Un uso inteligente y equilibrado de los soportes digitales
permite al profesional ser más eficaz y aumentar su productividad. Dreamstime
La gestión es la llave para conseguir que la tecnología sea
un aliado laboral, y no un factor que desquicia tu jornada. Analizar tu
comportamiento diario en línea te ayudará a diferenciar lo importante de lo que
te hace perder el tiempo y, de esta manera, mejora tu rendimiento.
Centrarse en una cosa es menos estresante que sentir pánico
por cincuenta". Parece tan obvio que resulta sorprendente que la mayoría
de los profesionales vivan en la segunda opción: terror, fobia y hasta cierto
espanto por querer estar en cincuenta cosas a la vez, a menudo agrupadas en un
dispositivo que se puede llevar en la mano, una prolongación tecnológica que
desquicia. Virginia Gasión, codirectora del I Congreso Mindfulness y Empresa,
advierte de que "en medio de ese estímulo continuo de la multitarea
tecnológica caemos a veces presa de las emociones reactivas, de la
preocupación, las prisas, de la falta de reflexión y la toma de decisiones
inadecuada, que conducen a resultados personales y profesionales no
deseados".
Los minimalistas no cambian de
tarea y se concentran
en lo que hacen durante largos
períodos de tiempo
Poner el foco en una sola función -mindfulness- de manera
que el cerebro le dedique atención plena no es una utopía. La gestión
consciente es la receta para sobrevivir en un entorno, laboral y personal, en
el que la faceta digital es protagonista, evitar que tenga el papel principal
es clave para que ese trabajo interior impacte de manera positiva en el
exterior. Según un estudio de Adecco Training -división del Grupo Adecco,
especializada en integrar soluciones de formación y desarrollo con la
estrategia empresarial- cada trabajador pierde, de media, 90 minutos diarios en
distracciones, lo que viene a ser unas ocho horas semanales, un 20% de la
jornada laboral. Gasión menciona a Daniel Goleman, quien afirma que
"cuando nuestra mente está más centrada en lo importante y encontramos la
paz para detenernos en mitad de las prisas y de toda esa información,
gestionamos de un modo más eficiente las nuevas tecnologías. Eso es lo que los
estudios de investigación están confirmando sobre la práctica del
mindfulness".
Equilibrio y
coherencia
Llegar a este equilibrio requiere un entrenamiento mental
que, en nuestros días, pasa por utilizar las nuevas tecnologías con sosiego y
sabiduría. Eso es lo que propone David M. Levy, profesor de la Escuela de
Información de la Universidad de Washington y autor de Mindfulness digital (Ed.
Plataforma Actual). Su recomendación para alcanzar el equilibrio parte de la
observación: "Al prestar atención a tu comportamiento en línea, es
probable que te descubras haciendo cosas desmañadas y poco útiles". La
autocrítica es el punto de partida para cambiar, un ejercicio que tiene que ver
con explorar cuando hacemos otra cosa que nos aparta de nuestro objetivo y por
qué.
Establece Levy dos tipos de estrategia global de multitarea:
la minimalista, la de aquellos que no suelen cambiar de tarea y optan por
concentrarse en lo que están haciendo durante largos períodos de tiempo; y los
maximalistas, que saltan de una cosa a otra, responden a emails, mensajes de
texto y llamadas conforme entran. Según Levy que una u otra opción resulten
útiles depende de establecer cuándo y cómo ejercitar la multitarea o
abstenernos de ella. Gasión recuerda que "la multitarea es la capacidad
que tienen los ordenadores personales de mantener varios programas abiertos y
operando de forma simultánea. Y con la incorporación de las nuevas tecnologías
es algo que hacemos 9 de cada 10 personas, según estudios de Harvard y
Google". ¿Funcionamos como un ordenador?
Si tienes claros tus objetivos
podrás aplicar
una metodología para conseguirlos
Mireia Cabero es profesora de Estudios de Psicología en la
UOC, y dice que para sobrevivir a multitud de impactos es importante
"analizar el sentido que tiene para cada uno el uso de la tecnología. Hay
que tomar conciencia y analizar qué beneficios reporta determinada actitud y,
si es necesario reformular el comportamiento; reflexionar si lo que hacemos
obedece a una necesidad o un deseo. El último nos habla de las expectativas que
no se van a cumplir... primero hay que llenar esas necesidades". Añade un
punto muy relevante: "Si tengo claro el objetivo, soy consciente y aplico
una metodología encaminada a conseguirlo".
Parar y analizar qué queremos conseguir y determinar la
mejor estrategia para conseguirlo es el primer paso para focalizar la atención
y avanzar. Ceferí Soler, profesor de Dirección de Personas y Organización en
Esade, afirma que "la organización de las tareas es algo que parte de uno
mismo. La multitarea y la productividad es una consecuencia de la tecnología.
En las manos de cada uno está utilizarlo de manera eficiente". Sobre el
mindfulness dice que "se trata de un enfoque global. Eres tú el que tiene
que descartar para meditar y la mejor manera de lograrlo es siendo
persistente". En este sentido valora la función del tutor o supervisor en
las organizaciones para formar y dirigir a los profesionales en el uso
saludable de las nuevas tecnologías.
Hacia empresas más
ágiles
La adaptación, el trabajo en equipo y la orientación a
resultados son, según el informe tendencias 2017 de Sodexo, los pilares que
definen a las organizaciones ágiles. Además, identifica el 'mindfulness' como
el canal para conducir ese dinamismo por cuatro motivos: ayuda a alcanzar el
equilibrio entre velocidad y estabilidad, genera responsabilidad, proporciona a
los empleados concentración y mayor calma, y promueve el sentido de comunidad.
Detenerse un momento para analizar nuestro comportamiento es el punto de
partida del 'mindfulness', que no es otra cosa que tener atención plena a lo
que estamos haciendo. Sólo un 2% de la población es eficiente en multitarea, el
resto perdemos atención y tiempo en hacer muchas cosas a la vez, con lo que nos
despistamos de nuestro objetivo y, por tanto, reducimos la eficiencia.
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