-¿Cuál es la percepción sobre la economía en este año
electoral?
-La economía es siempre una y su interpretación en año
electoral es múltiple. El oficialismo intenta mostrar que se va hacia un camino
de mejora y la oposición intenta hacer ver que esta es la peor catástrofe
argentina. Con lente opositor hay elevada inflación, caída de la actividad,
deterioro del consumo, pérdida del poder adquisitivo del salario, entre otras
cuestiones. Con lente oficialista, la corrección tarifas y el tipo de cambio
tienen un terreno avanzado, la situación fiscal va vía a corregirse, el Banco
Central ya no financia al Tesoro, el campo vuelve a tomar su senda de
crecimiento y las exportaciones crecen. La misma calle con el mismo sol, pero
distintas sombras. El día que la economía tenga una visión compartida en la disidencia,
la Argentina tendrá horizonte.
-¿Cuál es el principal problema para los argentinos en
2019?
-Según una encuesta de Gustavo Córdoba & Asociados, para
el 24,4% el mayor problema es la inflación. Seguido muy de cerca por la pobreza
(22,5%), la corrupción (21,3%) y el endeudamiento (10,9%). Entre los porteños,
para el 35,8% la inflación es el mayor problema, mientras que en el interior
ese índice es de 26,2%.
-Para el gobierno que asuma, ¿será posible financiarse en
2020? ¿Qué señales debería dar a sectores hoy en caída, como la industria y el
comercio?
-La Argentina requiere un superávit primario de entre
US$3000 millones y US$5000 millones, y salir a buscar entre US$18.000 millones
y US$20.000 millones. Es muy importante cómo se usen los recursos que vienen
del FMI en este 2019, y la fortaleza y el oxígeno del próximo presidente. Será
relevante dar certeza de qué hará el país en los próximos años. Para sectores
de la economía como la industria y el comercio, creo que las señales deberían
ser, en primer lugar, para el sector más delicado y que nos puede sacar de este
círculo vicioso: ese sector son las pymes. No se debería caer en la tentación
de subir impuestos para lograr un superávit fiscal, sino que se debería
bajarlos para poner en marcha la economía. Ese camino requiere aún más reducción
del gasto. Como requerimos producción y empleo en volumen para sustituir planes
sociales por empleo privado, debemos generar un régimen simplificado para el
microemprendedor con baja carga impositiva tras el salto del monotributo a
responsable inscripto. Ese eslabón puede generar 1 millón de empresas en 5 años
y más de 2 millones de puestos de trabajo. Está probado en Chile, Uruguay, Perú
y Colombia, donde los proyectos de emprendedores logran mayor sustentabilidad.
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