Esto es extrapolable al ámbito empresarial, por ello la
primera clave para el cambio del comportamiento de un directivo es romper
con la mentalidad. Todas las personas tienen una lista de verificación
mental que analiza los pros y los contras de sus decisiones, por este motivo cada
líder necesita encontrar su propia razón para cambiar. Es conveniente encontrar
momentos en los que sus elecciones de comportamiento y acción, realmente
importan para el logro de la estrategia. Por ejemplo, cuando un subordinado
plantea un problema o al iniciar un trabajo, le ayudará a visualizar y
planificar claramente lo que se espera de ellos.
Hay que tener en cuenta que para alterar una mentalidad hay
que ayudar a cada líder a descubrir su propia razón de peso para cambiar, por
ello debe tener una visión clara y práctica de su situación. Esto se consigue
creando experiencias emocionalmente disruptivas, para ayudar a los líderes a
ver y sentir el impacto del cambio y los resultados. El objetivo, a través de
este componente, es ayudarles a ser dueños de sus razones, para cambiar y dejar
el pasado a un nivel emocional.
Una segunda clave es cambiar la mentalidad. Pero,
¿cómo cambiarla? La solución consiste en poder exponer la vieja mentalidad,
dejarla ir y adoptar una nueva. La mayor dificultad reside en que la mentalidad
generalmente es inconsciente, por lo que es necesario utilizar técnicas
enfocadas tanto a nivel racional, como nivel emocional. Es por eso que imaginar
el futuro es fácil, pero abandonar el pasado mucho más difícil, ya que sin
cambio de mentalidad, el pasado siempre gana. Es un hecho cuenta que cuando la
mentalidad cambia, los nuevos comportamientos son instintivos y fáciles. Sin
ella son forzados y, probablemente, no asumibles.
El tercer aspecto para hacer un cambio de comportamiento es vivir
una nueva mentalidad. Esto es fundamental, porque la mayoría de los hábitos
están profundamente arraigados y estamos acostumbrados a responder a estas
acciones de manera muy particular. En este sentido es de vital importancia el
coaching, mediante sesiones de entrenamiento regulares, ya sea con su superior
o un entrenador profesional, el hecho es que alguien más lo haga, lo que
aumentará significativamente sus posibilidades de vivir con la nueva
mentalidad. Con ello conseguirá identificar momentos críticos y construir
planes para responder de manera diferente a estas señales, dándole herramientas
o recursos para ayudarlo en cada momento de necesidad y, ante todo, preparando
o empujándolo para que se enfoque en el nuevo comportamiento mediante recordatorios.
La cuarta clave consiste en reforzar las nuevas
mentalidades y comportamientos. Debido a que las personas como seres
sociales, están fuertemente influenciados por la cultura y las normas en las
que operan. Por ese motivo es importante asegurar que los nuevos
comportamientos sean reconocidos y recompensados, formal e informalmente. Es
fundamental crear nuevas expectativas sobre las oportunidades de remuneración y
ascensos. Los programas de reconocimiento se pueden cambiar para reforzar las
nuevas expectativas, si bien las recompensas formales son necesarias, el
reconocimiento informal puede ser aún más influyente, debido a la necesidad de
aceptación y reconocimiento social.
Según Berta Merelles, Senior Director de BTS, “estas
cuatro claves representan las palancas para lograr que el cambio de
comportamiento sea efectivo y sostenible en el tiempo. Además, consigue que los
líderes salgan del proceso de una manera más feliz, ágil y exitosa, repercutiendo
favorablemente en el negocio, ya que habrá dado un enorme paso hacia la
construcción de un mundo mucho más fácil, aportando experiencia más receptiva
para los clientes”.
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