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Rodolfo Salas: Facilitador y potenciador sobre conocimientos de liderazgo, estrategia, marketing y gestión de los negocios.

Fortalezas: Dirigir, inspirar e integrar a otros con una gran energía, Aceptar cambios de forma positiva, Desarrollar relaciones con otros, Ser más visible y Tener un alto grado de compromiso.

sábado, julio 23, 2016

Un nuevo tipo de personalidad: ni introvertido ni extrovertido


¿Eres introvertido o extrovertido? Seguro que te lo han preguntado muchas veces. Y es que para muchas personas se trata de una respuesta fácil, pero para la mayoría nos resulta complicado visualizarnos en una u otra categoría de personas. En el mundo actual parece que la tradicional dicotomía introvertido / extrovertido ha quedado obsoleta. Existen rasgos de la personalidad que desdibujan las fronteras entre uno y otro calificativo, y la gran mayoría de nosotros no somos ni introvertidos o extrovertidos, si no que estamos en un punto intermedio.    
La personalidad consiste en un conjunto estable de preferencias y sentimientos a través de los cuales nos acercamos al mundo. Los rasgos de personalidad se forman a una edad temprana y se fijan en la edad adulta temprana, y es de los pocos atributos que no cambian a lo largo del tiempo.

Estar a medio camino entre la introversión y la extroversión es uno de los ragos más frecuentes, pero a la vez menos entendidos, fruto de la necesidad de categorizarnos de un modo u otro, ya que hay fortalezas y debilidades cruciales comúnmente asociadas con cada tipo.

El experto Adam Grant ha estudiado este fenómeno, obteniendo resultados fascinantes, que también publica Inc aquí. En primer lugar, dos tercios de las personas encuestadas no se identifican como puramente introvertidos o extrovertidos. La gran mayoría prefiere denominarse ambivertido (ambivert es el término anglosajón), es decir, tiene rasgos de personas tímidas y abiertas que sacan a relucir según la situación a la que se enfrenten. 

Los ambivertidos tienen una clara ventaja sobre los introvertidos y los extrovertidos puros. Debido a su personalidad no se inclinan demasiado en uno u otro sentido y les es más fácil decantarse por uno u otro en función de cada situación. Esto les permite conectar más fácilmente y más profundamente con una variedad más amplia de personas.

La investigación de Grant también rechaza la afirmación generalizada de que los comerciales con mejor desempeño son extrovertidos. Al contrario, el estudio revela que éstos, la mayoría ambivertidos, tienen una mayor flexibilidad social que los demás, cosa que "les permite vender más que todos los demás grupos", ejemplifica el investigador.

¿Cómo funciona la ambiversión?

La dopamina es la hormona que nos produce placer y satisfacción. Todos tenemos diferentes niveles de estimulación de la dopamina como combustible en el neocórtex (el área del cerebro que se encarga de las funciones mentales superiores tales como el lenguaje y el pensamiento consciente). Los que normalmente tienen altos niveles de estimulación tienden a ser introvertidos -tratan de evitar cualquier estímulo social adicional que podría hacerles sentir ansiosos o abrumados-. 

Por el contrario, aquellos con niveles bajos de estimulación tienden a ser extrovertidos. Debido a la sub-estimulación, los extrovertidos se sienten aburridos y por eso buscan la estimulación social para sentirse bien.

De todas maneras, en los niveles de estimulación natural la mayoría de las personas no llegan a grandes extremos, aunque fluctúan. A veces puedes sentir la necesidad de buscar la estimulación, mientras que otras veces tratas de evitarla.

¿Eres ambivertido?

Es importante ser consciente de dónde te encuentras en la escala de introversión / extroversión, para así poder conocer tus debilidades y potenciar tus fortalezas. Atento a estas señales: eres ambivertido si...:
  1. Puedo realizar tareas solo o en grupo y no tengo mucha preferencia en uno u otro sentido
  2. Los encuentros sociales no me hacen sentir incómodo, pero me canso de estar rodeado de demasiada gente.
  3. Ser el centro de atención es divertido para mí, pero no me gusta que sea por mucho tiempo.
  4. Algunas personas creen que soy tímida y otras que soy muy sociable.
  5. No siempre necesito estar en movimiento, pero me aburro si me quedo parado durante mucho tiempo.
  6. Puedo perderme en mis propios pensamientos tan fácilmente de la misma forma que puedo perderme en una conversación.
  7. Las charlas íntimas no me incomodan, pero si duran demasiado acaban por aburrirme.
  8. Cuando se trata de confiar en otras personas, a veces soy escéptico y otras me sumerjo de pleno.
  9. Si paso mucho tiempo solo me aburro. Sin embargo, pasar todo el tiempo con otras personas me agota y acabo necesitando estos espacios de soledad. 
El truco para ser un ambivertido es saber cuándo inclinarse hacia un lado u otro del espectro personal, si es que no te sale de forma natural. Por ejemplo, en un evento de networking el ambivertido consciente de sí mismo se inclinará hacia el lado extrovertido de la escala.

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