El aeropuerto de
Guangzhou es el primer aeropuerto de China en lanzar una estación base de
quinta generación (5G). Foto: EFE/ Aleksandar Plavevski
China otorgó la semana pasada licencias comerciales para la
producción y venta de Internet móvil 5G a sus tres grandes empresas de
telecomunicaciones (China Mobile, China Unicom y China Telecom), que cubren en
conjunto un mercado de más de 900 millones de suscriptores, el mayor y más
innovador del mundo, sustentado en la sociedad más digitalizada del
sistema global, con 840 millones de usuarios de Internet.
La 5ª Generación de Internet móvil (smartphones) está dotada
de un chip capaz de soportar una banda ancha de 200 megabytes, que le otorga
una potencia 100 veces superior a la 4G, con pausas de latencia
(intermitencias) que son 1/10 de las actuales, lo que significa que
prácticamente desaparecen y se convierten en absoluta instantaneidad.
Esto implica que la Inteligencia Artificial (AI), la
tecnología decisiva de la nueva revolución industrial, encuentra en el 5G un
instrumento privilegiado de canalización, que equivale a un salto
cualitativo de tipo estructural en el terreno crucial de la productividad.
La clave aquí es el vínculo entre la “nube” o “cloud
computing” —la plataforma de supercompetitividad digital más allá de Internet—
y los smartphones, la inteligencia móvil de carácter individual. Este es el
núcleo del nuevo mecanismo de acumulación global superintensivo e
híperintegrado que emerge a la cabeza del capitalismo del siglo XXI.
La dupla 5G/cloud computing va más allá de acelerar el
proceso de acumulación. Es un fenómeno de otra naturaleza: un salto
cualitativo que acerca al capitalismo a su vocación profunda de
instantaneidad.
En esta plataforma superintensiva y binaria proliferan las
innovaciones, y por lo tanto las oportunidades de negocios, al multiplicarse
los protagonistas (más de 40 millones de nuevos empresarios han surgido en
China en los últimos 5 años, y el número de patentes ha superado el millón en
este periodo); y todo esto ocurre al intensificarse las transacciones y cuando
el ciclo del producto gobernado por la instantaneidad se orienta a cero.
Las plataformas digitales de Alibaba / Tencent / Baidú, las
3 grandes compañías higt tech de la República Popular, todavía están
enfrentadas con equipos 4G; y aún así crecen 30% por año y aumentan sus
transacciones en términos de valor de US$260.000 millones en 2018 a US$410.000
millones en 2021. Hay que prever que la instalación de los 5G
duplicaría prácticamente este fenomenal nivel de incremento.
La 5G opera ya en forma tentativa y experimental en 66
países; y sus redes globales, que hoy son 4, serían 110 en 2025, con una
inversión en infraestructura que treparía a US$261.000 millones en 2021, a
partir de US$52.000 millones en 2018, un crecimiento de 118% anual.
China prevé disponer de 588 millones de usuarios 5G en
2021 (más de 40% del total mundial), una cifra superior a la que tendrán EE.UU.
y la Unión Europea sumados. Es un alza por saltos, de carácter espasmódico, no
solo cuantitativo.
Atrás del fenómeno 5G en la República Popular está el
impulso de un poderosísimo ecosistema digital, enormemente dinámico y competitivo,
constituido por la cooperación/competencia de los 3 gigantes de Internet
(Alibaba/Tencent/Baidú), volcado a la comercialización/monetización de todas
las innovaciones tecnológicas.
El trípode Alibaba/Tencent/Baidú se ha trasnacionalizado,
y los 2 primeros cotizan en Wall Street, mientras que el 3° está a la cabeza
del desarrollo de la Inteligencia Artificial en el mundo. También se han
convertido en la principal fuente de capital de riesgo en China.
La plataforma Alibaba ha comprado 32 startups de alta
tecnología en 2018, y lo ha hecho tanto en China como en EE.UU., Israel o
Taiwán. Tencent ha inaugurado un laboratorio de investigación higt tech de
última generación en Silicon Valley.
El rasgo central del mercado chino de 1.440 millones de
personas con niveles de ingresos per cápita de US$10.000 anuales en el 1°
trimestre de 2019, es que toda innovación tecnológica adquiere de
inmediato economía de escala, con costos de producción que se derrumban y
se aproximan a cero.
En este mercado, los promedios no cuentan porque ocultan el
excepcional dinamismo del ecositema Alibaba/Tencent/Baidú, que es una fuente
continua de novedades inmediatamente monetizadas. La dupla “nube”/5G en China
hoy es un adelanto de lo que viene al completarse en el mundo el proceso de
informatización forzada de la manufactura y los servicios que constituye la
nueva revolución industrial.
El hecho de que China hoy adelante el futuro no deja
de ser ironía en un país con 5.000 años de historia, “…que no está colocada
en el pasado, sino en el presente”, como advirtió Hegel en el siglo XIX, el
pensador que por definición rechazaba ante todo el futurismo.
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