Si desde hace algún
tiempo tu trabajo ya no te permite multiplicar tus capacidades y habilidades,
ha llegado el momento de hacer balance y decidir si realmente es el puesto o la
empresa que más te conviene.
La empleabilidad es todo aquello que te hace mejor en tu
trabajo y, lo que es más importante, que te aporta el valor añadido necesario
para ascender o trabajar en otra empresa. Más que de sumar, se trata de que tu
actividad te permita multiplicar cada día tus habilidades y capacidades. Como
dice Fernando Botella, CEO de Think &Action, "hablamos de un concepto
vivo, directamente relacionado con el talento y el desarrollo. Por eso es
necesario ponerlo en movimiento, es decir, cultivarlo, desarrollarlo y accionarlo,
y de ello depende el grado de empleabilidad del profesional".
Equilibrio
Poner en una balanza qué aspectos te hacen ganar atractivo
en el mercado laboral y cuáles no es el principio para definir si realmente
estás en el trabajo que más te conviene. Multiplicarte depende a partes iguales
de ti y de tu empresa; y, sobre la parte que resta, hacer que el denominador
disminuya es el gran desafío. Según José Manuel Gil, experto en gestión del
cambio y autor de El secreto del cambio (Lid, editorial), "no hay que
esperar a que la empresa te dote de las herramientas necesarias para crecer. El
empleado tiene que ser proactivo y, por tanto, responsable de su propio
crecimiento".
Pilar Jericó, presidenta de Be-Up, aconseja plantearse
distintas metas: "Permanecer más de tres años realizando la misma tarea no
es recomendable. El trabajo tiene que ser una oportunidad de mostrarte, de
presentar resultados y de hacer valer tu aportación. En este sentido, que la
empresa facilite formación y que reconozca tu trabajo puede ser un gran
multiplicador de tu desarrollo profesional".
A menudo crecer cada día en el puesto de trabajo tiene mucho
que ver con la autogestión de tus fortalezas. La receta que propone David Comí,
director de Incrementis, consiste en "planificar, realizar el trabajo y
comunicarse de forma asertiva, concreta y sobre todo con plazos establecidos,
usando la fórmula 'qué y cuándo' a la hora de comunicarnos profesionalmente. No
es lo mismo un 'déjamelo, le doy una vuelta al tema y te digo algo pronto', que
un 'dámelo, lo reviso esta mañana y hoy a las cuatro de la tarde, te envío por
email el resumen'. Así nuestro valor profesional aumenta porque generamos
confianza". En opinión de Comí, el punto fundamental para permanecer en un
puesto es "la credibilidad y fiabilidad profesional, lo que aporta
confianza en los otros que no quieren desprenderse de ti".
Sin embargo, la actitud no es lo único determinante para
permanecer en un puesto. El entorno puede inclinar la balanza hacia uno u otro
lado. Botella cita la cultura corporativa y el modelo de liderazgo, como otros
factores positivos: "Un clima y un estilo de liderazgo inspirador,
cooperativo, generador de empowerment y estimulador de la toma de
decisiones".
Incuestionable
Si el trabajo se convierte en rutina, no hay retos
profesionales y caes en la queja continua, tienes más de un motivo para dejar
tu trabajo o tratar de activar tu búsqueda de un nuevo empleo. "Igualmente
si siempre estás de malhumor y el estrés comienza a afectar a tu vida privada
es el momento de dar carpetazo", señala Jericó. Gil menciona un elemento
que parece definitivo: "Cuando estás quemado y dejas de disfrutar haciendo
una tarea. Nadie es muy bueno cuando dedica su tiempo a hacer algo que no le
gusta".
Lo que hace que
multipliques...
- 'Learning agility', capacidad de aprendizaje y mejora
continua.
- El grado de actualización y dominio del entorno tecnológico.
-
Flexilbilidad ante la situación empresarial y las relaciones interpersonales.
-
Conocimiento de los factores clave del negocio. Influye mucho que te esfuerces
por conocer cómo funcionan las cosas.
- Capacidad de venta.
- Mente innovadora,
pensamiento creativo, capacidad para cuestionarse el 'statu quo' y generar
opciones.
- Consigue logros más que hacer tareas. Piensa en finalidad,
beneficio e impacto de tu trabajo.
... y lo que hace que
restes
- Falta de ejecución, de acción, no hacer ni generar
resultados. - Acomodarte en el puesto, caer en la rutina de un trabajo que ya
no aporta nada a tu carrera.
- La falta de formación y, sobre todo, de
evaluación: si nadie te corrige nunca podrás mejorar.
- Una empresa opaca que
no comunique sus objetivos ni resultados.
- Que no te preocupe tener un jefe
incompetente: su falta de acción puede perjudicar mucho tu carrera.
- Las
reuniones innecesarias: ralentizan tu trabajo y restan eficacia. - Un equipo de
trabajo o un jefe conflictivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario