2019 será el año en el que los desafíos que la tecnología
y la dinámica cambiante de la fuerza laboral deberán ser abordados por tanto
por los gobiernos como los líderes empresariales. Así lo afirman desde el Foro
Económico Mundial, también llamado Foro de Davos, en un artículo en el que han
revelado tres visiones alternativas sobre el futuro del trabajo, centradas en
tres aspectos diferentes, claves y complementarios: la automatización, el auge
de la cooperación y la transformación digital.
La Industria 4.0, el cambio generacional, la necesidad de
formarse en nuevas habilidades técnicas o de reforzar otras más sociales y una
nueva visión de la seguridad son sólo algunos de los retos que las empresas
deberán enfrentar a partir del próximo año, a partir de un estilo de liderazgo
que, según el Foro Económico Mundial, “deberá equilibrar la promesa
de automatización con la salud financiera de la fuerza laboral”.
Además, destaca que se trata de “un problema de
transformación de la fuerza laboral” y no de su desplazamiento. De este modo,
niegan que los cambios, surgidos a raíz del desarrollo tecnológico, vayan a
devaluar el trabajo profesional, aunque haya estudios que apunten a una
destrucción de determinados empleos, esencialmente manuales. “La industria 4.0
exige una visión que incluya salud financiera, seguridad de la fuerza laboral y
nuevas oportunidades para los trabajadores de todos los segmentos demográficos
y niveles de habilidad”, añade.
En esta línea, desde el Foro Davos proponen tres
posibles escenarios de futuro en materia de empleo. El primero de
ellos describe a la automatización como un elemento optimizador. “Idealmente,
la robótica, la inteligencia artificial, el aprendizaje automático y la
automatización tendrán dos propósitos: expandir la empresa y servir a la fuerza
laboral. Si las empresas utilizan la automatización y los datos para estos
fines, la Industria 4.0 optimizará el futuro del trabajo”, apuntan los
expertos.
Asimismo, citando la teoría de Parag Khanna, indican que
la automatización debe cumplir con cuatro estándares para integrarse de manera
efectiva: mejorar -en lugar de
reemplazar- las condiciones y oportunidades de empleo, la forma en la que una
empresa se mueve en el mercado y el uso que hace de los datos (teniendo
en cuenta las obligaciones de privacidad de los mismos), así como agregar valor para los clientes.
El segundo planteamiento se enfoca en la cooperación
como una prioridad para la Industria 4.0. “En este escenario, la
fuerza laboral tiene voz”, apuntan. “Este escenario alienta a las
organizaciones a involucrar a la fuerza laboral, no a alienarla”, añaden, al
tiempo que ponen a Cisco.
Según explican, la compañía implicó a sus profesionales (más
de 800 en total) en un ‘breakathon’ de 24 horas de duración, a fin de
reconstruir su programa de recursos humanos. “El resultado: varias soluciones
dirigidas a mejorar su proceso de adquisición e incorporación de talento,
desarrollo profesional y liderazgo, así como la creación de una app
(YouBelong@Cisco) que guía a los nuevos empleados y sus gerentes durante las
primeras semanas de trabajo”, explican desde el Foro.
Por último, el tercero de los escenarios propuestos se
centra en el poder que la digitalización tiene para transformar la
fuerza de trabajo. “La industria 4.0 no se limita al G20. Los mercados
emergentes se están convirtiendo en una lente a través de la cual se puede ver
el futuro del trabajo. En Indonesia, la tecnología digital y la movilidad han
llevado al surgimiento de la compañía más grande en la historia del país,
Go-Jek. En Kenia, el 48% del PIB del país se procesa a través de teléfonos
móviles”, exponen.
Asimismo, apuntan que el mundo está transformando su antiguo
modelo de desigualdad, a otro donde el acceso y uso de tecnología está creando
nuevas oportunidades. No obstante, también advierten de la importancia de
enfocarse en la creación de trabajo digno, garantizando condiciones de empleos
básicas para todos los profesionales.
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