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La entrevista de
trabajo es la prueba definitiva, el punto y final de un proceso de selección.
La seguridad, la coherencia y el respeto son algunos de los imprescindibles
para conseguir el empleo.
Presumir de éxitos pasados que no aportan nada es un mal
comienzo en una entrevista de trabajo. Tampoco es buena idea mentir con asuntos
como el dominio del inglés -un análisis de ABA English recoge que el 20% de los
españoles reconoce que exagera en sus conocimientos de ese idioma y otros
informes concluyen que la cuarta parte miente intencionadamente-. Ni una ni
otra cosa le ayudará a superar la última fase del proceso de selección para
acceder a un puesto de trabajo.
Aunque pueda parecer una obviedad, mentir es lo último que
debe hacer en una entrevista laboral: además de no conseguir el empleo, según
quien sea el entrevistador, puede ser una mancha en su currículo. El colectivo
de reclutadores no es muy numeroso y si alguno de ellos detecta a un candidato
tóxico no tardará mucho en poner en antecedentes a sus colegas de profesión,
sobre todo si se trata de profesionales que trabajan en alguno de los grandes
grupos de intermediación laboral -aquellos que ponen en contacto a candidatos
con empresas-.
Gina Aran,
profesora de los Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de
Catalunya (UOC), autora de Comunicación
persuasiva para la entrevista de trabajo (Editorial UOC) y socia directora
de grupo Humannova, propone diez claves para afrontar este cara a cara previo y
determinante para firmar un contrato laboral:
- La entrevista empieza al salir de casa. Al salir por la puerta de casa debemos buscar dentro de nosotros una actitud predispuesta y mentalizarnos del lugar hacia dónde vamos. "Es posible que desde el primer instante alguien nos esté valorando".
- Hay que preparar la entrevista. Tener un buen autoconocimiento, informarse de la empresa y estar seguros de lo que podemos aportar. Además, es útil tratar de prever qué cuestiones nos preguntarán y las respuestas que queremos dar. "Es recomendable ensayar la entrevista. Cuando hacemos una tarea de forma repetida, acabamos realizándola con mucha eficiencia y, normalmente, mejoramos en cada paso, adquiriendo más seguridad". Aran recomienda una serie de preguntas útiles: ¿qué tengo para aportar?, ¿cómo lo quiero comunicar?, ¿qué valores tiene la empresa?, ¿cómo querrán que demuestre que soy el candidato idóneo?, ¿cómo gestionaré los nervios o bloqueos?, ¿cómo gesticularé para reforzar lo que digo?...
- Cuidar la comunicación no verbal. Hay que cuidar desde la apariencia hasta el tono de voz y la vocalización. "Cuando nos vestimos de una forma u otra, transmitimos mensajes distintos. La forma de vestir tiene que ser coherente con el puesto al que se opta y con la empresa». Del mismo modo, la comunicación no verbal ayuda a reforzar el mensaje. "Transmitir una actitud positiva y de disponibilidad y demostrar una escucha activa y empatía» son aspectos que se valoran, según Aran. También el interés, las ganas de aportar y tener visión de futuro", añade Aran.
- Mostrar coherencia. "No me creería a una persona que me dijera que es muy activa y dinámica, pero que tuviera un tono de voz monótono y un ritmo lento, o bien no gesticulara lo más mínimo. Sentido común", remarca Aran.
- Sinceridad. La respuesta tiene que ser siempre sincera. Si no lo es, puede hacernos sentir en falso y puede intensificar los nervios considerablemente. Además, pueden pillarnos y las consecuencias aún pueden ser peores.
- Crear sintonía con el entrevistador. Que un entrevistador sea distante no tiene por qué significar que la entrevista no vaya bien, aunque es deseable que la conversación sea fluida y cercana para crear sintonía con quien tenemos delante y adaptarnos a su estilo de comunicación. También "se puede hacer alguna pregunta que denote interés por la empresa o el puesto de trabajo", aconseja Aran.
- Un buen inicio y un buen final. Aran es partidaria de empezar y terminar la entrevista de la misma manera: saludando con educación, con una sonrisa amable y agradeciendo el tiempo dedicado. También poniéndose a disposición para cualquier otra información que puedan necesitar.
- La falta de respeto es la línea roja. Todo lo que sea una falta de respeto o que se pueda interpretar como tal va en contra de nuestros intereses y nos invalida para el puesto de trabajo.
- Dar información útil y transmitirla con seguridad.
- La triple A. Aptitud + actitud + afinidad son seguramente los tres factores decisivos para que acabemos siendo los elegidos.
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