Los avances
tecnológicos y los cambios en las formas de consumo han impactado en todos los
sectores, por lo que las profesiones se transforman a un ritmo vertiginoso.
Crear el coche sin conductor se ha convertido en el reto de
grandes empresas como Google o Uber, que recientemente se ha aliado con Volvo
para crear este coche del futuro. Hay una apuesta clara por este proyecto y,
según se ha podido conocer la última semana, cuenta con el apoyo de la
administración de Barack Obama. El presidente de Estados Unidos ha reconocido
que de esta forma las autopistas serían más seguras y ayudarían a salvar miles
de vidas cada año. Más allá del asombro inicial que implica imaginarse cómo
serían las carreteras en las que circulen vehículos autónomos, hay otros
aspectos que conviene tener en cuenta. Cabe preguntarse cómo cambiaría el
sector del transporte y cómo afectaría a sus profesionales, por ejemplo, si
harían falta profesores de autoescuela o qué pasaría con los administrativos
que gestionan los trámites de tráfico.
Los avances tecnológicos y los cambios en los gustos y
patrones de consumo están revolucionando todos los sectores y como consecuencia
hay profesiones que están obligadas a transformarse. Aquel que se resista a
esta evolución está condenado a desaparecer del mercado laboral. Por ejemplo,
quizá dentro de unos años no sean tan necesarios los conductores tal y como los
conocemos hoy, pero al mismo tiempo surgirán nuevas figuras como el operador de
vehículo autónomo. Según el informe, Tendencias en el entorno laboral,
elaborado por Sodexo, se trata de
"una versión sofisticada del chófer tradicional con conocimiento de
recorridos alternativos que facilitan la movilidad de un lugar a otro".
Pero, ¿hasta qué punto este nuevo escenario va a implicar la
desaparición de ciertas profesiones? Según Mariano
Cañas, director de ventas y marketing de Experis, no hay que ser alarmista:
"Hay quien dice que en un futuro los bomberos serán sustituidos por los
drones. Es una visión a largo plazo. Pero más que desaparecer, las profesiones
tradicionales están evolucionando y exigen nuevas habilidades. Por ejemplo, el
comercial clásico ya no existe. Hoy son responsables de desarrollo de negocio
que realizan una venta más consultiva con capacidades técnicas para resolver
las dudas de los clientes". Por su parte, Valentín Bote, director de Randstad Research, añade que esta
evolución siempre se ha producido. Sin embargo, hoy se da a un ritmo acelerado
debido al impacto de la tecnología y la digitalización, de manera que ya se
habla de la cuarta revolución industrial. Tanto es así que se estima que en una
década, el 47% de las profesiones va a desaparecer. Actualmente, las
ocupaciones más afectadas por este nuevo panorama son "las más mecánicas
que requieren poco nivel de cualificación. La tecnología impactará, sobre todo,
en los ámbitos de la salud, energía y finanzas, en los que los dispositivos
inteligentes sustituirán a las personas", apunta Andrés Fontenla, director general de Fontevalue Consulting.
Actividades
rutinarias
Aquellas actividades que cuentan con funciones más
rutinarias son, sin duda, las que tienen más riesgo de desaparecer. Así se
confirma en el estudio Jobless recoveries, realizado por los expertos Henry Siu, de la University of British
Columbia y Nir Jaimovic, de Duke
University. Tal y como recoge The Wall Street Journal, los expertos concluyen
que algunos de los puestos que están en peligro de extinción son los trabajos
basados en normas y tareas físicas, como pueden ser los operarios de fábricas
que trabajan en la soldadura o con las máquinas de prensa, mozos de almacén o
los reparadores de electrodomésticos. También sucede así con los que desempeñan
tareas monótonas como secretarios, bibliotecarios o cajeros de banco. "La
mayoría de estas actividades, que fueron muy comunes hace tiempo, están
empezando a desaparecer", comentan Siu
y Jaimovic, quienes añaden que la mayoría de ellas están siendo
reemplazadas por máquinas.
Precisamente, la automatización de las ocupaciones es el
punto de partida que emplea el informe The
future of employement: ¿how susceptible are job to computerisation?,
elaborado por Deloitte y la Universidad
de Oxford. En él se han clasificado hasta 700 profesiones según su riesgo
de ser reemplazadas a corto plazo por un robot. Teleoperadores, buscadores y
documentalistas y costureros son los que ocupan las primeras posiciones. Luis González, director en el área de
innovación en Business Process Solutions de Deolitte, recuerda que los empleos
relacionados con transporte y almacenamiento, hostelería, comercio minorista y
mayorista y mecánicos son los peor parados. "Todos los empleos asociados a
la fabricación están impactados por la automatización. Desde los fabricantes de
ropa y calzado hasta la siderurgia, pasando por la industria del motor. Este
impacto también se percibe en puestos como secretariado o mecanografía y, por
supuesto, en el sector agrario y minero", añade González. En la situación opuesta se encuentran los puestos de la
administración pública, educación e información y comunicación.
Por su parte, la oficina de estadísticas laborales de
Estados Unidos también se ha sumado al análisis de la revolución de las
profesiones. En sus proyecciones de cómo será el mercado laboral en 2024
estudia las profesiones que presentan hoy un mayor declive, así como las que
más van a crecer. Una vez más, los que cuentan con peor pronóstico son los
perfiles que trabajan en cadenas de producción, como instaladores de equipos
electrónicos en vehículos, los telefonistas o los profesionales del servicio
postal. Puede parecer un panorama desolador, pero de la misma forma que unas
actividades se van, otras nuevas van a llegar, al mismo tiempo que algunas ya
existentes van a ser cada vez más demandadas. Así sucede con todos aquellos
profesionales dedicados al cuidado personal desde terapeutas hasta enfermeros.
En la misma línea ha trabajado la agencia de empleos
estadounidense Career Cast. Según su
última clasificación, The Most
Endangered Jobs of 2015, las diez profesiones que tienen peligro de
desaparecer -de la que tiene más probabilidades a la que menos- son: cartero,
granjero, lector de mediciones, reportero, agente de viajes leñador, asistente
de vuelo, operador de torno, trabajador de imprenta e inspector fiscal. Por
ejemplo, la perspectiva de contratación de los carteros, que aparecen en la
mayoría de los rankings, disminuirá un 12% de aquí a 2022. "La
comunicación online y la accesibilidad inmediata ha impactado profundamente en
el servicio postal", se asegura desde la agencia.
Queda claro que las actividades más rutinarias y que hasta
ahora han exigido perfiles menos cualificados se están quedando obsoletas. Sin
embargo, el director de Randstad
Research, también advierte de que algunas actividades de trabajos
cualificados corren el mismo peligro. Por ejemplo, ya se están haciendo
diagnósticos médicos a través de algoritmos. "Esto ha abierto una puerta a
que ciertos profesionales cualificados puedan ser sustituidos por una máquina
de forma adecuada", concluye el experto.
Diez habilidades del
futuro
Las ocupaciones se transforman y en consecuencia también
cambian las habilidades que se exigen a los profesionales. "Hace unos años
una empresa no detallaba de forma explícita que necesitaba perfiles creativos,
con capacidad para gestionar personas o con una gran capacidad de aprendizaje.
Hoy, la mayoría de las ofertas exigen estas habilidades", asegura Mariano Cañas, director de ventas y
marketing de Experis. Para Salvador
Sicart, director de Hays Response, en estos momentos la creatividad es
fundamental. Los puestos menos amenazados por la tecnología son los más
creativos, ya que ahí no puede intervenir una máquina. El informe 'Tendencias laborales 2015', elaborado
por Sodexo, identifica las destrezas
cruciales en los próximos cinco años:
•Decisiones con
sentido: el pensamiento crítico es una facultad que no se puede codificar.
•Inteligencia social:
se valora a los profesionales que evalúan rápidamente las emociones de quienes
los rodean.
•Pensamiento
innovador y adaptativo: hay que aportar soluciones más allá de lo que
marcan las reglas.
•Culturalidad y
diversidad: capacidad de adaptación a los cambios.
•Universo 'big data':
se debe traducir grandes cantidades de datos abstractos.
•Alfabetización
mediática: es necesario evaluar el contenido de los vídeos, al igual que se
analiza un escrito.
•Transdisciplinaredad:
hay que ser experto en un área, así como controlar el lenguaje de varias
disciplinas.
•Mentalidad creativa:
se deben diseñar ambientes que se orienten a los resultados perseguidos.
•Gestión del
conocimiento: estructurar, clasificar y etiquetar la información.
•Colaboración virtual:
hay que demostrar capacidad de trabajar de forma productiva en soledad y participar
en las decisiones.
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