Los profesionales de recursos humanos deben aprender a
gestionar a la diversidad generacional que hoy día converge en las
organizaciones. Los Baby boomers, la Generación X, los Millennials y los Centennials,
tienen intereses compartidos, aunque los sitúan en una escala distinta, en
función de su edad y contexto vivido. Por ello, es importante saber cómo
trabajar con ellos y el impacto que, en este sentido, tienen los espacios de
trabajo.
Los trabajadores pasan un gran parte de su tiempo en la
oficina. Por ello, en la consolidación de una cultura de trabajo sólida,
que comprometa al personal y resulte productiva, es clave la adecuación del
espacio a las características particulares del capital humano de las compañías.
Una variable en la que la generación a la que se pertenece, juega un papel
principal.
Desde Ofita, empresa de diseño y mobiliario de oficina, han revelado en un artículo cómo crear lugares que puedan
satisfacer las necesidades de todos los empleados que conviven en ella, a
través de seis recomendaciones. “La idea –aseguran- es mezclar diferentes tipos
de ambientes, por ejemplo, los abiertos destinados al trabajo más colaborativo
con salas cerradas, donde se pueda recurrir para realizar labores de mayor
concentración, hacer llamadas privadas, o mantener reuniones con grupos
reducidos para determinadas funciones”.
El primero de los seis consejos que los expertos de Ofita
dan, se encuentra vinculado a incentivar la construcción de espacios
colaborativos, es decir, lugares donde pueda ser fomentado el trabajo en
equipo y la comunicación interdepartamental. Esta tendencia es clave para los
Millennials y Centennials, quienes consideran dicha colaboración como un
elemento más para el buen ambiente de trabajo. Además, en la actualidad, “se
estima que las áreas colaborativas ya se han convertido en protagonista de los
nuevos espacios, ocupando hasta un 65% de ellos. El porcentaje debería aumentar
en el corto plazo”, apuntan.
Por otro lado, se recomienda personalizar el diseño
de los espacios de trabajo, incluyendo la opinión, expectativas y
necesidades de sus profesionales. “En este proceso se debe tomar en
consideración las demandas de las distintas generaciones, pues no serán las
mismas. Escuchar a cada trabajador es la clave”, indican desde Ofita.
En tercer lugar se apunta hacia la importancia de la creación
de “espacios de comunicación informal”, cuya finalidad es la de “fomentar
la comunicación entre los empleados de distintas generaciones, a la vez de
aumentar la calidad de vida en el trabajo”.
Sumado a ello, en cuarto lugar, comienza a ser relevante trabajar la
‘sensación de hogar’ en la oficina. Esto supone invertir en elementos
que sean de uso habitual, más allá del espacio de trabajo como cortinas,
cojines y elementos decorativos. “Aunque la generación tradicionalista y los
baby boomers hayan crecido en espacios fríos de trabajo, se sienten conformes
con el proceso de domesticación. Por su parte, la Generación X y Z asocian los
guiños al mundo del hogar, con calidad de vida y satisfacción”, explica Ofita.
La quinta recomendación gira en torno a la creación
de “un pool de espacios”, es decir, facilitar distintas opciones de trabajo
a los profesionales, bien diferenciadas pero todas ellas flexibles, donde todos
los miembros tengan acceso a ellas. Una tendencia, llamada “desk-sharing”, con
la que, según Ofita, se sienten más cómodos los jóvenes que los profesionales
seniors.
Finalmente, se aconseja invertir en herramientas
tecnológicas dado que “los colaboradores empoderados, aquellos que
tienen un mayor acceso a sus aplicaciones deseadas y necesarias para trabajar,
tienen el triple de probabilidades de aumentar su productividad”, algo que es
aplicable a todas las generaciones.
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