Entre 2020 y 2030
habrá grandes cambios relacionados con la automatización, según un informe
global de PwC; los sectores vulnerables corren más riesgos.
Como si fueran los malos de la película, los robots parecen
estar al acecho. De hecho, la película Ex
Machina (2014) juega con la idea de que tienen sentimientos, aunque pueden
ser tan crueles como el peor de los/las rufianes.
En el mundo del trabajo, los robots juegan el papel de
verdugo en el imaginario popular. ¿Pero es así?
PwC publicó un
informe reciente, en el que realiza un análisis internacional del potencial
impacto a largo plazo de la automatización. "La investigación se basó
en el análisis de las tareas y habilidades involucradas en los trabajos de más
de doscientos mil trabajadores en veintinueve países. En promedio, la
proporción de empleos con alto riesgo potencial de automatización se estima en
solo un 3% a principios de 2020, pero se eleva a casi un 20% a fines de 2020, y
alrededor de un 30% a mediados de 2030", dice el informe.
La consultora
internacional detectó tres tendencias, que llama "olas" relacionadas
con la tecnología:
1) La ola algorítmica,
que ya está en marcha e implica la automatización del análisis de datos
estructurados y tareas digitales simples, como la calificación crediticia. Esta
ola de innovación podría llegar al punto de madurez a principios de 2020.
2) La ola de
expansión: es probable que llegue a su punto máximo de madurez en 2020. Se
centra en la automatización de tareas repetibles y el intercambio de
información, así como en el desarrollo de drones aéreos, robots en almacenes y
vehículos semiautónomos.
3) La ola de
autonomía, que podría llegar a su madurez a mediados de 2030, y que podrá
analizar datos de múltiples fuentes, tomar decisiones y realizar acciones
físicas con poca o nula participación humana. "En esta fase, por ejemplo,
los vehículos no tripulados completamente autónomos podrían desplegarse a escala
en toda la economía", dice PwC.
Al respecto, Mario
Julio, socio de PwC, afirma que "el desarrollo de la inteligencia
artificial es aún algo prematuro en nuestras empresas en comparación con otros
países, pero la automatización es algo corriente en el mundo corporativo.
Cuando hace ya muchos años dejamos de hacer cuentas a mano y pasamos a trabajar
con planillas de cálculo, eso mismo representó, en su momento, un paso
significativo hacia la automatización".
Más educación
El sector más vulnerable de la sociedad, con menos acceso a
la educación, es el que corre más riesgos y a quienes hay que ayudar a adquirir
las capacidades necesarias para adaptarse a un mundo cada vez más afín con la
tecnología. En este sentido, PwC advierte que "a largo plazo, los trabajadores
menos instruidos podrán estar particularmente expuestos a la
automatización". Y hace hincapié en una mayor inversión en el aprendizaje
continuo.
"No solo dependerá del compromiso de las empresas para
proteger los puestos de trabajo, sino de la voluntad de todos nosotros, como
trabajadores, de ser ágiles y adaptarnos a lo nuevo. Esto implica animarnos a
cambiar, aprender nuevas habilidades y re-entrenarnos mucho más allá de lo que
podamos haber aprendido en la universidad. Deberemos pensarnos a nosotros
mismos como un conjunto de habilidades y capacidades, y ya no más como un
determinado profesional universitario o rol", asegura el experto de PwC.
"A medida que la
automatización y la inteligencia artificial sigan avanzando, las habilidades
interpersonales se tornarán más y más relevantes”.
"Habilidades como la empatía, la inteligencia
emocional, la capacidad de escucha, el sentido común, la generación de
confianza, y también la proactividad, creatividad, capacidad de persuasión,
solo por brindar algunos ejemplos, seguirán siendo factores claves y cada vez
más valorados en las empresas y en todos los niveles jerárquicos", agrega.
"Todas estas destrezas
interpersonales, al menos por ahora, no las veremos en los robots. Como alguna
vez escuché: Los robot no sueñan...”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario