La capacidad de las
empresas de gestionar a sus profesionales de forma eficiente es la que, entre
otros factores, está determinando su competitividad en el mercado. Dentro de
este proceso, la comunicación se ha convertido en un elemento fundamental, dado
que permite a los líderes cerciorarse de que los objetivos y vías para su
consecución se han comprendido, así como impedir que las malas prácticas se
propaguen por la organización.
En esta era digital, el contacto humano se ha reducido a la
mínima expresión. La tecnología actual ha permitido que las personas no deban
estar frente a frente para poder comunicarse, lo que ha generado importantes
ventajas para la expansión de los negocios, pero también disfunciones dentro de las organizaciones que no han tomado las
precauciones necesarias.
En este sentido, Daniel Olivera, Socio-Director de MRC International Training, ha revelado
algunas de ellas, al tiempo que ha ofrecido 10 técnicas que revierten en una
mejora de la comunicación y que están dirigidas a aquellos profesionales que
tienen a su cargo un equipo de trabajo.
En este sentido, el directivo apunta a que “la clave del éxito de las organizaciones y la
probabilidad de mejorar los resultados dependerá, en buena medida, del modo en el que se relacionen las personas
de una organización, tanto internamente como con sus clientes y proveedores
e, incluso, con uno mismo”.
En esta línea, Olivera señala que "la mala comunicación
es lo que genera la mayor parte de los conflictos y se deben generalmente a
malos entendidos” e incide en que la clave para una correcta interacción reside
en “sintonizarse con el otro” y “adaptarse a su estilo, tanto de comunicación
como de motivación”.
Para ello, explica, “esa
comunicación efectiva debe ser dominada en primer lugar por los directivos,
a los que además de la complejidad de dirigir personas, se les une el entender
y aceptar que cada persona tiene su estilo comunicativo”.
En consecuencia, son los factores psicológicos y humanos los
decisivos tanto en la decisión final del cliente como en la fidelización del
mismo, por lo que resulta “decisivo” entrenar las habilidades para entender y
gestionar a las personas, evitar las etiquetas negativas y que se conviertan en
difíciles, reducir los problemas de personal y las diferencias. Para lograrlo, Olivera
ofrece 10 técnicas e ideas para sentirse
'fuerte' ante relaciones con ‘gente difícil’:
- Saber cómo contestar en cada momento y dar la mejor respuesta incluso ante la ironía.
- Seguir y controlar los compromisos, es decir, cerciorarse de que las personas que se han comprometido cumplan y, en caso contrario, exigir que lo hagan correctamente.
- Mantener el control ante personas que faltan al respeto, aunque sea un jefe.
- Manejar la negatividad, tratando de evitar el contagio de las personas que están constantemente quejándose o que son negativas.
- Controlar los tiempos en la comunicación, ganar tiempo en un conflicto para poder así responder de manera racional y no emocional.
- Conseguir sintonizar con cualquier tipo de persona.
- Trabajar la persuasión y evitar la disputa.
- Saber actuar asertivamente con aquellos que siempre ponen excusas o culpan a otros de sus errores.
- Actuar cuando una persona promete algo y no lo cumple.
- Ser firmes en la comunicación ante personas que siempre quieren tener la última palabra.
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