Liderar una pequeña y
mediana empresa en la Argentina es como subirse a una montaña rusa; de la
creación a la profesionalización, y por qué fracasar no es el fin.
José Del Rio (LA NACION), Tomás Pierucci (Bluesmart),
Cecilia Retegui (Zolvers), Pablo Lorenzo (Palo Borracho) y Alan Aurich
(Havanna). Foto: LA NACION / Fabián Malavolta
Crear, planificar, innovar, fracasar, crecer... Son todos
verbos que corresponden a la montaña rusa que es emprender o liderar una pyme
en la Argentina. Entre subidas y bajadas, con vértigo y adrenalina, representan
al 96% de las 520.000 empresas que hay en el país, y continúan creciendo año a
año. Esa relevancia quedó expuesta en la segunda edición del encuentro
"Pymes, el motor del desarrollo", que organizó LA NACION en el Museo
de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba).
En un auditorio colmado, los expositores presentaron
anécdotas, visiones y datos del sector que debatieron en un encuentro que tuvo
el lema "50 Claves de gestión para
las pymes", y que fue moderado por José Del Rio, adscripto a la
Secretaría General de Redacción de LA NACION.
Fue una jornada casi simultánea al debate en el Congreso del
proyecto de ley que contempla beneficios para el fomento a la inversión y
reduce la presión fiscal para las pymes, que ya logró media sanción en la
Cámara de Diputados. Mariano Mayer, secretario de Emprendedores y de la Pequeña
y Mediana Empresa de la Nación (que depende del Ministerio de Producción),
conversó acerca de la iniciativa parlamentaria y de las medidas adoptadas por
el Gobierno para favorecer al sector.
"El clima de negocios para las pymes no era bueno. En
las reuniones que tuvimos desde diciembre, los planteos eran bastante comunes:
todas quieren que el Estado abra puertas, que baje la presión fiscal y también
desean más financiamiento", enumeró Mayer. También dejó buenas noticias
para Buenos Aires en 2017: la ciudad será sede de la primera celebración del
Día Internacional de las Pymes, promovido por la ONU.
Con una visión igual de abarcativa, pero desde el sector
privado, Matías Pons Lezica, gerente de Negocios y Pymes del Banco Galicia;
Guibert Englebienne, cofundador de Globant y presidente de Endeavor Argentina,
y Ariel Arrieta, cocreador de la aceleradora NXTP Labs, debatieron sobre qué
necesitan los emprendedores para ser exitosos y para acelerar y profesionalizar
su negocio sin frustrarse en el intento. Los tres coincidieron en el buen clima
que se generó y que continuará incentivándose en la Argentina para comenzar
proyectos y hacerlos crecer.
"Hay una red de contención que muchas veces no tuvimos
y un ambiente favorable para crear empresas, que presenta un lindo panorama
para hacer un país más competitivo, más global y que capture las
oportunidades", analizó Englebienne. Por su parte, Pons Lezica añadió que
sólo basta con ver la producción nacional que va "desde energía nuclear
hasta papel tisú" para darse cuenta de que "el mercado pyme de la
Argentina es una máquina". Y según Arrieta, la capacidad de esa máquina
para generar "unicornios" (compañías cuyo valor supera los US$ 1000
millones) crecerá "exponencialmente".
Y los tres coincidieron en recalcar que los emprendedores no
deben tener miedo al fracaso. "Conviene acelerar rápido y fracasar rápido,
ese es uno de nuestros mantras", lanzó Arrieta. Y Englebienne le puso
números: de cada 10 pymes que nacen, al año sobreviven seis y una década
después, sólo una.
Para conocer el escenario actual del consumo, Guillermo Oliveto, director de la
Consultora W, expuso números sobre las valoraciones de los argentinos de las
medidas económicas del actual gobierno y sobre los panoramas de los distintos
mercados. En mayo, 74% decía que recortó gastos en el hogar y 69% que tenía menos
poder adquisitivo que un año atrás.
Una inflación acumulada de noviembre de 2015 a mayo de este
año de un 32,5% se hizo sentir en el consumo: entre otras categorías,
electrodomésticos cayó un 10,5%; indumentaria, un 7%, y alimentos, un 3%. Pero
también hubo tres "brotes verdes": autos, que avanzó 8,7%, inmuebles
(14,7%) y cine (8%).
No obstante, Oliveto pidió no enfocarse en la coyuntura y
observar el clima de opinión: 40% dice que el país está mal contra 12% que cree
que está bien, pero ese último número crece a un 63% cuando se piensa en la
situación "dentro de un año". "[El optimismo] es patinar sobre
hielo: si pisás fuerte, se rompe", opinó.
También hubo un espacio para inspirarse en cuatro historias
concretas. El panel -formado por Tomás Pierucci, cocreador de la valija
inteligente Bluesmart; Cecilia Retegui, cofundadora de Zolvers; Alan Aurich,
gerente general de Havanna, y Pablo Lorenzo, líder de Palo Borracho- contó la
realidad de gestionar una empresa, y los desafíos y las gratificaciones que fue
encontrando en el camino. Asimismo, Aurich narró las peripecias de salir a la
Bolsa -Havanna lo hizo en junio último- y de reversionar una empresa
marplatense para que pudiera expandirse por el mundo.
¿Cuál es la génesis de una buena idea? Pierucci se inspiró
en el líder de Apple: "Queríamos hacer la valija que hubiese inventado
Steve Jobs", dijo quien logró recaudar un millón de dólares en tres días
cuando presentó su proyecto en una plataforma de financiamiento colectivo.
"De un grupo de WhatsApp de madres del colegio", comentó Retegui. En
la app de mensajería, las mujeres buscaban personas que pudieran ayudarlas en
sus casas. Entonces, la ingeniera en Sistemas creó Zolvers, una plataforma que
permite a los usuarios encontrar servicios domésticos y que ya tiene presencia
en cuatro países de América latina. Para Lorenzo, de su afán por
"redefinir el clásico café con medialunas". El "té en hebras con
bagel" de Tea Connection fue el puntapié para otro proyecto, Palo Barrocho
(que luego se simplificó a Palo), una agencia de innovación para marcas y el
paraguas bajo el que luego creó Green Eat.
El cierre de la jornada estuvo a cargo del economista y
columnista de LA NACION Sebastián
Campanario, quien repasó un punteo de noticias de ciencia y tecnología para
demostrar a qué ritmo va la innovación y cuán difícil es para el cerebro
procesarla. Y lo condensó en el concepto de cognitive overload o sobrecarga
cognitiva, que es la imposibilidad para el cerebro de procesar la cantidad de
información que se genera en pocos días.
Y terminó con un consejo de oro para las pymes: "Si
queremos acelerar un proceso creativo, tenemos que bajar un cambio. Cualquier
intención de comenzar un proceso creativo dentro de una empresa necesita
generar espacios y tiempo", reflexionó.
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