Cómo viven sus relaciones quienes comparten el amor y el espacio
laboral,
y qué dicen los responsables de Recursos Humanos de las empresas
Natalia Tahmazian y Mariano de la Torre trabajan en American
Airlines. Hace 26 años que están juntos y tienen dos hijos. Se conocieron en
1992, cuando hicieron un curso de dos meses en Dallas para comenzar a volar
para la compañía. En el caso de ellos, que llevan una vida tan particular,
compartir el ambiente aerocomercial es una gran cosa. "Nuestro trabajo es
estar y no estar. Por eso, encontrar a alguien que hace lo mismo que vos, que
comparte los mismos tiempos, contribuye mucho a la relación", dice Natalia.
La anécdota del romance se hace aún más curiosa si se sabe
que los padres de Mariano se conocieron en la misma actividad. Volaban para
PanAgra a mediados de los 60. "En ese momento, la política era que si
estabas casado no había problemas en que quedarse en la empresa; pero si tenías
hijos tenías que renunciar. Esa es la diferencia hoy: nosotros no tuvimos
ningún problema", relata.
"Cuando volábamos sin chicos, todo era muy loco.
Vivíamos juntos, trabajábamos juntos, éramos pareja arriba del avión, estábamos
todo el tiempo juntos, y era maravilloso. Fuimos buenos compañeros de viajes.
Ahora, tratamos de volar separados para mantener la dinámica de la casa",
explica Natalia.
Lo que antes era considerado un tabú, una aventura prohibida
que "obligaba" a los enamorados a mantener un perfil bajo y a pensar
maniobras de distracción para disimular frente a compañeros y superiores, hoy
es una moneda corriente y aceptada en las empresas, dice Catalina Polledo,
associate director en la firma Valuar.
El trabajo hoy es coconstrucción y codesarrollo de
soluciones y proyectos. En ese marco, las relaciones de contacto y colaboración
dejan de ser opcionales para volverse parte intrínseca y esencial de la jornada
laboral. En la práctica, esto se traduce en cambios concretos, tanto en los
espacios físicos como en las dinámicas y las formas del trabajo. Las compañías
promueven momentos de esparcimiento y vinculación entre empleados con distintos
formatos, como el de los after office o el de las competencias
deportivas.
"El trabajo atraviesa a las personas en todas sus
dimensiones, incluida la social. En este contexto, en donde el intercambio no
solo es bienvenido sino alentado, el desarrollo de vínculos sentimentales se
hace mucho más viable y natural", opina Polledo.
Desde el punto de vista de la productividad y el negocio,
muchas empresas ven con recelo a las parejas entre compañeros, porque si tienen
conflictos y no los gestionan en la intimidad, aumenta el riesgo de conflictos
laborales. "En general, no se está en contra de la construcción de
vínculos amorosos en la empresa, sino del impacto directo que existe cuando hay
conflicto en la pareja y llevan ese problema a las decisiones o al clima
emocional de la empresa", dice Carlos Spontón, psicólogo laboral y
organizacional
Sin embargo, últimamente las firmas empezaron a aceptar este
tipo de vínculos, porque "cuando la pareja funciona bien, el bienestar
impacta exponencialmente en el negocio. Si una pareja brilla, transmite ese
brillo a sus servicios y productos. Es un valor agregado", acota.
De la mano de las nuevas posibilidades surgen desafíos: una
pareja de empleados con relaciones de dependencia jerárquica o de control entre
ellos, supone un conflicto de intereses. Aquí sí podrían existir inconvenientes
que hay que atender. Cuando hay situaciones comprometedoras, por lo general uno
de los miembros de la pareja se ve obligado a cambiar de área o, incluso, de
trabajo.
Cuenta Polledo que cuando su hermano fue director comercial
en una cadena de retail se enamoró de la ejecutiva de cuentas que estaba en el
equipo bajo su supervisión. La empresa no permitía esas situaciones, por lo que
cuando se formalizó la relación, ella tuvo que aceptar otro trabajo "y hoy
están felizmente casados".
Los papás de Lucas Troli, gerente de Recursos Humanos de
Puratos Argentina, se conocieron en una compañía de bebidas. Formaron pareja y
su mamá trabajó hasta que nació su primer hijo. "Nunca me imaginé que 31
años después, trabajando como gerente de Recursos Humanos, iba a entrevistar a
mi futura esposa, Sabrina. A diferencia del caso de mis padres -cuenta- con
Sabrina blanqueamos nuestra relación, y al igual que sucedió con ellos, no
tuvimos ningún tipo de inconveniente", señala.
Troli considera que hay "un gran mito" alrededor
del amor o la pareja en el lugar de trabajo, que "de a poco se va
derrumbando". A su entender, las que más se ven afectadas por trabajar en
el mismo lugar no son las empresas, sino las parejas. "Los temas de
diálogo, los espacios, las problemáticas y discusiones, todo se da en torno al
trabajo. Quienes han convivido no solo en casa sino en la oficina con su
pareja, saben de qué se trata", sostiene.
El debate interno en las empresas, explica, no tiene que ver
con permitir o no la formación de parejas, sino con los controles que "se
podrían ver vulnerados o con algún posible conflicto de intereses en caso de
que uno le reporte directamente al otro", opina. Y agrega: "El desafío
lo vive la pareja: se trata de tener la madurez profesional necesaria para que
la relación no afecte su trabajo".
En Volvo señalan que no existe una política que restrinja
los vínculos personales entre empleados. "La única instancia a la cual se
prestaría atención es que la pareja sea dentro del mismo área o entre
jefe/supervisor y subordinado, para asegurarnos de que se cumplan los objetivos
de la compañía", dice Valère Lourme, Head of Marketing, Communication,
CSR, Customer Satisfaction.
El código de conducta de la firma indica que los empleados
tienen "la obligación de trabajar en beneficio de la empresa" y que
"la toma de decisiones empresariales debe ser en beneficio de la empresa y
no en el propio beneficio o en el de la familia".
Las situaciones de conflictos potenciales que requieren
"darse a conocer" son, por ejemplo, una relación cercana con alguien
a quien se supervisa o a quien se puede contratar, o con alguien que dirige una
firma que hace negocios con Volvo Group. También debe informarse si un miembro
de la familia toma un puesto con un cliente actual o potencial, proveedor o
competidor, especialmente si está en un puesto de toma de decisiones clave.
Además, debe darse a conocer si un empleado o un familiar tienen una inversión
financiera importante en una compañía cliente, proveedora o competidora
potencial.
"Nosotros no pretendemos disociar su vida laboral de la
personal y no queremos que nadie se sienta forzado a disimular en el trabajo la
tristeza o alegría que siente por algún acontecimiento que esté viviendo",
comenta Celeste Gentilini, HR Manager en DataArt Argentina. "No buscamos
ser solamente una oficina en la que se pasan 8 horas por día, de lunes a
viernes, sino una parte integral en la vida de nuestros empleados",
completa.
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