Hay evidente tensión
entre las dos metas del Gobierno como explica el economista de la Facultad de
Ciencias Empresariales de la Universidad Austral, Federico De Cristo.
El gobierno prometió bajar la inflación, y persiste en su
objetivo, pero en ese afán, puede entrar en conflicto con su otra meta de
reactivar el crecimiento económico.
El planteo es converger a una inflación de un dígito en
2019. Para bajar la inflación hay que incrementar la oferta y disminuir la
demanda.
La oferta puede aumentar mediante importaciones.
Históricamente se recurrió al ancla cambiaria, que consiste en fijar el tipo de
cambio o hacer que suba menos que la inflación. Esto permite que los productos
importados aumenten de precio en menor medida que los nacionales, aumentando la
presión sobre los productores locales para que no suban sus precios.
La consecuencia suele ser que los menos competitivos (los
que tienen mayores costos de producción) cierran y salen del mercado. Esto
puede tener el costo de mayor desempleo.
La disminución de la demanda históricamente operó mediante:
-Caída del salario real (ajustes salariales menores a la inflación). -Caída de
la inversión (suele coincidir con restricción en el acceso al crédito para el
sector privado o con atraso cambiario percibido como no sostenible). -Caída del
déficit fiscal: el gasto aumenta menos que la inflación, mientras que la
recaudación aumenta más que la inflación.
En consecuencia, es muy difícil bajar la inflación y a la
vez aumentar la actividad y el crecimiento económico.
El desempleo será consecuencia de lo que pase con la
actividad (menos producción significa mayor desempleo).
En el corto o mediano plazo el gobierno estaría buscando
aumentar la actividad desplegando un plan de obras públicas amplio que
disminuirá el desempleo y aumentará el consumo interno.
Para evitar que esto se traduzca en mayor inflación debe
combinarlo con ancla cambiaria: recurrir a la importación para ampliar la
oferta de productos y limitar las subas de precios, en el contexto de tipo de
cambio relativamente estable.
Para sostener un tipo de cambio estable e importaciones
crecientes deberá recurrir al endeudamiento externo, de forma que entren una
cantidad de divisas suficientes para mantener el dólar bajo, pagar las
importaciones, intereses, dividendos y vencimientos de deuda.
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