Qué es lo que lleva a
que una persona se convierta en un motivador y ejemplo a seguir por parte de
quienes deben trabajar con él, o con ella, todos los días.
Sucedió en un parque grande, un día de calor. Varios grupos
de familas, chicos, jóvenes, abuelos, se repartían sobre el pasto, buscando
algo de frescura aliviadora. De pronto, un adolescente, vestido con una malla,
se pone a bailar, solo, en medio de todos. Llama la atención de una manera
disimulada, porque nadie interviene. Un par de señoras pasa por su lado
mientras el muchacho sigue los compases de una música que se trasmite por
parlantes. Habrán susurrado entre ellas, seguramente: "Es un loco".
El muchacho sigue con su baile solitario, hasta que se le
acerca otro, de edad aproximada, y empieza a bailar junto a él. Éste le enseña
cuáles son los pasos y comparten la música con el movimiento del cuerpo. El
resto de los asistentes al parque los observa, pero hay un tercero que se
agrega al baile. Es el primero que acude ante un gesto de invitación, pero
vienen otros. Luego varios más hasta que se une una multitud de personas de
cualquier edad y bailan todos como lo hacía aquel muchacho en soledad, como un loco.
La descripción pertenece a un vídeo que se encuentra en YouTube desde hace 4
años, bajo el nombre de "Lecciones
de liderazgo del chico bailarín". Dura tres minutos. El título no
puede estar mejor redactado porque, efectivamente, son verdaderas lecciones
desde varios puntos de vista.
1. La convocatoria es
espontánea. No hay una estructura formal que obligue a participar y el
muchacho hubiera podido quedarse solo sin que nadie le acompañara. Se convierte
en líder a partir de que otros se integran a su propuesta. En otras palabras,
un líder carece de existencia sin que haya otros que lo consideren como tal. Y
entonces, llámese "CEO", o capataz, o lo que fuera, nunca será líder
en tanto no se lo respete.
2. El movimiento y
culminación en multitud se inicia a
partir de una "locura", algo inesperado e inusual. El muchacho
tuvo que tener el coraje de asumir el ridículo pero convencido en hacer lo que
sentía. No es una situación novedosa. Hay cientos de ejemplos en la historia de
la humanidad, donde los "locos" terminaron siendo pioneros. La
diferencia es que fueron calificados en la categoría de "locos"
porque se oponían a lo establecido que, como se sabe, otorga mayor confort
psicológico. Todo está bien, en tanto no se mueva de donde está. El epistemólogo
Paul Feyerabend planteó que los
avances científicos se produjeron a partir de aquellos que pusieron en duda las
reglas universales. Hoy pueden incluirse en la categoría "emprendedores".
3. Hay una antigua
discusión que diferencia a los líderes de los burócratas, esto es, entre
los que asumen riesgos avanzando y los que se atienen a los reglamentos
establecidos. Es tan antigua, que podríamos remontarnos a principios del siglo
XIX, cuando los románticos despreciaban a los burgueses que trabajaban en
oficinas. Hoy continúan esas miradas de reojo, aunque hay aportes interesantes
planteando que ambos perfiles son necesarios. Unos para avanzar, otros para
mantener la estructura.
4. Es sumamente
interesante verificar que se pueden extraer muchas conclusiones de un video de
tres minutos. Reemplazaría, en gran parte, a aquellos largos seminarios de
jornadas de ocho horas, para aprender sobre liderazgo. Va a la par de la
situación planteada por las nuevas generaciones, más habituadas preceptivamente
a los medios audiovisuales que a los textos escritos. Habrá quien se
escandalice por poner en duda la eficacia de los libros, las conferencias, los
seminarios y todos esos recursos analógicos a los que estamos acostumbrados.
Pero las posibilidades de convivencia pacífica y complementaria son posibles y
tal vez, inevitables.
No hay comentarios:
Publicar un comentario