forma reiterada la República Popular.

En esta opción se vería favorecido por el hecho de que China no pretende “vencer” o “dominar” a la primera superpotencia mundial, porque, a diferencia de lo que sucede hoy en EE.UU., su objetivo es volver a ser lo que ha sido a lo largo de sus 5.000 años de historia, el “Imperio del Medio”, sólo que ahora del siglo XXI.

El dato estratégico central de la época es que China cree en sí misma y actúa en consecuencia, mientras que EE.UU. no hace ni una cosa ni la otra.

En estos términos se plantea la disputa estratégica central entre las superpotencias del siglo XXI. No hay ningún otro aspecto en discusión.

Jorge Castro. Analista Internacional

domingo, noviembre 27, 2022

Furor Rubik: siete lecciones del cubo mágico para la economía y la innovación


Erno Rubik, creador del cubo mágico/ PictureAlliance.

En 1974 un joven arquitecto y escultor húngaro, Erno Rubik, estaba solo y aburrido en su casa. Sus padres se habían separado y su única hermana se había mudado a otra ciudad para estudiar medicina. Fue entonces que se le ocurrió la idea de crear un rompecabezas tridimensional, el “cubo mágico”, con el objetivo de enseñarle geometría a sus alumnos universitarios. Su invento tardaría unos años en llegar al mercado para convertirse, en 1980, en el juguete más vendido de la historia, con un éxito insospechado por el propio Rubik

Los datos están en la autobiografía del inventor, publicada en la Argentina este año por Backie Books para Penguin Random House, Rubik: la increíble historia del cubo que cambió nuestra manera de aprender y de jugar. Y, así como al arquitecto húngaro el dispositivo le servía para dar clases, los 43 trillones de combinaciones posibles del “cubo mágico” se pueden usar para desplegar una infinidad de ideas en el campo de la innovación y la economía.

“Por la cantidad y calidad de datos de la disciplina, es un campo único para analizar rendimiento y productividad en humanos”, dice Marcelo Rinesi, científico de datos, quien está realizando una investigación basada en las estadísticas del mundo cubero.

“Hay lecciones muy valiosas del mundo Rubik para entender procesos de innovación en la frontera del conocimiento”, agrega Guido Dipietro, programador blockchain y uno de los mejores cuberos del continente. Lo que sigue es un resumen de siete lecciones del invento húngaro para la economía y para la innovación.

Caminos alternativos. Quien tiene el récord sudamericano de 3x3 en promedio (el cubo más popular) vive en la ciudad de Santa Fe y este año empezó a estudiar Economía. Bautista Bonazzola cuenta a LA NACION que no para de encontrar paralelismos en sus dos terrenos de práctica y estudio favoritos: “Al igual que en la economía, en los cubos hay distintos caminos para llegar a una resolución. Y también hay que buscar recetas integrales, porque si no, armar una sola cara puede implicar que se desarme el resto, y lo mismo pasa con la economía”.

Mejora en la frontera. ¿Cómo seguir avanzando cuando uno ya es el mejor en lo que hace y no hay “tutoriales” o consejos de otras personas que sirvan? En 2018, Dipietro era la persona que más rápido memorizaba en el planeta un 3x3 para ejecutarlo luego a ciegas (determinaba la solución y se la guardaba en su memoria en poco más de seis segundos promedio). Para seguir mejorando se acostumbró a seguir esta secuencia: “Analizar el problema y entenderlo, simplificarlo (a uno o varios más simples), razonar una solución usando solamente el sentido común y, si todo falla, acudir a personas que tal vez hagan una parte del proceso mejor que vos”, cuenta el programador, que trabaja en CoinFabrik, una firma de soluciones de Web3.

Ruptura de paradigmas. Una de las modalidades más complejas de esta competencia es la del “desafío de la menor cantidad de movimientos”, o “FMC”, por sus siglas en inglés. Allí los cuberos tienen una hora para analizar una mezcla y anotar en una hoja la solución con la menor cantidad de movimientos posibles. Es una categoría extremadamente difícil que se revolucionó en 2018, cuando el italiano Sebastiano Tronto logró su récord de 16 movimientos usando una nueva técnica, que se conoce como “Domino Reduction”. En el Sudamericano de Brasilia, en julio, el único que la utilizó fue Dipietro y ganó el Oro por mucha diferencia con el segundo.

Humanos versus máquinas. Para Rinesi, el boom de competencias de cubos es un buen ejemplo de cómo el hecho de que una tarea se pueda automatizar completamente no la invalida ni le resta interés como hobby competitivo. Lo mismo sucede con el ajedrez: hoy el software de un celular le gana el mejor jugador del mundo y, sin embargo, nunca hubo tantos aficionados al ajedrez como en la actualidad.

Democratización. En el mundo Rubik, vale lo mismo un récord en el mundial de Corea (se hará allí en 2023) que uno en un abierto de Ciudadela o de San Lorenzo. Todos los torneos validados por la World Cube Association (WCA) certifican máximos. Leandro Martín López logró su primer récord mundial en Megaminx, este año, en un torneo con 20 participantes, un sábado a la mañana en un aula de la UTN, y lo superó la semana pasada por casi un segundo de diferencia en el “Buenos Aires Cubea”. Este campo de juego parejo y la disponibilidad de una enorme masa de datos transparentes y validados convencieron a Rinesi de que se trata de una avenida ideal para estudiar rendimientos de personas. “Es un gran ejemplo de actividad cognitiva postinteligencia artificial, globalizado, que funciona para clarificar y medir formas de inversión cognitiva y, además, es un gran disparador para pensar sobre diferentes categorías de innovación”, marca Rinesi.

Sorpresas en matemática. Por su versatilidad y sus combinaciones casi infinitas, el cubo se presta, según el director de la carrera de Ciencia de Datos de la UBA, Pablo Groisman, para ensayar preguntas y respuestas en matemática. “Podemos explorar cuestiones vinculadas al azar, a la teoría de grupos y a otras áreas de la matemática”, plantea Groisman, que en diciembre publica su libro de divulgación Te regalo un teorema (TantaAgua).

Gimnasio cognitivo. Los juegos de mesa y los de ingenio como el cubo Rubik son una muy buena estrategia para mantener el cerebro en forma a medida que uno suma años, explica el experto en geronto-psiquiatría Julián Bustin, de Ineco y de la Universidad Favaloro. La clave está en ir probando cosas distintas todo el tiempo.

Este año fue explosivo para la comunidad Rubik en la Argentina. El fin de semana pasado se organizó en Buenos Aires el torneo más grande de la historia local, “Buenos Aires Cubea”, con más de 120 inscriptos, y el 9 de diciembre habrá una competencia en Cariló. Los cupos para estas instancias se agotan online en minutos y las tiendas importadoras de cubos, como Speedcubingar u Octocubos, nunca vendieron tantas unidades a nuevos ingresantes.

El cenit fue el Sudamericano de Brasilia, en julio, donde 13 argentinos compitieron contra más de 200 brasileños y arrasaron en todas las categorías. Hubo argentinos en todos los podios y se ganaron 10 de los 17 oros en juego, con 7 campeones continentales: los ya mencionados Dipietro, Bonazzola y López y, además, Theo Goluboff (trajo 7 medallas), Manuel Gutman (campeón mundial en resolución a ciegas), Federico Da Fonseca y Gael Lapeyre.

Nada de esto figuraba en los cálculos iniciales de Erno Rubik, que tardó tres años en convencer a un fabricante de avanzar con su idea, porque todos los que eran consultados le decían que era un dispositivo demasiado difícil, condenado al fracaso. Casi 50 años después, con millones de unidades vendidas en todo el mundo y una comunidad de “speedcubers” creciente, el “cubo mágico” sigue siendo una caja de sorpresas.

Sebastián Campanario                                                                                                                                               

jueves, noviembre 24, 2022

Cómo Ayudar a Cambiar la Forma de Pensar: EL MÉTODO SCHEREZADE

                                                                          


Manfred Kets de Vries en INSEAD Knowledge del pasado 11 de noviembre plantea que cambiar la forma de pensar de alguien es complicado. Con frecuencia nos encontramos ante situaciones en las que se requiere que influyamos en los demás para animarles a cambiar. Pero, alterar el comportamiento o la forma de pensar de otras personas puede ser extremadamente difícil, por lo que de Vries sugiere emplear el método que llama de Scherezade, en recuerdo a la protagonista de “Las mil y una noches” y su estrategia para evitar morir decapitada por orden del rey, para ayudar a las personas a identificar las barreras y obstáculos que les impiden vivir vidas satisfactorias.

Este método consta de siete pasos:

1.- No imponer nuestra forma de pensar

Debemos resistir la tentación de directamente decir a la persona el camino que debe tomar. Los consejos directos pueden producir efectos indeseados como la retirada o resistencia del receptor de los mismos.

2.- Mostrar empatía y ayudar a analizar los sentimientos ambivalentes

Tenemos que procurar escuchar cuidadosamente lo que la persona dice e intentar contemplar las cosas desde su punto de vista. Al entender la fuente de sus preocupaciones e inseguridades podemos ayudar a la persona a enfrentarse a ellas y superarlas.

3.- Plantar la semilla de una duda

Buscar, encontrar y mostrar ejemplos relevantes que ayuden a que la persona dude y reconsidere sus valore su comportamiento.

4.- Comunicar cuáles pueden ser las consecuencias

Observar el comportamiento de la persona con la que estamos tratando y demostrarle que existe una relación clara entre sus acciones y las consecuencias.

5.- Aprovechar el poder del “judo psicológico”

Éste consiste en moverse con y no contra cualquier cosa que tenga que hacerse para romper las defensas de la otra persona e influir en el resultado. Cuando un judoca desestabiliza a su oponente tiene la oportunidad de influir en el movimiento siguiente.

Por tanto, hay que evitar mostrarnos argumentativos y procurar trata a la persona de forma suave y aparentemente discreta.

El “judo psicológico” puede ser una manera efectiva de suavemente alentar a las personas, sea para que compartan su opinión, ver una nueva perspectiva o seguir un camino diferente.

6.- Dar autonomía y apoyar su transformación

Animar a la persona a explorar sus propias ideas y ayudarle a identificar comportamientos y perspectivas alternativas. Una vez ha seleccionado la forma en que quiere cambiar apoyarle para crear un plan de acción.

7.- Guiar pero no forzar el cambio

De forma muy respetuosa ayudar a la persona a que baraje las distintas opciones y confiar en su habilidad para gestionar cualquier cambio por sí misma.

Aunque no pretendamos cambiar a alguien, podemos animarle a que examine de forma profunda sus valores, prioridades, intereses, sentimientos, estados de ánimo, deseos, sueños, miedos y recelos.

Isabel Carrasco

martes, noviembre 22, 2022

Las estrategias de las marcas para entrar en la ‘era de la conversación’

 

Las redes sociales cambiaron de manera radical la comunicación. Hoy las marcas tienen que estar dispuestas a escuchar todo lo que los clientes tienen para decir sobre ellas públicamente.

En este contexto, para detectar oportunidades, las empresas se ven obligadas estar cada vez más cerca de sus consumidores y conversar con ellos, a través de nuevas estrategias y canales. 

El metaverso, el gaming, los podcasts y la presencia en redes sociales, entre otras herramientas, forman parte de las opciones para llegar a los consumidores en plan de diálogo. Pero, ¿cómo hacerlo de manera eficiente? Esta temática fue el eje de la charla “La era de la conversación”, organizada por Clarín como parte del ciclo “El mundo que viene”.

Natalia Carcavallo, fundadora de la plataforma de podcast Wetoker, César Vidal Scasso, cofundador de CryptoCity, Carolina Chapotot, gerenta de Marketing de Aeropuertos Argentina 2000, y Catalina Hernández Saint Jean, directora de la consultora Digimind para LATAM debatieron sobre los desafíos y alcances de esta tendencia.

El encuentro fue conducido por los periodistas Daniel Fernández Canedo y Silvia Naishtat, editor jefe y editora de Economía de Clarín, respectivamente. El ciclo cuenta con el apoyo principal de OSDE, Telecom y DESA, además del sponsoreo de Afarte, y el apoyo de Aeropuertos Argentina 2000.

Contactos cercanos

Según un estudio de Twilio las compañías necesitan lograr un contacto más cercano con los clientes para generar una mejor experiencia de compromiso. Ya no es posible pensar en un esquema de comunicación unidireccional.

“La gente es interpelada por un mensaje y lo resignifica, lo conversa, lo habla con los demás y es influenciada por quienes tiene alrededor”, describió Hernández Saint Jean.

Por lo tanto, “la marca y el consumidor no están solos: hay muchos intermediarios en esa comunicación y se abre un espacio que es el de la escucha y la investigación sobre el cliente y por qué hace ciertas elecciones”, agregó.

“Las marcas tenemos que entender qué es lo que le pasa a nuestros clientes y también empezar a dialogar para contar historias”, aseguró Chapotot. “Desde AA2000 el foco lo pusimos en entender qué siente el cliente cuando pisa uno de los 33 aeropuertos y transformar esa experiencia en una parte feliz del momento del viaje”.

Para eso, contó, van a incorporar “un asistente virtual que ayude en lo que es el paso por el aeropuerto, para que acompañe al pasajero y nos permita tener conversaciones hiperpersonalizadas. Cuanto más conversemos, más vamos a aprender para dar una mejor solución a cada persona en base a lo que necesite”, describe.

Así como esta herramienta, la realización de videos en vivo en las plataformas, la hiper-personalización en los correos electrónicos, la mensajería empresarial adaptada al cliente y las mejoras en la inteligencia artificial de voz son algunas de las tendencias que apuntan a producir cercanía con el cliente.

También es clave tener presencia en redes sociales. Un informe de Hootsuite y We Are Social muestra que un 81% de los usuarios siguen a las marcas en alguna red social, y un 27% de los encuestados considera que una marca con un perfil activo en las redes genera mucha más confianza.

Según un informe de la agencia Online Zebra, en 2023 se profundizará en la innovación y habrá una continuidad de la transformación digital. Del informe se desprende que los influencers seguirán siendo importantes para las marcas, ya que son un nexo con potenciales clientes.

También habrá un incremento en el video marketing, la generación de podcasts, el gaming y el streaming. Además, se pronostica un auge del metaverso. La experiencia en una realidad paralela aparece como opción para fidelizar consumidores.

Para Vidal Scasso, cuando se habla de videojuegos es importante tener en cuenta dos números: hay 3.000 millones de personas que juegan videojuegos y es una industria que mueve 200 mil millones de dólares al año. “No se trata de un nicho para chicos y jóvenes. Tuvo un crecimiento exponencial en los últimos 20 años y las empresas no se pueden perder eso”, señala.

Carcavallo aseguró que un podcast “es una oportunidad para las personas que tienen algo que decir, para las empresas, las organizaciones y el periodismo. Y especialmente para las audiencias. La audiencia no es pasiva, puede elegir qué escuchar, a quién y cómo”, detalla.

Por ahora, las marcas “recién están llegando” a este formato. Lo que ven es “una posibilidad para generar un contenido relevante o asociarse con valores que a la empresa le gusta apoyar o difundir”, asegura.

Consumidores “detectives”

En esta era de la conversación, los consumidores son “detectives de contradicciones”, asegura Hernández Saint Jean. “No le perdonan a la marca que no sea coherente con su historia, ni que no tenga lógica”. 

Una forma de entender qué pasa con los clientes es investigar a través del “social listening”. “Lo que se hace es escuchar lo que la gente dice espontáneamente en redes sociales. A diferencia de una encuesta o un focus group, no hay una pregunta, no hay un incentivo. Así, se puede reconstruir la escena de consumo y entenderlo un poco mejor”, explica Hernández Saint Jean.

“Las redes sociales cambiaron las reglas del juego. Nos permiten manifestarnos masivamente de forma directa y hasta a veces de forma anónima”, “, coincide Chapotot. Por eso, para las marcas, se trata de “entender, escuchar y hacer algo al respecto”.

Aún más: “la clave está en la personalización. No cerrarse en esos planes de marketing donde solo se mira para adentro. Hay que cambiar la idea tradicional de que las cosas salen de adentro hacia afuera y empezar a captar un poco más lo que pasa afuera para involucrarlo en los planes”, enfatiza.

Mundos virtuales

Los desarrollos de metaversos y mundos virtuales híbridos, que proponen nuevos tipos de interactividad e inmersión, también están empezando a ser usados por las empresas.

Una encuesta de Globant entre profesionales de tecnología reveló que el 24% aumentó su interés en una marca debido a una experiencia con metaverso.

Sin embargo, el metaverso es algo novedoso aún entre los profesionales que lo manejan. El mismo estudio indicó que sólo un 36% entiende claramente lo que significa, mientras que un 54% lo entiende parcialmente y un 10% no comprende su funcionamiento. Finalmente, un 73% considera que el metaverso es accesible y servirá para generar nuevos diálogos con los clientes.

Según Vidal Scasso, su desarrollo depende de que Meta (ex Facebook) logre volverlo rentable. “La pregunta es cuánta gente va a querer estar vinculado en ese entorno. Aunque ya vivimos bastante en el metaverso, por ahora a través de las pantallas planas. El próximo nivel de inmersión es la realidad virtual, y se habla de un nivel más, que incluye la conciencia”.

Fuente: diariolarepublica ar/

domingo, noviembre 20, 2022

De los Hermanos Ábalos a Google Earth: los mil cruces de las políticas públicas con big data

El uso de datos se extiende a diferentes áreas, incluyendo la gestión estatal. / shutterstock - Shutterstock

“Buenos Aires, tierra hermosa, Nueva York, grandioso pago, casas más, casas menos, igualito a mi Santiago”, cantaban los entrañables Hermanos Ábalos, tal vez añorando su tierra natal desde la ventana de uno de los aviones que los llevaron de gira tras la explosión del folklore, a mitad del siglo pasado.

Sesenta años después y desde la pantalla de su computadora, Eugenia Giraudy posiblemente disienta, toda vez que las detalladas imágenes satelitales a las que tiene acceso le permiten distinguir, con detalle pasmoso, si por una imagen de una superficie de 30 metros de lado pasa un caño o un edificio o si, como en estudios similares, se trata de los techos prolijos de un coqueto country o de los más anárquicos de un barrio marginal; en Bolivia, en las afueras de Madrid, en el desierto del Sahara y, obviamente, en Santiago del Estero. Imágenes que, apropiadamente usadas, permiten monitorear cuestiones humanitarias delicadísimas, como el acceso al agua y como lo implementa el proyecto “Data for Good”, de Facebook, en el que trabaja Giraudy.

Píxeles, clics, bosques aleatorios, falsos positivos, time dynamic warping (deformación dinámica del tiempo), matrices de similitud son términos que cualquier lego asocia a la jerga densa de la tecnología de frontera o a la medicina de avanzada. Así, un incauto que por error se asomó a la conferencia Big Data y Política Pública, organizada por la UdeSA hace pocos días, casi se queda helado de escuchar estas palabras mezcladas con la terminología clásica de la política pública, como inflación, fake news, pobreza, violencia infantil o polarización del electorado. La imagen de la empleada pública de Antonio Gasalla (esa qué gritaba ¡atrás! ¡atrás!) contrasta con el creciente uso de algoritmos y métodos digitales en el análisis del Estado y la política social.

El sociólogo Germán Rosati es un claro representante de esta generación de “científicos sociales 2.0″ y coordina la Diplomatura en Ciencias Sociales Computacionales y Humanidades Digitales de la Universidad Nacional de San Martín. En la conferencia organizada por UdeSA, Rosati presentó resultados de una investigación en la cual, sobre la base del análisis de imágenes satelitales, estudió la dinámica del uso del suelo en la Argentina, algo que permite medir, entre otras cosas, el preocupante problema de la deforestación, con precisión similar a la de métodos tradicionales y disponibilidad casi instantánea.

Una característica saliente de este “ecosistema” de nuevos científicos sociales es que resulta imposible encasillarlos sobre la base de las carreras universitarias que estudiaron. Rosati es sociólogo de formación, pero en sus formas opera como un profesional de la computación o la estadística, y sus temas de interés lo acercan a la agronomía o la geografía.

En esa línea, Ernesto Calvo, el prestigioso científico social argentino, actualmente en la Universidad de Maryland y que también expuso en la conferencia, tiene diploma de grado en ciencia política, pero en sus investigaciones sobre la dinámica de twitter usa métodos computacionales de frontera y técnicas de “análisis de supervivencia” idénticas a las que apela la medicina.

Eugenia Mitchelstein también tiene formación en ciencia política, pero en sus estudios sobre el impacto de las fake news apela a la lógica experimental que usaría un agrónomo para probar la efectividad de un fertilizante. La caracterización de la actividad de las personas por su título universitario parece ser una práctica muy de “siglo XX”, donde qué es lo que alguien hace y, fundamentalmente, cómo lo hace, provee una descripción mucho más fidedigna de sus tareas y habilidades.

¿Es la inteligencia artificial el fin de la ciencia social tradicional? ¿Big data reemplazará a las encuestas? En el ámbito de la política social, ¿lo cuantitativo se devorará a lo cualitativo? Los trabajos presentados en esta conferencia de frontera sugieren, contraintuitivamente, que no. Si hubo un elemento común a las exposiciones es la presencia de algún tipo de encuesta estructurada, o entrevista cualitativa, que sirve como “piedra de Roseta”, para tantear que los resultados surgidos de un algoritmo aplicado a datos masivos dan resultados similares a los de una encuesta pequeña y bien implementada. La economista Victoria Anauati discutió métodos recientes para medir la pobreza sobre la base de la intensidad del uso de teléfonos celulares.

La forma de “entrenar” a estos algoritmos es apelar a una encuesta en la cual se observa tanto el bienestar personal como la intensidad del uso de celulares. Estas pequeñas encuestas funcionan como un “laboratorio” para probar la eficacia de los métodos e implementarlos.

En línea similar, el profesor de la Universidad de Harvard Alberto Cavallo, reconocido experto en la medición de precios usando datos online, contó que el proceso de validación de sus métodos computacionales demanda un largo período de interacción con usuarios y actores de la política, que a su vez retroalimenta la construcción de nuevos algoritmos. 

El enfoque estadístico-experimental presentado por Mitchelstein para el estudio de fake news es complementado por detalladas entrevistas cualitativas, que aportan información valiosa para chequear o cuestionar los resultados cuantitativos. Lo mismo ocurrió con el trabajo presentado por Victoria Ubiña, referido a la detención temprana de violencia infantil, en el cual, además de apelar a los más recientes métodos de machine learning tuvo que interactuar tanto con las familias afectadas como con los funcionarios de las oficinas públicas qué gestionan está delicada cuestión. Otro tema que atraviesa la adopción de tecnologías digitales en el ámbito de lo público es que este tiene a menudo objetivos múltiples y, de manera esperada, contradictorios. La lentitud en la adopción de métodos de frontera no obedece a los costados negativos de la burocracia, sino a una cautela propia de la complejidad en la cual opera el entramado de la política pública. Como ejemplo, la comparabilidad (temporal y regional) y la transparencia en la medición de la pobreza demandan métodos claros y estables, para que las comparaciones sean de “manzanas con manzanas”, lo cual se da de patadas con la esencia de la inteligencia artificial o el machine learning que, en pos de la eficiencia y el aprendizaje adaptativo, suele llevar a que las mejoras sucesivas de un modelo tornen a sus resultados incomparables con los del pasado o con los de otras regiones. No se trata de adoptar una visión ludita (la de los que rompían las máquinas de la revolución industrial) de la tecnología en el Estado, sino de entender que, en lo público, la eficiencia es un valor tan deseable como la transparencia o la comparabilidad.

“Tu sombra de mistol he’i buscar” cantaban los Ábalos en Nostalgias Santiagueñas, posiblemente a caballo y no en Google Earth, donde, para bien y para mal, estarían al alcance de cualquier algoritmo que no añoraría nada que no sea obedecer a quien lo programó.

Walter Sosa Escudero

lunes, noviembre 14, 2022

Elefantes y cisnes negros: ideas que interpelan a una nueva era

Dos libros, uno de Diego Golombek y otro de Guadalupe Nogués, invitan a profundizar desde diferentes ángulos la temática de la creatividad, cuyo motor es la curiosidad; qué caminos recorren ambas obras y qué “recetarios” proponen.


Shutterstock

Cuando en la NASA, la agencia espacial de los Estados Unidos, tuvieron que elegir los nombres para los dos robots que realizarían diferentes estudios sobre la superficie de Marte, las opciones ganadoras fueron las de “Curiosidad” y “Perseverancia” (“Curiosity” y “Perseverance”). La elección no fue casual: se trata de dos habilidades claves en esta nueva era, de protagonismo creciente en un mundo que cambia cada vez más rápido y en el que también crece la complejidad. Dos libros de no ficción lanzados en la Argentina el 1° de este mes atacan desde distintos ángulos el universo temático de la creatividad (cuyo motor es la curiosidad) y el de la complejidad. La Ciencia de las (buenas) ideas (Siglo XXl), de Diego Golombek, y Entender un elefante (Debate), de Guadalupe Nogués tienen varios puntos de contacto (además de la tapa color crema en ambos casos). Son ensayos muy bien escritos por autores y divulgadores que vienen de la biología, alternan historias clásicas con referencias pop y sugieren, al final, una hoja de ruta con consejos y estrategias a futuro. Ambos, sin saberlo de antemano, dialogan en algunas partes entre sí, con la curiosidad y la persistencia, como los rovers marcianos, como música de fondo.

Hay pensadores con buenas ideas y frases tanto para la creatividad como para los sistemas complejos. Como el ex campeón mundial de ajedrez Gary Kasparov, quien suele repetir que “para ser bueno en algo hay que conocer bien las reglas, pero para ser excelente hay que saber romperlas”. Y también, cita Nogués, sostiene: “Nadie puede predecir con exactitud lo que va a pasar. La tarea es prepararnos meticulosamente para lograr el mejor resultado posible si ocurre lo peor”. Iterar, fracasar barato, probar una y otra vez están tanto en el recetario de Nogués como en el de Golombek.

“Las ideas nos acompañan desde que somos humanos y, sin duda, desde mucho antes en términos evolutivos”, plantea Golombek en el inicio de su libro. “Claro que los Homo Sapiens hemos llevado esta capacidad ideística hasta extremos poco conocidos en la naturaleza, a través del arte, la invención de la tecnología o el perfeccionamiento del lenguaje”, agrega.

El terreno de la creatividad como campo de estudio es relativamente moderno: comienza a desplegarse a mediados del siglo pasado con las primeras revistas académicas (que llegaron desde la psicología y, más adelante, desde las neurociencias). Por esa época nació en los Estados Unidos el Instituto de Personalidad de Investigación Social (IPAR, por sus siglas en inglés), dedicado a entender qué distingue a las personas creativas del resto. Joy Paul Guifford se preguntaba por entonces si la creatividad y la inteligencia van de la mano (respuesta: no hay correlación muy alta) y el escritor y divulgador Isaac Asimov escribía un ensayo pionero (y poco conocido) titulado: Cómo la gente tiene buenas ideas.

Siete décadas más tarde, la creatividad explotó como nodo de interés y ya tiene más de 400 definiciones. Golombek, profesor en la Universidad de Quilmes y en la Udesa y experto en cronobiología (el estudio de los ritmos y relojes biológicos) recorre en su libro lo que se sabe hasta ahora sobre creatividad y neurociencias, con varios mitos asociados, como el de la diferencia entre el hemisferio derecho y el izquierdo del cerebro en términos de generación de ideas, algo que se demostró que es falso. Hay capítulos dedicados a la vinculación entre alucinógenos e ideas, a las vidas de grandes “héroes creativos” y a la relación con desafíos de salud mental. Como todo buen libro de no ficción, hay un apartado voluminoso con “recetas” accionables para ganar creatividad. Aburrirse, beber (con moderación), darse baños de agua caliente o rodearse de determinados colores (el azul es el más amigo de la creatividad) aparecen entre los consejos. En este recetario se incluye, por ejemplo, un “Bizcochuelo John Cleese en 5 pasos” (uno de los protagonistas del grupo de humor inglés Monty Python) o una “ensalada de Steven Johnson” (el mayor divulgador de este campo en los Estados Unidos). Además de una sugerencia de un pionero en este tema (de la ficción), Don Draper, de la serie Mad Men: “Solo piensa en eso profundamente, luego olvídalo, y una idea te saltará a la cara”.

Cuenta una vieja historia que un grupo de ciegos, encerrados en una habitación con un elefante, tuvieron que descubrir qué tenían enfrente con el sentido del tacto. El primero tocó la trompa y pensó que se trataba de una serpiente gorda. El segundo palpó una oreja y pensó que un elefante era similar a un abanico. El tercero exploró una pata y concluyó que el animal era similar a un tronco de un árbol.

La dificultad con los problemas complejos o los “problemas salvajes”, como los llama Guadalupe Nogués en su libro Entender un elefante, no es muy distinta a la de la historia del párrafo anterior. “Una célula es un sistema complejo formado por átomos y moléculas. Un elefante es un todo que va más allá de la suma de sus partes. Nuestro mundo es un sistema complejo, y cada vez más, porque está interconectado como nunca antes. En la actualidad, tanto los problemas como sus soluciones viajan con rapidez: una sequía, una epidemia, una crisis en un lugar pueden compensarse con medicamentos o alimentos producidos del otro lado del planeta”, plantea Nogués, también doctora en Ciencias Biológicas y autora, en 2018, del libro Pensar con otros.

Aunque el gran divulgador de esta agenda a nivel global, Nassim Taleb, popularizó el término de “cisne negro” (eventos de bajísima probabilidad de ocurrencia y de alto impacto) en su libro homónimo, el concepto fue utilizado por primera vez –se cree– en el siglo ll por el poeta latino Juvenal, para referirse a algo que “no existe ni puede existir”. En Europa, en África y en Asia –el mundo conocido por los romanos– todos los cisnes eran blancos. Cuando en el siglo XVIII los holandeses llegaron a Australia y se encontraron con cisnes negros, se llevaron una sorpresa al ver algo intrínsecamente imposible.

Y, sin embargo, los cisnes negros existen y ocurren, en el sentido literal y en el de lo que representan. Se identificó mucho a ese fenómeno en 2020 con la pandemia del Covid, pero para Nogués no lo fue, por la cantidad de alertas previas que hubo. Más bien, la sorpresa y lo poco preparados que nos agarró tuvieron que ver con otras cuestiones, como el “sesgo de omisión”, que establece que se penaliza a quienes toman decisiones con una mala consecuencia, pero no a quienes no toman decisiones con secuelas gravosas. Pero nada se debió a una “improbabilidad” impensada.

En Para entender… hay referencias clásicas y otras más actuales de la cultura pop. En un diálogo de la película animada Los Increíbles, el personaje de Edna Mode dice: “¡Ve!¡Enfrenta el problema!¡Pelea!¡Gana! Y llámame cuando vuelvas, cariño. Adoro tus visitas”.

Sebastián Campanario     

jueves, noviembre 10, 2022

Navegando por el Nuevo Mundo del Trabajo

Rachel Eva Lim en INSEAD Knowledge del pasado 1 de noviembre plantea que las organizaciones en necesitan centrarse construir un entorno inclusivo y una cultura de confianza para superar los retos del trabajo híbrido o en remoto. Al irse superando la pandemia el trabajo completamente en remoto se va a ir convirtiendo en algo del pasado.  Al ir abandonando las normas impuestas por la pandemia surgen una serie de preguntas sobre cómo será el trabajo en el futuro. Entre ellas:

a).- ¿Una posible recesión inminente puede forzar a los empleados a volver al trabajo de presencia física exclusivamente?

b).- ¿Daña trabajar desde casa la productividad individual y organizacional?

c).- ¿Cómo cambiarán las relaciones entre empleadores y empleados al ir hacia una nueva era en relación a cuándo y dónde se realiza el trabajo?

Henrik Bresman y MarkMortensen han encuestado a cientos de directivos en América, Europa, Asia y Oriente Medio para conocer las opiniones de éstos y han encontrado que la mayoría se sienten relativamente optimistas por el efecto del trabajo en remoto sobre el equilibrio en la vida personal – laboral. Pero existen diferencias de opiniones en relación con su impacto sobre la productividad, estando más preocupados los líderes americanos y asiáticos por el posible efecto negativo del trabajo desde casa. En los directivos asiáticos este temor se traduce en una mayor motivación para que los empleados vuelvan a sus oficinas, lo cual no ocurre en el caso de los americanos.

Mortensen destaca que las palabras trabajo híbrido no describen bien a los trabajadores que dividen su tiempo entre su domicilio y la oficina. Las personas interpretan que es algo puramente físico, pero existen diversos factores en juego. La localización física es uno, pero también lo es la temporalidad: ¿Cuántas horas de trabajo?, ¿En qué horas? O ¿Existe autonomía para decidir qué horas trabajar? o los tipos de contratos de trabajo.

El trabajo híbrido y en remoto ha introducido una serie de cambios como la menor definición entre los límites personales y profesionales. Cosas que se podían guardar en casa ahora tienen que ser tenidas en consideración.

En relación con la productividad hay que tener en cuenta que los factores pueden influir de forma diferente en la individual y colectiva, como por ejemplo en el caso de que un empleado puede ser cinco veces más productivo en sus tareas individuales en su domicilio, pero puede tener un efecto negativo sobre sus compañeros por no poder dialogar con o aprender de él en la oficina.

Mortensen plantea, también, que pueden surgir otros aspectos relacionados con la confianza organizacional cuando los directivos y los empleados no trabajan en el mismo espacio físico, por lo que se deben centrar en construir una cultura de confianza y responsabilidad mutua, más que en desarrollar tecnologías de monitorización de los empleados. Bresman, por su parte, opina que la vigilancia a distancia no solo conduce al cinismo, sino que hay profesionales que la agradecen porque están trabajando duro y quieren que se sepa.

No se debe creer que el trabajo en remoto es preferible para cierto tipo de personalidades como los introvertidos ya que puede que encuentren complicado tener que asistir a reuniones virtuales en las que tienen que prestar atención a los rostros de todos los participantes al mismo tiempo en lugar de las conversaciones persona a persona presenciales.

Los problemas derivados del lugar de trabajo pueden solucionarse, por ejemplo, rotando el momento de las reuniones cuando los equipos trabajan en zonas con distintos horarios, teniendo en cuenta que las reuniones o llamadas a altas horas de la noche tienen implicaciones distintas si se trabaja desde la oficina o desde el domicilio. Es importante, pues, que los directivos sintonicen con las necesidades especiales de los miembros de sus equipos.

Bresman opina, también, que las organizaciones al continuar trabajando en híbrido necesitarán esmerar sus esfuerzos para proteger el bienestar de sus empleados y para crear un clima que permita tomar riesgos interpersonales, ofrecer espacio para mantener conversaciones sinceras y vulnerables y facilitar un entorno psicológicamente seguro. Los directivos deben ser un ejemplo de estos comportamientos y mantenerse vigilantes para detectar infracciones, por ejemplo, dedicando tiempo a ver quién está comprometido y quién no lo está, quién está sentado sin estar conectado y quién abandona una reunión, y hablar con los interesados.

Isabel Carrasco


lunes, noviembre 07, 2022

Empleos amigables con la edad: los debates que adelanta la Revolución Senior

 

Carlos III llegó al lugar que hoy ocupa a sus 73 años

Si es cierto que la “comedia es igual a tragedia más tiempo”, como dicen los humoristas, en la era de las redes sociales ese lapso se acorta al mínimo. Con el fallecimiento de la reina Isabel de Inglaterra, los memes y chistes aparecieron casi de inmediato. Uno de los mensajes sarcásticos celebraba como un triunfo de la inclusión etaria al hecho de que el Príncipe Carlos haya podido, por fin, conseguir trabajo a los 73 años. Algo que en los mercados laborales no suele verse muy seguido.

Aunque eso es cadade las personas adultas. En una investigación que firmó en coautoría con Andrew Scott y Ni vez más relativo. Daron Acemoglu, del MIT, uno de los diez economistas más citados del mundo según IDEAS/RePEc, y autor del libro Por qué fallan las naciones, puso la lupa recientemente sobrela empleabilidad colaj Sondeergard Muhlbach, titulada El ascenso de los trabajos amigables con la edad, los economistas descubrieron que en los últimos 30 años tres cuartas partes de los empleos en Estados Unidos se volvieron más adaptados a las preferencias de las personas adultas. Esto es, se ven descripciones de trabajos con mayor autonomía y menos demanda física. Para determinarlo tras un análisis de millones de descripciones, se apeló a inteligencia artificial.

En total, en ese período se crearon en la mayor economía del mundo 49 millones de puestos de trabajo “amigables con la edad”. El vaso medio vacío en las conclusiones de los tres economistas es que muchos de estos trabajos no fueron tomados por personas adultas. Se trata de una temática de interés creciente, destaca el estudio, dado que “había 65 millones de personas mayores de 50 años en Estados Unidos en 1990, hay 118 millones en la actualidad, y se espera que haya 155 millones en 2050″.

En cualquier categoría de empleo que se considere, se está incrementando el promedio de edad. Los CEO de las compañías listadas en Fortune 500 y en S&P 500 tenían en 2005, en promedio, 46 años. Ahora, la media es de 55 años. Desde 2001, la edad de los actores protagónicos en películas de Hollywood se incrementó, en promedio, de 38 a 50 años.

En 2022, por primera vez, hay más personas mayores de 45 años en el mercado laboral estadounidense que menores de 45. Esto tiene que ver con el peso demográfico de los Baby Boomers, que comenzaron a pasar los 50 años en 1996, que están en buenas condiciones físicas y cognitivas y que demoran más en retirarse. Algunos analistas, como Paul Millerd, ven el lado negativo de esta tendencia y hablan del “bloqueo de los Boomers”, por el cual personas más jóvenes no pueden acceder a cargos de mayor liderazgo hasta una edad muy avanzada (y si no, pregúntele al Príncipe Carlos).

Si se trata de mercados laborales senior, el país que “adelanta la película” es, sin duda, Japón. Un mes atrás se celebró con un feriado en ese país el “Día de Respeto a la Ancianidad”. Y el gobierno aprovechó para informar un número récord de 36,3 millones de personas con más de 65 años, lo que representa casi un tercio de la población. El segundo puesto, aunque está bastante más abajo en proporción (25%) es para Italia.

La mitad de los japoneses de entre 65 y 69 años trabajan, y hay políticas oficiales de fomento para las empresas que ofrezcan a sus empleados continuar con los puestos cuando los interesados lo soliciten.

Discusiones tabú                             

“América latina es el continente que más envejece”, sostuvo días atrás el representante del BID en la Argentina, Agustín Aguerre. Fue durante la presentación del informe Envejecer en América latina y el Caribe, en el cual se construyó un índice de calidad de vida para las personas de más de 65 años que tuvo en cuenta la salud y la probabilidad de mantenerse fuera de la pobreza.

Pablo Ibarrarán, uno de los autores del estudio, remarcó que en las últimas dos décadas en la región hubo una mejora marcada en este sentido. Mientras que en el año 2000 una persona de 65 años podía esperar, en promedio, vivir 7,1 años más con buena salud y fuera de la pobreza, este lapso creció un 40%, hasta 9,7 años en la actualidad. La Argentina está entre los países mejor rankeados, y las mujeres tienen mejores perspectivas que los hombres, aunque la calidad de los servicios de salud es baja.

En el debate posterior a la presentación del informe se coincidió en que “la discusión tabú” de flexibilización de la edad jubilatoria, para quienes lo soliciten y conserven derechos, va a darse más temprano que tarde en toda la región.

“Un cuarto de las personas que nacen en este siglo van a llegar a los 100 años y, en general, se les pide que se retiren a una edad en la que muchos de ellos siguen siendo muy productivos para la sociedad. Los que investigamos en gerociencia nos preguntamos qué hacer con la gente que vive 30 o 40 años después de que se retira”, cuenta a LA NACION José Ricardo Jáuregui, el primer médico argentino en ser presidente de la Asociación Internacional de Gerontología y Geriatría. Jáuregui es también profesor de la Universidad de Buenos Aires y director médico del centro de adultos We Care.

Las edades jubilatorias y el derecho a un retiro comenzaron a discutirse en la Alemania de Bismarck, a mediados del siglo XlX. “Hoy, en muchas profesiones, a las mujeres, que son más longevas que los varones, se les exige jubilarse a los 60 años, tal vez con un tercio o más de posibilidades de vida activa por delante”, marca Jáuregui.

El especialista destaca que el “viejismo” es una caja negra de prejuicios por la cual no queremos prestarle atención ni discutir nada que no sea de nuestro agrado. Así como en los colegios se enseña Educación Sexual, debería haber módulos para informar sobre las nuevas configuraciones de ciclos de vida y no perpetuar prejuicios. No hablar de “los abuelos”, por ejemplo, cuando hay un 30% de mayores de 60 años que no tienen nietos.

Y esto lleva a un sinfín de indicadores absurdos en materia de mercados laborales. Por ejemplo, en Brasil, el país que más rápido envejece en el mundo, hay solo 2000 gerontólogos contra 38.000 pediatras. En la Argentina no hay más de 500 médicos especializados en personas adultas. En demografía se considera que un país ya entró en su madurez etaria cuando la gente de más de 60 años supera a la de menos de 14, algo que ya sucedió en Japón, en la mayoría de las naciones europeas y ocurrirá en América Latina en la década que viene.

Se trata, en términos históricos, de un problema completamente nuevo. En los países no desarrollados la expectativa de vida luego de la Segunda Guerra Mundial era de 51 años. En muchos lugares del mundo este indicador se duplicó desde entonces gracias a los antibióticos, las vacunas y los estilos de vida más saludables. Se trata de un mapa de ruta nunca antes experimentado. Como dice Martin Sorrell para otras avenidas de cambio, estamos arreglando el motor de un avión en pleno vuelo, o escribiendo una obra de teatro mientras la pieza transcurre en el escenario.

Sebastián Campanario

jueves, noviembre 03, 2022

Cómo crear una cultura de feedback

 


Una cultura de feedback fuerte y saludable debería ser una prioridad para los departamentos de Recursos Humanos, con el objetivo de incentivar la mejora y el crecimiento de los equipos, así como la motivación. Esta es una best practice para crear una atmósfera de reconocimiento, transparencia y positividad que impulse el bienestar de los equipos.

La transparencia y la honestidad son dos de las claves para incorporar una cultura de feedback en la compañía, que contribuya a crear un buen ambiente de trabajo. Esta cultura implica poder comunicarse, elogiando u ofreciendo una crítica constructiva sin importar las jerarquías o el cargo que se ocupa, y sobre todo debe poder hacerse de manera bidireccional para que esta sea realmente eficaz.

Paso a paso para crear una cultura de feedback

Desde Up Spain, empresa especializada en beneficios sociales, recogen algunos consejos para incorporar esta cultura en la compañía.

Empezar desde arriba

La alta dirección debe conocer la relevancia que tiene el feedback en la compañía debido a su posición. Ellos son quienes tienen el poder para decidir si implantar o no este tipo de acciones, por lo tanto, deben estar comprometidos y predicar con el ejemplo.

Continuidad

El feedback debe ser una dinámica recurrente y continua para que realmente sea efectiva. Se puede marcar una periodicidad a lo largo del año, tanto individual como grupal, para que, de esta manera, esté garantizada esta comunicación transparente de manera continua.

Aprender a encajar las críticas

El feedback puede ser positivo o negativo. En el segundo caso, la persona que lo da debe ser asertivo, madurez y ‘mano derecha’ para darlo de manera correcta, y la persona que lo recibe debe tomarlo como una ayuda para mejorar.

No todos los feedbacks son apropiados

En el entorno laboral hay que valorar cuándo dar un feedback y sobre qué temas. No todos los feedbacs son apropiados, menos aun cuando se entra a valorar aspectos personales. Los feedbacks deben darse con el afán de construir y no de destruir. Por lo tanto, si tu feedback no tiene un objetivo de mejorar o toca temas personales, mejor déjalo pasar.

Fuente: Equipos y talento

martes, noviembre 01, 2022

El desafío de innovar para competir y atraer los mejores talentos

La investigación es clave para las empresas. En el país, la inversión sube y el Estado hace el mayor esfuerzo. Charla a fondo con expertos y ejecutivos.

Del dicho al hecho, no hay un largo trecho. En muchos casos hay un abismo. Para las empresas, la inversión en investigación es clave para marcar diferencias con sus competidores, bajar los costos y atraer talento. Pero en la Argentina, “solo 20% de los ejecutivos cree que su empresa hoy tiene el tipo de cultura que se necesita para la innovación”, señala un informe reciente de Accenture.

En el Ranking Mundial de Innovación 2022 de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), la Argentina ocupa el puesto 69 entre 132 naciones. Suiza, Estados Unidos y Suecia son los países que más invierten en investigación aplicada, tanto a nivel público como privado. “La investigación de vanguardia”, precisamente, fue el eje de la charla organizada por Clarín, que fue conducida por los editores de Economía de este diario Daniel Fernández Canedo y Luis Ceriotto.

El debate forma parte de “El mundo que viene”, un ciclo que cuenta con el apoyo principal de OSDE, Telecom y DESA, además del sponsoreo de AFARTE y el apoyo Massalin Particulares. En esta ocasión participaron Andrea Costantini, head de Relacionamiento Científico de Philip Morris International; Ana Vainman, directora Ejecutiva de AFARTE; Pablo Vic, fundador y CEO de Tlon Space; y el periodista Lalo Zanoni.

El área de investigación (I+D) es vital para los grandes colosos de la alta tecnología, como Amazon, Google y Microsoft. “Philip Morris lleva invertidos US$9.000 millones para desarrollar alternativas libres de humo y dejar de vender cigarrillos lo antes posible”, dijo Costantini.

La tabacalera destina el 99% de su inversión en la mejora de los llamados calentadores de tabaco, que son menos nocivos para la salud. Se estima que en el mundo hay 1.000 millones de fumadores, de los cuales 7 millones son argentinos. “Con el tabaco calentado se elimina el 95% de las sustancias tóxicas”, subrayó.

La innovación implica mejoras en los procesos productivos pero también nuevos desarrollos cuyo objetivo es crear nuevas patentes. Eso es algo que las tecnológicas llevan en su ADN, ya que un nuevo desarrollo podría representar el liderazgo o la supervivencia en uno de los negocios más dinámicos y competitivos.

Vic comenta que la industria aeroespacial “es un sector que viene desarrollándose en todo el mundo”, sobre todo en el negocio de los nanosatélites. “Como son de bajo costo, una empresa puede construir su propia constelación de nanosatélites para armar redes de comunicaciones privadas. Este es un cambio muy grande y la Argentina tiene que ser parte de esto”, señaló el emprendedor.

El citado ranking de la OMPI señala que, a nivel global, el sector privado no dejó de invertir a pesar de la pandemia. Las áreas de innovación de las empresas incrementaron sus desembolsos un 10% durante el año 2021, lo que representa un alza de 3,3% respecto de 2020. En ese mismo informe señala que los sectores con más inversión son los vinculados al hardware y equipos eléctricos de TIC, los servicios de software, los productos farmacéuticos y la biotecnología; y también a la construcción y la generación de metales industriales.

Según el Banco Mundial, la inversión en investigación y desarrollo alcanzó en 2020 el 2,63% del PBI del mundo. En la Argentina representa apenas el 0,53% y más de dos terceras partes son recursos públicos. Los países que lideran son Israel (5,44%), Corea del Sur (4,81%), Estados Unidos (3,45%), Japón (3,26%) y Alemania (3,14%).

Zanoni destaca la importancia del aporte del Estado para favorecer la investigación científica y tecnológica. “Como hizo Israel, tiene que crear las condiciones para que los privados puedan invertir”, explica. “La Argentina tiene talento, tierras, recursos naturales, tenemos capacidad de adaptación y de innovación. El tema es que todo eso hay que organizarlo desde la política”, enumeró.

La OMPI identificó dos futuras olas de inversión que serán tendencia entre las empresas. En primer lugar, pronosticaron mayores desembolsos en profundizar el desarrollo de la era digital y la supercomputación. Pero también advirtieron sobre la tendencia a invertir en las ciencias profundas y duras, es decir, la biotecnología, la nanotecnología y el desarrollo de nuevos materiales.

Hay datos auspiciosos: la Encuesta sobre Investigación y Desarrollo (ESID) del sector empresario argentino, elaborada por la Dirección Nacional de Información Científica del MINCyT, en la Argentina la inversión en investigación y desarrollo está creciendo. Entre 2016 y 2020 los desembolsos en ese rubro aumentaron un 75%.

“Todas las empresas destinan parte de sus ingresos a investigación y desarrollo para mejorar los productos y también los procesos productivos, para optimizarlos, para capacitar al personal. Eso se traduce en beneficios, como reducir el consumo energético. Antes, los acondicionadores de aire tenían una graduación alta y ahora casi todos son de bajo consumo”, ejemplificó Vainman.

En proporción, los expertos destacan la vocación emprendedora de los argentinos y su capacidad innovadora. Argumentan que en el país surgieron hasta el momento 12 unicornios, tal como se conocen a las empresas que logran superar una valuación de US$1.000 millones. Las más conocidas son Mercado Libre, Globant, Despegar y OLX. El año pasado 6 startups ingresaron a ese exclusivo club, entre ellas Ualá y Tiendanube.

“La vedette de la industria aeroespacial son las comunicaciones. Los costos de esos servicios bajaron”, dice Vic, en alusión a los microsatélites que pesan apenas 1 kilo y se ponen en órbita para ofrecer datos para la siembra de precisión, por ejemplo.

Fuente: diariolarepublica.ar/