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Formar a los mejores profesionales es el objetivo de las escuelas de negocios, que cuentan con las empresas y los intermediarios laborales como aliados perfectos para tantear las necesidades del mercado laboral. Aunque reclutadores y formadores aseguran que se complementan, en algunas ocasiones la línea que les separa para identificar el talento puede ser demasiado fina.
Harvard puede presumir de ser una de las escuelas de
negocios más famosas del mundo, pero no impresiona a algunos reclutadores. El
último ránking de Bloomberg Businessweek la sitúa por debajo del vigésimo
lugar, una clasificación que encabeza Stanford. Un total de 3.700 reclutadores
evaluaron la reputación y la creatividad de sus graduados para elaborar este
listado, un referente que los intermediarios laborales tienen en cuenta para
valorar la calidad de la formación de sus candidatos. Los recién titulados y
los profesionales también miran con lupa estos rankings para escoger el centro
que les puede conducir al mercado laboral en mejores condiciones o avanzar en
su carrera. Unos y otros son los clientes de estos centros que alimentan el
talento que demanda el mercado laboral.
El objetivo está bastante claro: formar a los profesionales
que necesitan las empresas para ser más competitivas. La cuestión es si en
posesión de ese talento pueden convertirse en los cazatalentos del mañana. Los
responsables del departamento de salidas profesionales de IESE, IE y Esade
coinciden en que su trabajo complementa al de los headhunters, en tanto y
cuanto forman a los líderes del mañana. Sin embargo, reconocen que en ocasiones
proponen candidatos a petición de las empresas, y también a los cazatalentos
cuando se enfrentan a procesos de búsqueda complicados. Por su parte, estos
últimos aprecian cierta competencia desleal de estos centros tomando como
excusa los programas de gobierno corporativo que desarrollan para las
organizaciones.
Los reclutadores aseguran que la
formación no
es la única fuente para
identificar talento
"Algunas pretenden posicionarse en este ámbito
proponiendo consejeros y deberían ir de la mano de expertos", asegura el
socio de una de las principales firmas de headhunters que opera en España.
Añade que suelen ser empresas familiares de tamaño medio las que aceptan estos
candidatos, ahorrándose así el coste que supone contratar el servicio de
búsqueda directa de un consejero que encaje en su organización. Ramón Gómez de
Olea, socio director de Russell Reynolds, subraya que una cosa es proponer un
nombre y otra muy distinta trabajar en la mejor composición de ese consejo:
"Nuestro trabajo es garantizar que el proceso de gobierno corporativo es
el correcto compensando las capacidades de cada uno de sus miembros, entender
la estrategia de la compañía y, conforme a esos valores, localizar a la persona
más adecuada". Añade que si una escuela de negocios facilita un nombre
corre el riesgo de caer en un conflicto de intereses que no le beneficia.
El tándem perfecto
Luis Carvajal, socio de Egon Zehnder, cree que a las
escuelas de negocios les corresponde otra función. Esta firma de cazatalentos
lleva años trabajando con Harvard en temas de liderazgo y también tiene
presencia en el consejo asesor del IESE. "Les pedimos que nos ayuden en
temas de conocimiento y liderazgo. Nosotros colaboramos con las escuelas de
negocios aportándoles la realidad del mercado laboral, mientras que ellas se
ocupan de preparar al líder del futuro". Carvajal apunta que también se
apoyan en la capacidad de investigación de estos centros para asegurarse de que
la metodología de evaluación que llevan a cabo en la identificación de
ejecutivos es la correcta.
Samuel Pimentel, presidente de Ackermann International,
también abunda en este matrimonio de conveniencia: "Son una fuente de
talento, y nosotros un agente de referencia en el mercado laboral y un socio
para brindar oportunidades de salida profesional a sus alumnos y conocimiento
del estado del mercado y de cómo gestionar sus carreras profesionales". Al
igual que el resto de los headhunter consultados asegura que imparten clases y
conferencias para acercar la realidad del mercado laboral a los alumnos y
exalumnos de estos centros. Para Plácido Fajardo, socio director de Leaderland,
está claro que las escuelas de negocio son más desarrolladoras de talento que
identificadoras del mismo: "La actualización permanente es un imperativo
para los buenos directivos que buscamos, mucho más en estos tiempos de cambio.
Las escuelas son una gran ayuda para hacer conscientes a los directivos de esa
necesidad de actualización". Aunque Fajardo observa que "es cierto
que los profesores pueden detectar capacidades singulares en los alumnos que
destaquen, pero creo que no hay -o al menos lo desconozco-, un proceso formal
mediante el cual esta identificación esté suficientemente consensuada y
contrastada entre los docentes, y además quede registrada para darle una
utilidad posterior concreta".
Los profesores pueden
detectar talento, pero
los 'headhunters' sólo los
consideran una inspiración
Así, Ana Herranz, directora de servicios para antiguos
alumnos y working profesional del IE, explica que ven a los cazatalentos como
colaboradores, no como competidores, lo que no exime de que en alguna ocasión
sus profesores propongan algún candidato a petición de empresas o headhunters.
María Ángeles Losa, directora del Career Management Center de IESE, coincide en
que se ocupan de formar a los directivos y también los preparan para ser buenos
consejeros: "Los headhunters son los que se ocupan de la selección.
Nosotros les proporcionamos acceso a un pool de talento. Contamos con una base
de datos que les abrimos y también les ofrecemos la opción de colgar ofertas,
algunas en ciego, a las que pueden aplicar nuestros antiguos alumnos".
María Obiols, directora de carreras y profesiones de Esade,
también menciona este tipo de colaboración con los expertos en búsqueda de
talento pero, como Herranz, matiza que la red de contactos que maneja la
escuela juega un papel muy importante a la hora de identificar a posibles
candidatos a un puesto. "Es normal que un profesor en alguna ocasión haya
ayudado a un cazatalentos en la identificación de un profesional concreto, y
que le considere una fuente de inspiración", comenta Obiols, quien es
consciente de la posición de privilegio que tienen para conocer a posibles
candidatos a un puesto que cubra las necesidades laborales de las empresas:
"En cualquier caso, no creo que nos vayamos a hacer daño en este sentido
porque se trata de situaciones muy puntuales. No se tiene que entender como una
competencia. Nos complementamos. Las escuelas de negocio y el mercado laboral
forman parte de un ecosistema para el crecimiento global".
Amenaza o aliados
Pimentel asegura que en ningún caso consideran a las
escuelas de negocios una amenaza sino un aliado: "En el mercado laboral
intervenimos muchos y muy diferentes tipos de actores, y en el caso de escuelas
de negocio y cazatalentos lejos de ser competidores somos agentes con roles
completamente distintos, pero al mismo tiempo muy complementarios. Ellas forman
y nosotros buscamos candidatos entre los mejor formados".
Las escuelas son un complemento
que ayuda a
agilizar y mejorar la colocación
de profesionales
Arancha Ruiz, cazatalentos y autora de Qué busca el
headhunter (Ed. Conecta), explica que "si algunas han comenzado a competir
con los headhunter no es algo que resulte una amenaza, sino más bien un
complemento que ayuda a agilizar y mejorar la colocación de profesionales. Una
escuela de negocios nunca antepondrá una comisión a que un estudiante se
coloque, porque no es su negocio".
Sin embargo, Ruiz plantea que si fueran competidores lo
serían en lo que denomina la co-petición, es decir, colaborar para competir:
"Si una empresa acude a una escuela de negocios a buscar talento porque su
servicio de carreras profesionales es capaz de ofrecerle una buena terna de
candidatos entre sus estudiantes, entonces el headhunter podrá asociarse al
centro para complementarle en la parte de captación de sus necesidades y
elaboración del perfil y juntos ofrecer un servicio integrado mucho mejor para
las corporaciones. O en cualquier caso, la actividad en competencia de escuela
de negocios y headhunter puede provocar que se copien prácticas que el uno
tenga mejor que el otro y así, los dos mejoren, para beneficio de todo el
mercado".
Las reglas de un
matrimonio de conveniencia
En su afán por conocer las exigencias del mercado laboral,
cada vez más, las escuelas de negocios desarrollan programas y encuentros que
ponen en contacto a sus alumnos con los principales reclutadores del mercado
laboral.IESE ha puesto en marcha el Career Management Center, un departamento
que ofrece a sus antiguos alumnos -'alumni'- un servicio de asesoramiento de
carrera, el acceso a un programa de 'mentoring', recursos online para el
desarrollo profesional y un 'job board', a través del que tienen la oportunidad
de estar en el CV Book de IESE Alumni al que pueden acceder los reclutadores.
IE y Esade también ponen a disposición de sus alumnos todo tipo de servicios
para facilitar su acceso al mercado laboral o a otro puesto de trabajo para
avanzar en su carrera. También organizan talleres que ponen en contacto a
alumnos y reclutadores. IESE ha celebrado recientemente encuentros en Barcelona
y Madrid, unos talleres que también convoca en Múnich, Nueva York, Miami,
Amsterdam y Londres. Además, IE Business School desarrolla actividades de este
tipo: entre el 20 y el 23 de mayo organizará su Talent Forum en Madrid, al que
acudirán firmas de selección y cazatalentos.
En este matrimonio de conveniencia entre reclutadores y
escuelas de negocios existen peticiones por ambos lados. Si los primeros
demandan un filtrado más exhaustivo de los candidatos ante una solicitud y
discreción exquisita, las escuelas echan en falta una actitud más proactiva por
parte de los 'headhunter'. Eva Valbuena, executive director de Talent &
Careers de IE University, sugiere a estos expertos en identificación de
profesionales que les consideren una fuente de talento y sean más proactivos en
este sentido y que ofrezcan un asesoramiento y consejo de carrera
complementario.
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