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martes, abril 09, 2019

Las escuelas de negocios piden 'habilidades blandas'


/ Dreamstime

Ciertos cursos para formar en nuevas capacidades tienen un valor para los MBA que supera a las enseñanzas técnicas, estratégicas o financieras.

Son las 8 de la mañana de un sábado por la mañana, y 100 estudiantes de MBA y Executive MBA se han reunido en el centro de Londres en un curso de "dinámica interpersonal" de la London Business School que alienta a los participantes a desarrollar la autoconciencia, a practicar la atención plena y manejar conversaciones difíciles en el lugar de trabajo.

Las escuelas necesitan 'producir' alumnos con 'soft skills'
antes que con conocimientos técnicos

Richard Jolly, profesor de comportamiento de las organizaciones, recuerda a los alumnos que se trata de una mezcla de teoría y ejercicios prácticos en grupo acerca de las primeras impresiones, convencido de que el autocontrol emocional es determinante cuando se trata de desarrollar relaciones. Jolly cree que "muchos reclutadores piensan que los alumnos son arrogantes y no escuchan, por lo que cursos como éste suponen una herramienta eficaz para encontrar trabajo, ante las evidencias de que en el desarrollo de nuestras carreras todo lo que hacemos es tejer relaciones. Cuando uno está en la sala de juntas no está haciendo un Excel. Simplemente construye relaciones".

Este tipo de programas refleja la preocupación creciente de las escuelas de negocios ante el hecho de que necesitan producir graduados que tengan habilidades blandas además de conocimientos técnicos, estratégicos o financieros.

Entender los nuevos valores

El FT's 2018 Skills Gap Survey revela que los empleadores prefieren candidatos que sean capaces de solucionar problemas, de priorizar, trabajar en equipo con una gran diversidad de gente y que puedan construir una red sólida.

Warren Teichner, socio sénior de reclutamiento global en McKinsey, asegura que algunos candidatos pasan por alto el valor de la comunicación, la colaboración y la construcción de relaciones. Añade que "los candidatos a menudo se centran en el aspecto de la resolución de problemas y en el proceso de la entrevista, pero una vez que son contratados se espera que participen en la comunicación, en el trabajo en equipo y en la capacitación para el liderazgo.

Adam Grant, profesor de management en la escuela Wharton de la Universidad de Pennsylvania, añade que "las escuelas de negocios necesitan enseñar habilidades blandas (soft skills) a quienes cursan un MBA, y asegura que "no hacerlo es una malísima idea, probablemente peligrosa. Las habilidades blandas no sólo son valiosas, sino que es posible enseñarlas. Las escuelas de negocio tienen una responsabilidad superior a otras instituciones en esta tarea".

Las llamadas capacidades blandas no son sólo valiosas;
también se pueden enseñar

Jennifer Petriglieri, profesora de comportamiento de las organizaciones en Insead, cree que "este enfoque en las habilidades sociales (un término que odia porque, según su punto de vista, son las más difíciles de aprender) señala el retorno a las raíces originales de las escuelas de negocios: profesionalizar la gestión para el bien de la sociedad. Los cínicos piensan que no se deberían enseñar estas cosas en un MBA. Cuando se llega a los 35 o 40 años es más difícil deshacer los malos hábitos".

Retroalimentación

El feedback personal resulta determinante en todo esto, y ayuda a que los alumnos se sientan cada vez mejor preparados para manejar conversaciones y solucionar conflictos.

Brian Lowery, director académico de dinámicas interpersonales de Stanford, cree que esta formación puede ser intensa: "Los estudiantes se abren y se permiten ser vulnerables de una manera que nunca lograrían en su trabajo o en su empresa. Esta formación es valiosa porque ayuda a los MBA a ser más eficaces en sus interacciones empleado-empleador y a entender el impacto que nuestras acciones tienen en los demás en el ámbito laboral, y a no proyectar nuestra propia experiencia en los demás".

Andy Katz-Mayfield, cofundador de Harry's, una compañía de higiene y aseo masculino, se graduó de Stanford en 2011. Viene de un negocio tradicional, trabajó en consultoría y en venture capital, reconoce que lo que le interesa es "influir en las personas. Y para eso hace falta un alto grado de autoconciencia".

EMMA JACOBS (FINANCIAL TIMES)

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