Cine de Gestión: Perdidos en París
Director: Dominique
Abel, Fiona Gordon. Nacionalidad: Francia, 2016. Género: Comedia.
/Good Films
Esta disparatada
aventura es un ejemplo de supervivencia cuando el entorno está en contra.
"Las especies que sobreviven no son las más fuertes ni
las más rápidas, ni las más inteligentes; sino aquellas que se adaptan mejor al
cambio". La frase de Darwin que resume su teoría de la evolución refleja
muy bien el espíritu de Perdidos en París, una película francesa parca en
diálogos que la crítica ha calificado de comedia física por la plasticidad de
unos protagonistas que parecen sacados de las creaciones de Charles Chaplin y
Jacques Tati. Esta cinta cuenta la aventura de Fiona -Fiona Gordon-, una
bibliotecaria de Canadá que acude a París en busca de su tía Martha -Emmanuel
Riva-, una anciana de 88 años amenazada con ser internada en una residencia.
La llegada de esta joven a la Ciudad de la Luz no puede ser
más accidentada. Perder su equipaje es el principio de una secuencia de sucesos
en los que tropieza con gente de todo tipo y condición que convierten la
búsqueda de su tía en un disparatado episodio repleto de coincidencias sin pies
ni cabeza. Pese a todo, Fiona no ceja en su empeño: encontrar a Martha es el
objetivo que le ha llevado a recorrer medio mundo y nada ni nadie le impedirá
conseguirlo. Cada suceso, cada encuentro, cada coincidencia, cada persona que
se cruza en su camino lejos de ser un obstáculo es la excusa para seguir
avanzando. Dom -Dominique Abel-, un sin techo sin más pretensión que vivir el
día tal y como se presenta, es el aliado inesperado, un compañero de viaje
itinerante que hace de guía y de elemento distorsionante en una aventura que de
puro absurda, está cargada de sentido.
Esta pareja navega sin rumbo igual que Martha. Pero a
diferencia de esta última, ambos tienen un objetivo común. Además, mientras que la anciana se deja llevar, el
dúo protagonista demuestra que las adversidades, pese a ser inexplicables son
superables porque, simplemente forman parte de la vida.
Las calamidades y los contratiempos también son un elemento más de la carrera profesional. Y, como Fiona y Dom, sólo aquellos que logran
adaptarse a cualquier entorno y convertir cada revés en una oportunidad,
consiguen avanzar. Al igual que ellos, algunos profesionales tienen un objetivo
y tratan de superar las fatalidades como parte del camino para llegar a la
meta. Los jefes, los compañeros de trabajo, el entorno laboral y la situación
económica son los elementos que participan en el desarrollo profesional y
personal. Controlarlos es imposible, por eso gestionarlos es la herramienta más
potente y lo que hace único a cada empleado. Fiona trata de resolver cada suceso
lo mejor que puede, y suelta lastre cuando su integridad física está en juego
-se cae un par de veces al Sena-.
Dom participa en este juego, a veces como espectador y otras
como parte, y es el alter ego que la canadiense necesita para mantenerse a
flote allí donde su actitud no se lo permite. Esa relación los hace invencibles
ante la adversidad. Y es que, a veces, las pequeñas desdichas son también el
mejor camino hacia la felicidad personal y profesional. Perdidos en París se estrena en cines el 21
de diciembre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario