Experiencias

Rodolfo Salas: Facilitador y potenciador sobre conocimientos de liderazgo, estrategia, marketing y gestión de los negocios.

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lunes, diciembre 14, 2015

La economía que viene: los diez negocios con más potencial

El nuevo escenario político y las medidas esperadas despiertan expectativas y devuelven el optimismo en varias áreas.

Fue una coincidencia de fin de ciclo. El viernes de la semana pasada, seis días antes del cambio de gobierno, Alejandro Ivannisevich, cuyo nombre se asoció al kirchnerismo por varios años, le puso la firma a la venta de su participación en Genneia, una empresa dedicada a producir energía con el viento. Una parte del lugar que dejó lo ocupó PointState Argentum, un fondo de origen norteamericano con inversiones locales en el negocio inmobiliario. Y sumaron fichas en la empresa hombres con olfato para los negocios, como el dueño del banco Macro, Jorge Brito, su hijo Jorge Pablo y el fondo Fintech, cuya figura excluyente es el mexicano David Martínez, socio de Clarín, tenedor de deuda local y desairado por el gobierno de la ex presidenta Cristina Kirchner en su intento por comprar Telecom.

La operación pasó casi inadvertida, pero es un eslabón de la cadena de negocios que los inversores internacionales esperan comenzar a tejer en la presidencia de Mauricio Macri. Sucede que quienes apuestan de a millones creen que el ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, promoverá el desarrollo de las energías renovables con subsidios, como ocurre en otras países. Y ese será entonces uno de los sectores con mayor potencial y por tanto, más atractivos para la inversión.

En una reunión con empresarios, el ex presidente de Shell prometió avanzar en dar estímulo a las energías renovables. El kirchnerismo había preferido, en cambio, seguir subsidiando los combustibles fósiles.

Desde Genneia, su CEO Walter Lanosa cuenta que hay una inversión comprometida de US$ 450 millones para concretar el Parque Eólico Madryn. Un primer módulo producirá energía en 20 meses.

Un relevamiento de LA NACION entre economistas, empresarios y analistas ofrece una aproximación sobre cuáles serán las mejores inversiones en 2016. Además de la energía hay sectores conocidos como la agroindustria y se suman otros muy postergados, como las producciones regionales. Además se espera un revival de los bancos y una vuelta de los instrumentos financieros en pesos.

Un ejercicio para estimar cuáles serán los negocios con más brillo es ver qué le falta al país. Eso sugiere Mariano Sánchez, socio a cargo de Advisory de la consultora KPMG. "Tres grandes sectores serán fomentados: la energía, la infraestructura y los agronegocios, que tendrán como objetivo resolver problemas de suministro, de competitividad y de divisas, en cada uno de los casos", afirma.

Según el especialista habrá oportunidades en shale oil y gas, por la explotación de la formación Vaca Muerta. Y suma a las energías renovables: "El país tiene condiciones para producir con sus vientos, que son estables, y desde que se invierte hasta que se genera caja pasa poco tiempo", analiza.

Ignacio Aquino, socio de Corporate Finance de PwC, considera que todos los sectores pueden ser interesantes. "Hay una falta de inversión importante y apetito de jugadores por entrar al mercado", dice. Sus objetivos preferidos: agronegocios, alimentos y energía.

Algo similar dice Camilo Tiscornia, socio de C&T. "Los activos argentinos en general van a ser muy atractivos si el nuevo gobierno puede estabilizar la macroeconomía y salir del cepo cambiario, entre otras cosas. Si la macro se torna predecible deberían destacarse sectores con ventaja comparativa", explica. A los agroalimentos le suma el turismo y la tecnología, sectores con algo en común: las ventajas locales perdieron terreno a medida que se apreció, en términos comparativos, el tipo de cambio.

Pese a que los precios internacionales están muy bajos, Aquino estima que la minería puede ser un actor destacado. "Los recursos naturales son escasos, no están en todos lados y hay compradores estratégicos como China", recuerda.

Julián Rooney, presidente de la Cámara de Comercio Argentino Británica, dice que se percibe "un clima de negocios distinto" y afirma que hay oportunidades en recursos naturales, minería, petróleo y gas.

Entre los negocios vinculados al campo, Fausto Spotorno, director de la consultora de Orlando Ferreres, elige al trigo. "Falta trigo, y si se liberan las restricciones a las exportaciones va a ser negocio", dice. Según el CEO de Los Grobo, Horacio Busanello, "el productor, como no sabe cuánto va a ganar invierte poco; ahora sabrá y va a invertir".

"Las vedettes de 2016 van a ser las empresas farmacéuticas, de tecnología y de alimentos; también el agro y los servicios complementarios", considera Daniel Varde, socio de Deloitte.

Todos los especialistas, además, creen que habrá un repunte casi inmediato de las economías regionales. La condición: una mejora del tipo de cambio que no se absorba por un salto de la inflación.

Para Daniel Serventi, socio de Transaction Advisory Services de EY Argentina, las mejores oportunidades estarán en los agronegocios y su cadena de valor. Y agrega que los servicios recuperarán terreno porque un nuevo tipo de cambio mejorará los costos laborales.

Al costado de la economía real y con los ojos puestos en ella, los bancos volverán a tener su primavera. Así lo piensan Serventi, Spotorno y Aquino. Los bancos fueron las grandes estrellas del kirchnerismo, pero entraron en una ola descendente en los últimos dos años.

La economía podría reflotar los plazos fijos y los instrumentos financieros en moneda local. "Los inversores vuelven al peso, con instrumentos cuya tasa va de 32 a 35% anual", explica Lucas Lainez, partner de Puente y director de Clientes Institucionales. Una de sus frases puede resumir las expectativas de la economía: "Tras cuatro años de dolarización de carteras, el peso vuelve a tener sentido".

1.- Trigo, una estrella en el mundo de los agronegocios

Todos los analistas coinciden en que los agronegocios se convertirán en la estrella de la economía de la mano de las políticas que se espera que aplicará el gobierno de Mauricio Macri. Entre ellas se destacan una devaluación y la eliminación o baja de retenciones a los cultivos. En ese contexto, el trigo será una de las mayores apuestas de los productores. El cereal se siembra en otoño-invierno (de mayo a julio, según las zonas) y se cosecha en diciembre. Es una buena opción sembrar soja una vez recolectado. Históricamente, el trigo fue visto como el cultivo para hacer caja a fines de año. Pero con el kirchnerismo, la intervención en el mercado local y las trabas para exportar le hicieron perder 2,5 millones de hectáreas de siembra. Horacio Busanello, CEO de Los Grobo, cree que "el área de trigo va a aumentar como mínimo 50% el año próximo por la baja de retenciones. Eso permitirá acceder al mercado brasileño, que tiene precio preferencial".

2.- Energías renovables, un sector lleno de expectativas

El desarrollo de las energías de fuentes renovables amenazó con despegar varias veces durante el kirchnerismo. Pero nunca pudo hacerlo, porque el gobierno saliente no terminó de darle al sector los estímulos crediticios y financieros necesarios. En cambio se subsidió con miles de millones de dólares todos los años la oferta de combustibles fósiles, como el fuel oil y el gas, una política de la que hay pocos ejemplos internacionales. El ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, considera que las subvenciones a energías fósiles deberían ceder, y que deberían crecer las destinadas a productos limpios. En diálogo con empresarios, prometió aplicar y promover la ley de energías renovables, aprobada meses atrás por el Congreso. Hay ejemplos exitosos y cercanos: Brasil desarrolló un parque eólico en condiciones que algunos consideran están por debajo de las argentinas. Lo mismo sucedió en Uruguay.

3.- El regreso de los bancos, tras un breve "descanso"

Los bancos, grandes ganadores del modelo kirchnerista durante la mayor parte de los 12 años de las gestiones de Néstor y Cristina Kirchner, sufrieron los embates de nuevas regulaciones en los últimos tiempos. A la caída de los pedidos de crédito se le sumaron la reducción de la diferencia entre la tasa pasiva (la que pagan por los depósitos) y la activa (la que cobran por los préstamos otorgados), algo que ocurrió por disposiciones normativas. En mayo de 2014, la ex presidenta dispuso un techo a las tasas por créditos personales, prendarios y comerciales. Y estableció un piso para las tasas pasivas. Además se redujeron las comisiones. Pero la estadística muestra un escenario favorable para el crecimiento. El ratio crédito/PBI, de alrededor de 15%, es de los más bajos de la región, donde ronda el 38%. Para llegar a un índice similar habría que duplicar el tamaño de los créditos. En otras palabras: duplicar el tamaño del sistema.

4.- Plazos fijos e instrumentos de ahorro en pesos, la novedad

El atractivo del ahorro en pesos será una novedad si el presidente Mauricio Macri cumple con las promesas de la campaña. Según Lucas Lainez, de Puente, "hoy los inversores están volviendo al peso, con instrumentos cuya tasa ronda entre 32 y 35% anual". Hay una clave sencilla para que la moneda local reconquiste el gusto del ahorrista: que la tasa real sea positiva. En los últimos años del kirchnerismo, con una inflación acelerada, el rendimiento de los plazos fijos fue menor a la suba de precios estimada, por lo que perdieron interés. Para Ignacio Aquino, socio de Corporate Finance de PwC, "puede crecer la bancarización con una economía más blanca y mayor capacidad prestable". Nadie en el sector piensa que estas herramientas puedan volver a los niveles de la llamada "plata dulce" de principios de los 80, pero sí se cree que mejorarán sus rendimientos y se volverán interesantes para ahorristas tanto pequeños y medianos como institucionales.

5.- Minería, la eterna promesa, esta vez con buenas chances

En el sector minero argentino suelen decir que Chile vive del cobre, pero que a nivel local no se registra un desarrollo similar de ese tipo de recursos. Y sostienen que la naturaleza no pudo haber sido tan injusta como para volcar todos los minerales, como el oro y la plata también, del otro lado de la cordillera de los Andes. El equipo de Mauricio Macri está al tanto de eso. Los empresarios reclaman para el desarrollo del sector una revisión del marco impositivo y el respeto a la ley de estabilidad fiscal que rige para la actividad y que el kirchnerismo incumplió. El nuevo gobierno eligió como secretario de Minería nada menos que a Daniel Meilán, quien ya pasó por esa función y fue el creador de la ley que los empresarios mineros consideran como el mejor instrumento para atraer inversiones. Meilán, además, se rodeó de un equipo afín y de buena llegada al sector empresario, que tenía muy mala relación con su antecesor, el ex secretario Jorge Mayoral.

6.- Servicios públicos, uno de los rubros más postergados

El kirchnerismo convirtió en una de sus banderas la política de subsidios y la negativa a otorgar aumentos tarifarios a las empresas de servicios públicos, algo que derivó en la crítica situación por la que atraviesan esas prestaciones, en especial en el caso de la electricidad. Esto se tradujo en cortes del servicio constante y crónico todos los veranos. El gobierno de Macri tiene definido aplicar un aumento en las tarifas, primero en las del servicio eléctrico, para recomponer parcialmente los ingresos de compañías como Edenor y Edesur. Los ajustes serán mayores a los que alguna vez pensó el kirchnerismo, pero estarán por debajo de las expectativas de las firmas. En un encuentro que mantuvo semanas atrás con empresarios del sector, Aranguren afirmó que los cambios serán graduales. Aun así, podría reactivarse al sector. Además habrá una recomposición y un ordenamiento paulatino de los precios de la energía, para que converjan con los globales.

7.- Las economías regionales se ilusionan con su recuperación

Quizás uno de los sectores más afectados por las últimas decisiones del gobierno saliente son las economías regionales, que según todos los analistas están en una situación crítica. Su recuperación depende de algunas cuestiones relacionadas directamente con las decisiones que pueda tomar el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay. Entre ellas, una baja de las retenciones, la eliminación de restricciones para exportar y la mejora del tipo de cambio, es decir, la devaluación del peso. Todos los especialistas creen que habrá un repunte casi inmediato de las producciones, desde las de frutas hasta las de granos. La condición es que una depreciación del peso no sea absorbida por la inflación. En parte, el futuro de las economías regionales está relacionado con la marcha del agro, ya que sus futuros beneficios permitirían iniciar un derrame sobre pueblos y ciudades de varias provincias, cuya actividad hoy está diezmada.

8.- Hidrocarburos, un segmento que depende del escenario global

Aunque el petróleo y el gas sufren los mismos problemas que la minería en lo que se refiere a los bajos precios internacionales, los analistas aún sitúan al desarrollo de hidrocarburos como una gran oportunidad de la economía que viene. Con una salvedad: a los valores actuales, los negocios no serán a corto plazo, sino que tendrán la mirada puesta en un horizonte más amplio. Pese a eso, la Argentina se vuelve interesante para inversores con la intención de comprar a buen precio activos de alto potencial. La mayoría de las miradas apunta a la formación geológica Vaca Muerta, en Neuquén. Pero también podría haber novedades en la producción de petróleo y gas convencionales. En este caso, los analistas anticipan un futuro promisorio para cuando se recuperen los precios internacionales del petróleo, una cuestión que excede a la política económica local. Algunos pronósticos indican que eso podría ocurrir en dos años.

9.- El turismo, frente a una oportunidad de repuntar

Los economistas afirman que la Argentina tiene enormes ventajas competitivas en el sector turístico y destacan desde la belleza de algunos de sus paisajes hasta la infraestructura puesta al servicio de quienes llegan. Pero entre enero y octubre pasado entró una cantidad de turistas inferior en un 2,7% a la de ese mismo período de 2014. Como contrapartida, las salidas de argentinos hacia otros países aumentaron 14,1%, al igual que los gastos en el exterior. En el décimo mes del año, cuando hubo elecciones, y antes de que se les limitara el acceso a las divisas a las aerolíneas y las empresas de turismo, los turistas locales siguieron viajando al exterior. Según el informe de la Evolución del Turismo Internacional (ETI) que elabora el cuestionado Indec, unos 590.000 argentinos pudieron viajar al extranjero ese mes, lo que marca una suba interanual de 29,1% (la segunda en importancia este año). Son números que podrían cambiar con una devaluación: salir del país resultará más caro.

10.- La producción de carne, una vez más, entre las elegidas

Para los economistas y para los empresarios del sector, la producción de carne está subdesarrollada en la Argentina. Su crecimiento se convertiría en una nueva fuente genuina de divisas, si se tiene en cuenta que es una actividad con fuerte sesgo exportador. Con un alto prestigio en el mundo, la carne argentina estuvo postergada por las restricciones que impuso el kirchnerismo. Además, es el producto individual de mayor consumo en el país. Por delante hay una tarea que no es fácil: habría que levantar limitaciones a la exportación y convivir con fluctuaciones de precios. Una eventual devaluación tornaría la producción argentina notablemente más competitiva. Pero el proceso llevaría tiempo, porque los ganaderos vendieron vacas, algo que redujo el stock de capital. Para volver a crecer deberán importar o retener hembras, algo que implicaría una reducción momentánea de la oferta. El impulso que se espera para los agronegocios ayudará al desarrollo.

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