Marcial Rapela, socio Bain & Company Chile
La inmediatez que han brindado las herramientas tecnológicas
obliga a las empresas a cambiar su funcionamiento, y a responder de manera
expedita y eficaz ante los requerimientos de los consumidores. Sin embargo, y
contrario a lo que se pueda creer, muchas organizaciones aún no son capaces de
adecuarse a estos cambios, ejecutando las mismas prácticas que desde hace
décadas, evitando innovar, aduciendo que con este tipo de modificaciones se
corre el riesgo de perder los estándares de calidad y funcionamiento que los ha
caracterizado durante años.
En Bain & Company
sabemos que cambiar la mentalidad de toda una organización es difícil, e
incluso si se cuenta con un equipo talentoso, no siempre el éxito está
garantizado. Para un proceso de cambio interno, es vital contar con un buen
líder, quien deberá ser capaz de desarrollar una evaluación clara del problema,
aplicar y mejorar el modelo de funcionamiento cuando sea necesario, además de
realizar transformaciones que cuenten con respaldo previo. A esto se deberá
sumar su capacidad para estar en contacto con los distintos departamentos de la
empresa, de forma de saber qué ocurre realmente en ella y cuáles son las
necesidades de los distintos equipos, y conocer las nuevas tendencias
tecnológicas.
En nuestros años de experiencia, hemos visto cómo contar con un buen líder al momento de
implementar cambios genera beneficios cuantitativos: un banco local de
Estados Unidos efectuó una serie de cambios en su funcionamiento, con lo que
logró incrementar sus ganancias en un 300%. Dichas modificaciones fueron
encabezadas por un líder con las características descritas anteriormente.
Cuando no se presentan estas condiciones, se da paso a
deficiencias que pueden terminar perjudicando a la empresa. Uno de los principales problemas es que se
generan dos ritmos de trabajo para un mismo fin, lo que no siempre significa un
buen funcionamiento. Mientras un grupo está abocado en encontrar una
solución de manera rápida, el otro prefiere mantenerse a los viejos conductos
regulares, tomándose más tiempo y retrasando a sus compañeros, junto a esto
también empiezan los roces y tensiones dentro de la misma organización.
La confianza que
genere este líder tecnológico en sus equipos de trabajo también es considerada
como un factor clave para lograr los objetivos propuestos y ser exitosos en el
proceso de cambio. Será fundamental que la persona a cargo logre trazar una
ruta que no solo signifique un incremento en los márgenes de la empresa, sino
que también debe entender que este camino debe adecuarse a los estándares y
valores de la organización. Asimismo, es necesario priorizar lo que se quiere
ir modificando, entiendo que un cambio de esta envergadura no puede ser
aplicado de una sola vez. La manera
correcta de generar un cambio en una empresa, es fijar una meta en común para
todo el equipo y eso es responsabilidad del líder tecnológico en que todos lleguen
a ese punto.
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