La Responsabilidad Social Universitaria (RSU) que este
profesor que pasó por Buenos Aires propone como salida educativa, es un
concepto que él ayudó a construir y que se gestó en los años 2000 en Chile y
desde una iniciativa de ética del BID liderada por Bernardo Kliksberg. "Es
difícil de implementar porque le pide a la universidad que salga de su zona de
confort," admite. "Pero no pretende revolucionarlo todo sino
dinamizar un movimiento que ya existe," añade. "De hecho, en el
ámbito empresario grandes fondos de inversión ya empiezan a apostar a energías
renovables y compañías de envergadura cuidan que sus aportes sean socialmente
responsables," ejemplifica.
RSU "Es un cambio de mirada de la universidad sobre
sí misma"
"La Responsabilidad Social Universitaria busca
responsabilizar a la universidad transversal e integralmente por sus impactos
en la sociedad y el medio ambiente," afirma Vallaeys. "No le interesa
que ésta tenga un órgano puntual dedicado al vínculo social sino que toda la
universidad, en todas sus dimensiones, sea socialmente responsable; que este
espíritu recorra desde las compras del área administrativa hasta las líneas de
investigación, pasando por los programas curriculares y obviamente también por
los proyectos sociales, que deben tener un verdadero impacto social,"
precisa.
"Es un cambio de mirada de la universidad sobre sí
misma en su rol social, que la lleva a preguntarse si la formación que está
impartiendo y la construcción del conocimiento que está realizando, al igual
que su gestión, son socialmente responsables," añade. "Por otro lado,
difiere de la Responsabilidad Social Empresaria (RSE) porque las empresas
tienen sus propios impactos que vigilar," contrasta.
Cambio de paradigma "Lo que falta es lograr que toda
la universidad vaya en una misma dirección"
"Nuestro planteo no es sólo teórico," dice el
filósofo que vive hace años en Perú. "De hecho, en la Unión de
Responsabilidad Social Universitaria de Latino América (Ursula es su sigla) que
dirijo, ofrecemos una herramienta de doce metas -de gestión, formación,
investigación y participación social- con indicadores que permiten a las
universidades auto diagnosticarse, identificar sus puntos fuertes y débiles e
implementar desde allí nuevas políticas," se explaya. "El año pasado
logramos que 60 universidades se auto diagnosticaran, y esto dinamiza los
cambios dentro de la academia," se enorgullece. Y agrega que Ursula -que
es de adhesión gratuita- ya cuenta con 150 universidades de 12 países de la
región.
"Queremos introducir nuevos temas en el modelo de
universidad, como por ejemplo el comercio justo, el campus sostenible, el
concepto de economía circular y el aprendizaje social, por el que los alumnos
resuelven un problema social concreto y no hacen asistencialismo o
filantropía," explica. "Si bien todas las universidades tienen alguno
de estos aspectos desarrollado, como puede ser también la equidad de género en
los puestos directivos, lo que falta es hacer que toda la universidad vaya en la
misma dirección," señala.
Responsabilidad "Necesitamos trabajar un liderazgo
que nos vuelva inteligentes colectivamente"
"Yo no apoyo el liderazgo de un gurú que resuelve los
problemas con un ejército de obedientes serviles sino el liderazgo compartido,
ya que para resolver nuestros impactos sociales y ambientales no podemos ir
solos al combate," observa. "La responsabilidad es de todas las
universidades -no sólo de un puñado- junto con los demás actores públicos y
privados, es decir, los estados, las empresas, la sociedad civil y las
ONG," aclara. "En el siglo XXI necesitamos trabajar un liderazgo que
nos vuelva inteligentes colectivamente, un liderazgo ético," precisa.
Género "Yo defiendo un feminismo armonizador"
"La igualdad de género es el evento mayor de los dos
últimos siglos éticamente hablando," sostiene el profesor. "Yo creo
mucho en el feminismo como potencial de armonización entre los diversos poderes
en la sociedad," expresa. "Hemos tenido sociedades jerárquicas,
piramidales, extremadamente machistas en su energía y su concepción del mundo y
debemos entrar en sociedades más pequeñas, auto limitadas, donde la comunidad
se escuche a sí misma, sepa ponerse en círculo, pueda insertarse en el planeta
sin destruirlo todo y sin querer invadir al otro, que en un sentido amplio son
todas dimensiones femeninas de la humanidad," se explica.
"Yo defiendo un feminismo armonizador, que no pertenece
ni a las mujeres ni a los hombres sino a todos los seres humanos,"
detalla. "Viene de la capacidad de cada uno de armonizar en sí mismo y en
sus relaciones los polos masculinos y femeninos," profundiza. "Es un
feminismo que también le da un lugar al hombre, cosa que no hace el de
tendencia dogmática," especifica.
Francois Vallaeys
Dir. de la Unión de responsabilidad Social Universitaria de
Latino América
Profesión: filósofo
Origen: francés
- Licenciado
y magíster en Filosofía, Universidad de Nantes, Francia.
- Magíster
en Estudios - Profundizados en Filosofía, Université de Poitiers, Francia.
- Doctor
en Filosofía, Université Paris-Est, Francia.
Ética, de Edgar Morin
"Habla no de una ética simplona sino de una ética
compleja, que sabe escuchar los contextos"
No hay comentarios:
Publicar un comentario