DREAMSTIME EXPANSION
Venderse como la
mejor opción y el indiscutible don de la elocuencia hace que algunas personas
ejerzan puestos para los que no están capacitados. La apariencia y el carisma
también contribuyen a este ascenso.
Es más que probable que en alguna ocasión se haya planteado
si la incompetencia es un grado para poder acceder a un puesto de
responsabilidad, sobre todo si aprecia que su jefe no cumple con los mínimos
para un liderazgo eficaz. Otra cuestión que puede quitarle el sueño es ver cómo
aquellos colegas, en apariencia menos preparados, escalan posiciones a pesar de
todo. El canal para lidiar con esta y otras situaciones es analizar el origen.
Conviene saber qué es la incompetencia, porque quizá esconde alguna virtud que,
en algunos casos, hace que los profesionales avancen en su carrera. Jesús
Alcoba, director de La Salle School of Business y autor de Génesis (Ed.
Alienta), asegura que "el verdadero incompetente no es el que no sabe,
sino el que no sabe que no sabe". Este trabalenguas sirve para ilustrar
que la ignorancia es la clave de la incompetencia llevada hasta el límite.
Sin embargo, Genoveva Vera, coach ejecutiva y experta en
liderazgo, recuerda que "es importante tener en cuenta que una persona puede
ser incompetente en una actividad, pero en otra ser muy competente. De ahí la
importancia de saber si las capacidades de las personas son las adecuadas para
desempeñar un puesto".
También Puri Paniagua, digital & tech regional head
Iberia & Latam de Pedersen and Partners, cree que la mala organización o el
mal desarrollo de la compañía son los culpables de que personas ineficaces
lleguen a liderar un equipo, simplemente porque existen empresas que premian
algunas características para ascender que no sirven para el nuevo puesto:
"Quizá te promocionan por capacidad comercial, y te asignan un grupo, pero
eres individualista y no sabes organizar al equipo, o no te interesa". De
una y otra manera, conviene estar preparado. ¿Por qué los incompetentes pueden llegar
a jefes?
La seducción
El estrés, la desmotivación y los bajos resultados de un
equipo son los detonantes de un liderazgo incompetente en opinión de Tomás
Chamorro-Premuzic. Autor de ¿Por qué tantos hombres incompetentes se convierten
en líderes? (Ed. Empresa Activa) es profesor de psicología empresarial del
University College en Londres y de la Universidad de Columbia y cree que la
incompetencia tiene un poder de seducción: "Se disfraza o camufla bajo la
autoconfianza, la soberbia, el carisma y el narcisismo. Eso no es culpa de los
líderes, sino de quienes juzgan el talento para el liderazgo. Nos dejamos guiar por las
apariencias, tanto en la política como en el ámbito corporativo, en lugar de
evaluar objetivamente rasgos como la empatía, el conocimiento, y la
inteligencia emocional".
Alcoba menciona la lealtad incondicional como parte del
juego. "Puede convertir la incompetencia en un virus infeccioso, porque
aún hay jefes que prefieren un colaborador fiel e incompetente a uno competente
y librepensador". Mientras que Vera habla del gran instinto de
supervivencia que caracteriza a los negligentes. Entre los canales para
mantenerse a flote menciona su capacidad para venderse como la mejor opción y
estar dispuestos a hacer lo que le mande su jefe.
La convicción
En esta tribu de negligentes, incompetentes, ineficaces,
ineptos o simplemente ignorantes, también están los convencidos de sus
carencias suficientemente hábiles para convertirlo en una virtud. Marta Romo,
socia directora de BeUP, explica que para ello basta con reconocer que se
necesita ayuda. "Y esto, que es mostrar
nuestra vulnerabilidad, nos acerca a los demás y lejos de debilitarnos, nos
fortalece. Es necesario ser muy valiente para reconocer la propia
incompetencia. Este comportamiento es propio de las personas que quieren
aprender y, desde mi punto de vista, es clave para seguir creciendo tengamos la
edad que tengamos".
Chamorro-Premuzic afirma que para un líder resulta muy
difícil dar ese paso, "podría tratar de corregirlos, pero eso requiere
feedback y la voluntad de cambiar". Comenta que "una de las paradojas
del coaching es que funciona muy bien con quienes no lo necesitan tanto, porque
la curiosidad por el feedback y el deseo de cambiar requieren humildad y
autocrítica, y eso no se encuentra usualmente en quienes son incompetentes; y
muy mal con quienes realmente lo necesitan".
El carisma, un
vehículo de persuasión
Ser tocado por la varita del carisma convierte a cualquier
profesional en incuestionable. "La
gran admiración que los seguidores tienen por los jefes carismáticos hace que
no se atrevan a cuestionarlos porque los consideran perfectos, por eso
es necesario que su incompetencia se haga tan evidente que sea difícil
sostenerlos. Diría que, más que 'alimentar' la incompetencia, el carisma la
mantiene", explica Genoveva Vera, 'coach' ejecutiva y experta en
liderazgo. Competentes en carisma e incompetentes en habilidades.
Adolfo Ramírez, asesor en transformación digital e
innovación, cree que probablemente estamos rodeados de ellos y que quizás la
respuesta para resolver el dilema esté en el resultado que obtenga, "y
éste tendrá que ver, posiblemente, con el equipo del que se rodee". Puri
Paniagua, de Pedersen and Partners, identifica
carisma con la capacidad de caer bien a los demás, lo que facilita el
ascenso. Y, en este punto, reflexiona sobre la figura de Angela Merkel:
"Es una persona con poco carisma aparente. No le importa su imagen, es
sencilla, lleva siempre el mismo traje en distintos colores, pero es altamente
efectiva. Pero es una excepción, en general, se confunde carisma con
excelencia, con capacidad".
CÓMO CONVIVIR CON LA NEGLIGENCIA
- Optar
por la sumisión para sobrevivir en un entorno dominado por la ineficacia
resulta nocivo tanto para los equipos de trabajo como para el futuro de
cualquier empresa. Según Jesús Alcoba, director de La Salle School of
Business, "si su exceso de confianza o su egocentrismo han hecho que
el líder no sea cuestionado, el equipo queda por completo en sus manos, lo
cual puede ser la antesala del desastre". Añade que "lo más
peligroso para un líder es, siempre, la gratificante sensación de poder
que infunde la obediencia. Puede llegar a ser adictiva, porque los seres
humanos somos muy sensibles a las inyecciones de autoestima".
- Exceso
de confianza y egocentrismo son algunas de las cualidades que menciona
Tomás Chamorro-Premuzic en su libro. Cree que son muy fáciles de observar,
"pero no entendemos lo tóxicas que son. Deberíamos apostar por la
humildad, el bajo perfil, y el conocimiento y la curiosidad. Pero al
parecer nos aburren esas cualidades. Queremos líderes entretenidos aunque
sean incompetentes".
- Cuando
la incompetencia se manifiesta en uno de los miembros de un equipo de
trabajo, Marta Romo, socia directora de BeUp, apuesta por la empatía como
herramienta de convivencia. Recomienda entender la situación y a la otra
persona, aplicar el pensamiento concreto, definir muy bien en qué tarea o
tareas no es competente para evitar generalizaciones injustas.
"También es importante gestionar el tema con discreción e incluso
ofrecer tu ayuda".
- Y si
de sobrevivir se trata, conviene no olvidar que la incompetencia es
intrínseca al ser humano y, en mayor o menor grado, se manifiesta a lo
largo de la carrera. Por esta razón, Genoveva Vera, 'coach' ejecutiva y
experta en liderazgo, subraya que cuando realizamos actividades para las
que no estamos preparados, nos hacemos unos incompetentes. Los ineficaces
nacen y se hacen cuando no son capaces de reconocer que no están
preparados para desempeñar determinadas actividades".
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