En medio del profundo parate de la economía por el coronavirus, las firmas que ofrecen herramientas de conectividad para el trabajo remoto, el estudio a distancia y los juegos online enfrentan un inesperado crecimiento de la demanda. Fuente: LA NACION - Crédito: Shutterstock
Fue un éxito inesperado. Más allá de que algunas compañías
ya contaban con una trayectoria en el mundo del trabajo remoto, la cuarentena
total impuesta en la Argentina y en otros países del mundo por el avance
del coronavirus logró
que las ventas de un grupo selecto de emprendedores se revitalizaran.
En la Argentina, más de la mitad de los empleados y
profesionales del segmento socioeconómico ABC1 asegura que pudo adaptar su
trabajo al home office, mientras que el porcentaje cae al 26% en los
hogares de la base de la pirámide (el nivel D1), según una encuesta de la
consultora Quiddity.
Hay que considerar, además, que el
home office no es fácil para todas las empresas. Según datos del
Ministerio de Trabajo a diciembre de 2019, de seis millones de asalariados en
blanco del sector privado, 830.600 están en los sectores de servicios con más
posibilidades de realizar trabajo a distancia.
Una de las pioneras en cuestiones de teletrabajo, ya
establecida con oficinas en Buenos Aires y en San Francisco, es Mural, un
espacio de trabajo digital para la colaboración visual. Desde 2012, la firma
comercializa a compañías una especie de "pizarrón" que se utiliza
para reuniones de brainstorming, por ejemplo, y que permite la
colaboración de personas en formato remoto. En las semanas que pasaron, la
demanda por el servicio creció exponencialmente.
"Mural es una plataforma de colaboración remota, es el
reemplazo al pizarrón de pared en una sala de reuniones. Antes, se utilizaba de
un piso a otro dentro de una misma oficina, o de una sede a otra de la misma
firma; hoy, se usa desde la casa de cada colaborador", resume Pato Jutard,
uno de sus fundadores.
En este contexto, ofrece una prueba gratuita de 90 días para
aquellos que se anoten por primera vez. En las últimas semanas, dice Jutard, se
multiplicaron "por 10 o por 15" la cantidad de usuarios que tienen
acceso al servicio. Hoy son cerca de un millón que trabajan en 5000 empresas
del tamaño de Spotify, YPF y JP Morgan.
Para los clientes que están enfrentándose a los desafíos de
trasladar a trabajo remoto a toda la oficina, la compañía ofrece webinars bajo
el título #SuddenlyRemote en los que da consejos sobre cómo adaptarse.
Otra firma que cubre una demanda B2B (de empresa a empresa)
es BeConnected, obligada a reconvertirse en el contexto de la pandemia. La
compañía nació como proveedora de aparatos portables de WiFi enfocada
principalmente en turismo. Siempre trabajó dos líneas más: eventos y
teletrabajo.
Este año, dice Francisco Ruiz Luque, su fundador, "las
primeras dos líneas de negocio cayeron a cero y se cancelaron las reservas de
los próximos meses"; pero la línea de negocio de home office creció
"más de 400%".
"Aumentó la demanda de empresas para brindar WiFi a sus
empleados para que puedan trabajar como si estuvieran en la oficina, con alta
velocidad y seguridad", describe. El equipo garantiza que el empleado que
está teletrabajando no dependa de la conexión hogareña que, en muchos casos,
puede estar compartida con varios celulares, computadoras y televisores en caso
de que haya muchas personas en un mismo hogar.
"Actualmente los miembros de la casa usan Internet para
estudiar, trabajar, jugar online y ver películas y esto genera lentitud en la
conectividad habitual del hogar. A este escenario le podemos sumar imprevistos
de baja performance de la red general o cortes de energía", resalta. Como
el WiFi portable tiene batería autónoma, podría seguir funcionando en ambos
casos.
La atención no solo es B2B. También hay clientes que tenían
alquilado el aparato para un viaje en el exterior. En caso de que lo desearan,
se convirtió el equipo en WiFi "home office" para la Argentina.
Hace menos de un año que WeCover nació como startup y
el timing para sus primeros meses de actividad los ayudó. Los
productores de seguros que crearon la aseguradora de equipos de trabajo
detectaron que había "un perfil con un capital desatendido por el mercado
asegurador", dice Bartolomé Bunge, uno de los socios.
"Una persona que va a trabajar en su bici, con su
laptop, su celular y sus auriculares, lleva encima un capital asegurable de un
valor comparable al de algunos autos. El mercado asegurador compite por el
seguro del auto, pero nadie ponía el foco en los otros perfiles", añade.
Es un seguro "on demand", es decir, cada usuario
arma con ayuda de su celular un inventario con sus productos y activa la
cobertura por el tiempo que elija. Así es el servicio a particulares, que sigue
activo, pero los socios también armaron otra posibilidad en tiempos de
pandemia.
"La cuarentena generó una caída en la
percepción del riesgo, y nos obligó a pivotear. Armamos una vertical, en modo
de MVP, para empresas. Estas pueden asegurar sus bienes que están en manos de
sus empleados, solamente por el tiempo que dure el home office ,
y así cuidar su capital", detalla Bunge.
Ya hubo más de 40 compañías que solicitaron cotizaciones. El
proceso comienza con una solicitud de cotizaciones por la web y, una vez
aceptada la cotización, al compañía genera un usuario en la app para
que el cliente administre las pólizas libremente.Los precios van desde $412 por
mes para asegurar un Samsung Galaxy S10 de 128 gigas hasta $503 mensuales para
cubrir una MacBook Air I5.
Privilegiados: Son
los miles de asalariados argentinos que están en mejores condiciones de
realizar teletrabajo, según un estudio del Ministerio del Trabajo.
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