Las PYMEs sufren en muchos casos la presión y dura
competencia de las grandes empresas que actúan en mercados abiertos, gozan de
economías de escala y tiene un mayor poder financiero.
Para asegurar su
supervivencia pueden optar por estrategias diversas:
- Ofrecer un producto de gran calidad o servicio de excelencia y competitivo.
- Ocuparse de actividades donde sea difícil obtener economías de escala.
- Potenciar la relación con el cliente brindando no solo una buena atención si no también asesoramiento.
- Insistir en la permanente creatividad e innovación de la actividad.
- Estar atento y no desaprovechar las oportunidades de crecimiento.
La elección de la estrategia que adopte la empresa conlleva
un profundo análisis de sus puntos fuertes y débiles. Además, en un mercado
cada vez más competitivo, estará estrechamente relacionada con sus esfuerzos de
inversión en I+D+i.
Estas estrategias persiguen en principio asegurar la
supervivencia de la empresa o defender su posición competitiva para, una vez
consolidada, mejorarla y acrecentarla.
La empresa argentina en este aspecto sufre un enorme
retraso, a la vez causa y consecuencia de una excesiva dependencia tecnológica
del exterior. La economía argentina invierte más en la adquisición de
tecnología en el exterior que en I + D (Investigación y Desarrollo), estamos
hablando de inversión privada.
En cuanto a las PYMEs, la diferencia es aún
mayor, ya que:
- Están poco concientizadas de la importancia de la I+D.
- Sus recursos financieros son escasos.
- Carecen de recursos humanos (RRHH) especializados.
- Las infraestructuras científicas y tecnológicas son insuficientes.
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