Tokens, critptomonedas y blockchain. Este es uno de los
escenarios más probables hacia el que se dirige la industria tecnológica. Uno
de los escenarios con más potencial para impactar en la economía real. Y uno de
los escenarios, como explicaron varios de los expertos que la semana pasada intevinieron
en FiturTech, que con más fuerza pueden disrumpir el sector turístico.
De hecho, en la popularización del blockchain descansan
parte de las esperanzas de muchos agentes turísticos, que aspiran a poder
minimizar la dependencia que ahora mismo tienen de las grandes plataformas
intermediadoras (Booking, Trivago, Kayak, etc) para competir de una forma mucho
más libre.
Blockchain y la
confianza distribuida
Como explicó en su ponencia el emprendedor e inversor Carlos Barrabés, hace tiempo que los hoteles
(y otras empresas turísticas) son esencia un conjunto de APIs, donde cada vez
cobran más importancia tecnologías como Big Data, Machine Learning o Internet
de las Cosas.
Son compañías que tras digerir mal que bien el impacto que
ha tenido Internet para sus negocios, viven en redes centralizadas,
“enchufadas” a grandes plataformas que por su peso en el sector, se han
convertido en infraestructura (como
puede ser la luz o el agua) y que por lo tanto, tienden al monopolio.
Prueba de lo anterior es que el pasado mes de septiembre
algunos dijeron basta y acudieron a los tribunales para denunciar las que
consideraban malas prácticas (fijar tarifas y condiciones de reserva) en
plataformas como Booking (63% del mercado) Expedia (17% del mercado) o HRS (12%).
Pero mientras los tribunales resuelven y el panorama
tecnológico no cambia, las plataformas van a seguir siendo ese “mal necesario”
del que depende el grueso de los ingresos para estas compañías. ¿O no?
Si hacemos caso a Barrabés, en un futuro (ni tan cercano
como a algunos les gustaría, ni tan lejano como podría parecer) esto va a dejar
de ser ser así. ¿La idea? Que gracias al blockchain pasemos de este escenario
de redes centralizadas a otro muy diferente de redes distribuidas, en el que
desaparece el papel del intermediario. Barrabés lo dice de la siguiente forma:
La democratización que trae el blockchain es imparable. Se podrán hacer
el 99% de las cosas que hacemos hoy en día, sin necesidad de intermediarios.
Estamos en un camino en el que se va a tokenizar el mundo. Cualquier acuerdo,
cualquier cosa que hagamos va ser tokenizable.
De la misma forma que los usuarios/clientes realizan las
reservas en estas plataformas porque confían en ellas, ese futuro que pintan
los profetas del blockchain “la confianza estará distribuida” y cada actor será
un nodo capaz de conectar con su “audiencia” sin necesidad de intermediación.
¿Se acaba por lo tanto el “reinado” de las plataformas? No
del todo. Algunas seguirán gozando de cierto protagonismo, pero su papel mutará.
O como aseguró Barrabés , “el intermediador con más futuro es el que
desintermedie bien”.
Turistcoin y las
criptomonedas verticales
Si el blockchain tiene un brillante futuro por delante, el
futuro sobre criptomonedas como el Bitcoin es más difícil de pronosticar.
Por un lado, es difícil negar que ésta y otras
critptomonedas hayan empezado a impactar en nuestras vidas. Tal vez todavía
sean muy pocas las personas que las utilizan para adquirir bienes o servicios,
pero ya no resultan extrañas las conversaciones con amigos y familiares en las
que se comenta que se ha invertido en tal o cual moneda virtual nueva con la
esperanza de una futura rentabilidad.
Pero por el otro, para algunos expertos las señales que
envía el “mundo cripto” indican el estallido de la próxima gran burbuja
especulativa de nuestro tiempo. Sin embargo, optimistas como Carlos Kuchkovsky (CTO New Digital
Business del BBVA) afirman que en realidad nos encontramos en un “momento
iPhone”, es decir: de la incredulidad/decepción sobre el éxito de una
tecnología, pasaremos a su crecimiento exponencial.
O como explica Moisés
Cano, responsable de Touristcoin, incluso si llegase a estallar una
burbuja, nos dirigiremos hacia una normalización del mercado. Una normalización
que podría traducirse en un Bitcoin que pase asumir el papel de “moneda
refugio” (o patrón oro), y la estabilización del mercado cripto en torno a
20-30 grandes monedas que desarrollen nichos de mercado concretos.
En este ecenario de verticales, propuestas como las de
Touristcoin servirían en este caso para articular un mercado turístico cada vez
más fragmentado. Y es que según el business plan de estos jóvenes
emprendedores, por primera vez el sector podría contar con una moneda
universal, que no sólo serviría como medio de pago, sino que además permitiría
fidelizar a los clientes que la utilizan.
Volvemos en este sentido al concepto de confianza
distribuida. Si tanto comercios como usuarios confían en un futuro en el valor
que tiene una criptomoneda como Turistcoin (segura, anónima, asociada a
recompensas, etc), el cielo es el límite.
De momento la compañía está dando sus primeros pasos y según
explicaron en FiturTech, en marzo de este año preparan el lanzamiento de su
ICO. Y pese a lo “excéntrico” que para algunos pueda resultarle su propuesta de
valor, en el sector turístico no son los únicos.
Grandes compañías como Amadeus o Destinia aceptan desde hace
tiempo el pago en Bitcoins y otras criptomonedas. La plataforma de reservas
on-line CheapAir.com ha conseguido facturar más de 1,5 millones de dólares en
divisas virtuales e incluso pequeños establecimientos como el “Hotel Ginebra”
de Barcelona o cadenas como One Shot Hotel, ya se han subido a la nueva ola.
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