Francisco Vázquez, presidente de 3G Smart Group, afirma en
un artículo publicado por el diario El País, que las
tendencias que antes apuntaban hacia una mayor movilidad laboral y
colaboración, haciendo que los despachos y la jerarquía organizativa
desaparecieran en las empresas, podrían haber generado cambios en las oficinas
que ahora son necesarios recuperar, con motivo de ese metodología de trabajo
que parecen querer implementar las empresas: el modelo ‘Agile’ de
organización.
Siguiendo con esta nueva filosofía de trabajo, cada proyecto
se divide en pequeñas partes y, por tanto, se desarrolla de forma individual,
para después juntarse y encajar en poco tiempo, dando respuesta así a las
necesidades del negocio o del público objetivo al que se dirige cada
iniciativa, producto o servicio. Y aunque esta modalidad encaja con el trabajo
en equipo que, hace unos años, las empresas buscaban fomentar, la creación de
espacios abiertos de trabajo no parece ser una opción que facilite esa agilidad
que persiguen ganar las compañías.
“Hasta hace algún tiempo estaba de moda fomentar la
movilidad en la oficina para impulsar el trabajo colaborativo y ahora
lo moderno es la metodología agile, que surge de lo colaborativo pero requiere
mucho trabajo individual, lo que implica recuperar los espacios cerrados”,
explica Vázquez, que añade: “Modas como eliminar despachos o no asignar puestos
que son muy peligrosas, porque todo tiene que tener un por qué y un para qué y,
a menudo, las empresas se quedan cortas o se pasan de frenada porque no están
preparadas culturalmente para estos cambios”.
De este modo, el experto pone de relieve la necesidad que
las organizaciones tienen de nuevas sedes, con espacios flexibles de
trabajo a los que se le pueda dar diversos usos. De hecho, destaca que se
ha pasado de implantar tecnología por doquier, a invisibilizar dicha tecnología
en las salas y recuperar corchos y paredes donde dibujar, planificar y diseñar
estrategias, ideas y nuevas formas de innovación. Por tanto, según el País, el
reto ahora está en “la singularidad y la co-creación, que se trasladan a la
cultura organizativa y se centran en que la persona esté a gusto, en que elija
su forma y lugar de trabajo”.
De hecho, Mónica Soto, Directora de cuentas de 3G Office, asegura que
lo que buscan las empresas es crear ambientes de trabajo que incentiven la
creatividad en los profesionales, así como el desarrollo de un pensamiento
divergente que permita la innovación constante y la competitividad de los
negocios a largo plazo. Algo que pasa por proporcionar a los empleados ese espacio
de trabajo que necesitan para ello. De este modo, la personalización de las
oficinas a las necesidades de los trabajadores se prioriza por encima de
tendencias o modelos específicos.
En este sentido, el artículo de El País recoge algunos ejemplos de
compañías que han comenzado a adaptar sus espacios de trabajo a las necesidades
de sus plantillas. Es el caso de Steelcase, que ha reformado su sede,
haciéndola más abierta, sin despachos y con espacios comunes de
descanso, de reunión, de concentración y de innovación, donde cada quién elige
dónde trabajar, al tiempo que ha eliminado el uso de papel en la oficina.
“Ahora trabajamos por proyectos, buscando la colaboración de los empleados y
mejorando la productividad”, detalla su Presidente, Alejandro Pociña. Es un cambio de cultura que supone que el
trabajador se responsabilice y se organice por su cuenta”, añade.
Otro caso expuesto es el de CLH, que también ha implantado una nueva cultura para
que la colaboración tuviera lugar. Esto ha llevado a la transformación de su
estructura jerárquica, que se ha vuelto más plana, y a la reforma de sus
oficinas, donde se han derribando las barreras físicas y se han creado espacios
flexibles para la realización de reuniones. De hecho, según explica Juan Rafael
Bonilla, director de transformación de la compañía, ahora, “solo hay una sala
de juntas y un despacho, el del presidente”.
También han implementado cambios Cepsa, que en su sede en Madrid ha implantado una nueva
forma de trabajar basada en los principios de” agilidad,
transparencia, colaboración y trabajo en equipo”, según Marta Salcedo,
responsable de diseño e implantación de nuevos espacios de trabajo; y Repsol, que ha dado un vuelco a sus oficinas, llegando a
crear un centro tecnológico y ha habilitado varias plantas abiertas en
las que la gente trabaja por proyectos en un entorno colaborativo, sin puestos
fijos, según explica al País, Verónica Pastor, gerente de innovación.
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