Reconocer los fallos,
asumirlos y querer aprender de ellos son rasgos que definen la inteligencia
emocional.
La inteligencia emocional es la capacidad que poseemos para
gestionar y trabajar tanto nuestras emociones como las de terceros, e incluso
para realizar una gestión de las mismas orientadas a la consecución de un
objetivo.
¿Cómo podemos saber si poseemos inteligencia emocional y desarrollar
al máximo esta capacidad?
- Nombrar los sentimientos. Las personas que detallan sus
sensaciones más allá de “estoy bien” o “estoy mal” generan un espectro más
amplio de reconocimiento emociones y,
por tanto, podrán enfrentar de forma más adecuada lo que les ocurre a ellos y a sus familiares, amigos, compañeros
de trabajo, etc.
- Observar y no sólo escuchar. Nuestro lenguaje corporal habla, en muchas
ocasiones con más vehemencia que el propio mensaje enviado. Las personas
observadoras y capaces de percibir o de “leer” esos pequeños gestos tienen una
valiosa herramienta para potenciar su inteligencia emocional, se trata de la
consciencia emocional.
- La empatía es uno de los rasgos que caracterizan a las
personas con inteligencia emocional. Observar las emociones del otro y tratar de entender el qué las han motivado,
en definitiva, ponerse en el lugar del otro es una forma de ampliar el espectro
de reconocimiento de las emociones, un ejercicio que redunda en este tipo de
inteligencia.
- Saber identificar el contexto que ha provocado un
determinado sentimiento o emoción es de personas emocionalmente inteligentes.
Aunque en todo momento se aluda a sensaciones, percepciones y sentimientos, la
inteligencia emocional comprende el saber analizar las relaciones de
causa-efecto entre situaciones y sentimientos.
- Gestionar las emociones. Si ante una crítica (realizada de
forma constructiva) nos dejamos llevar por el enfado o la frustración,
significa que no se está realizando una correcta gestión de las emociones y
que, en este punto, hay que trabajar nuestra inteligencia emocional. En esas situaciones hay que tratar de
analizar, ¿era pertinente esa crítica? ¿Me puede ayudar a crecer o a mejorar?
- Reconocer para aprender. Reconocer los fallos, asumirlos y
querer aprender de ellos son otros rasgos que definen la inteligencia
emocional, y uno de los pasos para poder fomentar esta capacidad.
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