Sin un cargo y sin ser
jefe, puedes ser importante en tu empresa y tener poder a base de enchufes o
siendo un trepa. Pero también es posible ejercer una verdadera influencia
basada en la credibilidad y en los resultados. Todo tiene su cara y su cruz.
No hace falta tener despacho, y ni siquiera haber sido
nombrado para un cargo. Como empleado puedes llegar a ejercer una influencia
real en tu lugar de trabajo. Puedes llegar a través de atajos más o menos
lícitos. La recompensa del poder que alcanzas también tiene consecuencias que
pueden ser desagradables.
Relaciones e
información
En el plano más negativo, Ovidio Peñalver, socio director de
Isavia, se refiere al poder que alcanzan algunos individuos en organizaciones
en las que ser familiar, amigo, o recomendado (incluso de un gran cliente) te
convierte en intocable. José María Gasalla, profesor de Deusto Business School,
coincide en señalar a aquellos que buscan relaciones familiares con los jefes,
o incluso chantajes o denuncias sobre prácticas delictivas de la compañía.
Gasalla añade que utilizar ese capital relacional puede plantear estrategias
que se refieren a informaciones negativas que a los directivos o a la propia
empresa no le conviene airear.
Peñalver se refiere asimismo a un uso perverso de la
información: "Algunos empleados que tienen acceso a datos confidenciales o
privados, muy sensibles, pueden alcanzar poder si amenazan con hacer mal uso de
esa información".
'Influencers
sociales'
Están los que son verdaderos maestros en el arte de tocar
ciertas teclas que les hacen populares y muy visibles. Son aquellos que
comentan los temas de actualidad y saben qué les gusta a sus compañeros y a sus
jefes. Consiguen construir una red de comunicación y contactos que les convierte
en influencer, y hay que distinguirlos de aquellos que no son tan visibles...
Porque sólo se dedican a trabajar.
Estos empleados sociables, que en ocasiones se asocian al
típico trepa o al pelota, resultan muy valorados y alcanzan cuotas de influencia
en organizaciones en las que hacer bien tu trabajo es condición necesaria, pero
no suficiente, para promocionar.
En todo caso, estos empleados sociables no son los típicos
graciosos. No son meros espectadores, porque participan y se convierten en líderes
informales con un alto impacto en los demás. Son conectores; dinamizan los
grupos y tienen una alta inteligencia emocional y social.
Cohesionador
El poder es también para aquellos empleados que actúan como
catalizadores. Consiguen que todo se acelere. Al tener información de sitios
diversos y más contactos a todos los niveles pueden convertirse en
conseguidores. Eso los hace relevantes. Son algo parecido a expertos o
mensajeros internos de la compañía que recopilan, seleccionan, ordenan y
transmiten información útil en todos los niveles.
Jorge Cagigas, socio de Epicteles, se refiere a otro tipo de
cohesionadores: "Se trata de aquéllos que son capaces de reconciliar
opiniones y actúan como bálsamo o intérprete de las opiniones últimas de otros.
Unifican y favorecen que se pueda construir".
Expertos
Si no eres jefe ni tienes cargo pero quieres influir, quizá
puedas convertirte en experto. Lo primero que debes hacer es saber escuchar. Y
dominar las fuentes de información. Haz benchmarking de lo que tiene que ver
con tu negocio y comparte esos conocimientos. En todo lo que hagas debes dejar
una huella personal para que te puedan clasificar de alguna manera.
Prueba a convertirte en un referente en las redes sociales,
pero sin competir con tu propia empresa.
Ovidio Peñalver cita a un tipo de experto caracterizado por
tener capacidades que lo hacen único y que no son fácilmente reemplazables. Su
poder viene de su especialización técnica.
Peñalver se refiere asimismo a otro tipo de
"intocables": el poder viene por la función que ocupan en la
compañía, muy técnica, única. Manejan información sensible o participan en
reuniones de alto nivel, tienen acceso a los jefes o incluso viajan con ellos.
Verdaderos
influyentes
Las compañías deben detectar a los influyentes, que suelen
ser los más adecuados cuando se producen cambios en una organización. Estos
influyentes son reconocidos como líderes morales.
Puedes crear impacto, convirtiendo tu influencia en algo
viral. Si tu voz importa y se escucha, la gente quiere ser parte de tus
conversaciones -los demás quieren saber sobre ti y lo que representas-, y tu
talento es descubierto por otras personas influyentes en la organización. El
poder y la influencia no son independientes. Quien tiene poder acaba teniendo
influencia, y el que consigue ésta, termina por tener poder.
Jorge Cagigas explica que "cuando los demás te muestran
que eres alguien que en determinado ámbito hay que seguir o reconocer, más que
de poder estamos hablando de influencia".
Cagigas destaca una característica transversal, como es la
credibilidad, y habla de aquellos que tienen mucho conocimiento desde la
perspectiva de la sabiduría: "Tienen sentido común y desarrollan sus
opiniones y recomendaciones de una forma estructurada. Plantean además su conocimiento
desde la humildad personal y respetan la opinión de otros, demostrando
inquietud intelectual".
El socio de Epicteles añade que "son coherentes y
comprometidos, y no varían de opinión, pero también son flexibles, y pueden
cambiar porque tienen capacidad de aprendizaje".
Eficaces
Quizá el poder más sostenible es el de aquel que consigue
resultados y es eficiente. José María Gasalla añade el caso de los que
mantienen el control emocional y el equilibrio.
Si eres más empleable, tienes más poder. Ovidio Peñalver
cree que esto te dará más ofertas de trabajo, y eso te revaloriza y te hace
único.También alaba el poder del creativo e innovador, que suele ser bueno
negociando y resolviendo conflictos.
¿Y si no eres
imprescindible?
No pierdas el tiempo obsesionándote con la idea dequé debes
hacer para ser imprescindible. Nadie es insustituible. Lo más lógico es que
trates de superarlo.
- Reinvéntate y añade valor a tus tareas. Las empresas
buscan hoy optimistas inteligentes, profesionales proactivos, que ofrezcan
ideas y que hayan demostrado creatividad y sean muy adaptables.
- Si estás
seguro de que recibes señales evidentes que muestran que eres prescindible, lo
más inteligente por tu parte es trabajar con eficacia.
- Deja una excelente
imagen en la compañía y procura mostrar una flexibilidad extraordinaria y un
gran valor añadido. Mantén una actitud positiva. Salir de una compañía no es el
fin, y la actitud que transmitas se trasladará a las entrevistas de trabajo a
las que accedas.
- Recuerda que una organización que genera muchas personas
imprescindibles provoca asimismo muchas frustraciones una vez que alguna de
ellas desaparece.
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