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viernes, noviembre 09, 2018

La sociedad del futuro. Preocuparse pero no asustarse

Distintas encuestas y estudios, a escala mundial, sostienen que en 2030 la inteligencia artificial (IA) reemplazará al trabajo humano y que en 2060 el desarrollo tecnológico de esa inteligencia llegará a ser igual al pensamiento humano. Ante esta perspectiva fascinante, y que genera una gran incertidumbre ante lo desconocido, no hay que tener miedo.

Walter Risi

Hoy hay que ocuparse de afrontar estos cambios irreversibles, prepararse para ellos, y preocuparse pero no asustarse por lo que vendrá en el mediano y largo plazo, hacerlo con un sentido constructivo y pensando en cómo será la sociedad del futuro, sin ignorar lo que se viene. El mundo del trabajo como las mismas sociedades cambiará significativamente. 

Es posible que en el futuro cercano muchos trabajos humanos se conviertan en un mix de negocios y automatización. Antes, la tarea era sencillamente hacerlo y ahora es también automatizarlo, aunque siga siendo el dueño de mi trabajo. Esto está ocurriendo en el mundo y en la Argentina también. El empleado está pasando de hacer un trabajo determinado, a ser un automatizador de ese trabajo; es decir se mezcla la figura del especialista de negocio con la del automatizador. 

Esto no es tan diferente a la forma en que piensan los desarrolladores de software, que prefieren automatizar una tarea repetitiva antes de hacerla. A escala nacional estamos viendo un avance muy significativo en muchas empresas, especialmente multinacionales con base en el país, donde el uso de capacidades de IA como el reconocimiento de voz, video e imágenes es cada vez más importante.

Soluciones a nuevos problemas

Ese "empleado automotizador" tiene un futuro promisorio. Por otro lado, aunque que las soluciones de automatización e IA puedan resolver muy bien temas específicos, el diseño general todavía requerirá intervención humana, que demandará arquitectos de soluciones que combinen a personas e IA: algo así como los ingenieros industriales del futuro. 

Otro tema importante que todavía tendrá bastante por desarrollarse en no automatizado es todo lo relacionado a los aspectos legales y liability. Por ejemplo, puede haber un robot que ejecute una acción que termina perjudicando económicamente a la empresa o a un cliente, o directamente puede afectar la salud de una persona. En tal caso el interrogante aparecerá: ¿quién sería el responsable y/o culpable de ese perjuicio? Ahí solo podrá intervenir la persona humana para arbitrar los conflictos que puedan aparecer.

Pensando en 2030 y en que la mayoría de las tareas de las personas y sus trabajos pueden ser reemplazados, todo lo que sea armar el rompecabezas entre las diferentes actividades, como diseñar una organización en la cual deberán convivir trabajos automatizados y no automatizados, no será una tarea que probablemente podrá llevar adelante la inteligencia artificial. Ahí también el factor humano será el protagonista. Y una profesión que podría tener mucha relevancia en función de esta realidad será la del arquitecto organizacional, algo así como el futuro ingeniero industrial que deberá diseñar organizaciones y negocios combinando IA y las tareas no automatizadas. 

Se puede afirmar que cuando la inteligencia artificial reemplace a la mayoría de las tareas humanas, en la práctica estaremos frente a otro cambio fundamental: el de la propia organización social. Universidades del mundo están estudiando las características que tendrá la sociedad futura de 2060 y es posible que nos encontremos con organizaciones mixtas: psicólogos sociales y hombres máquinas. Los modelos de trabajo y de sociedad serán radicalmente distintos. Y el primer paso es tomar conciencia de que la vida no será la misma a la que tenemos hoy.

Walter Risi. Socio de IT Advisory KPMG Argentina. 

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