Los profesionales que
se van y deciden volver son ahora un valor seguro para las compañías.
Ser un empleado de ida
y vuelta ya no supone una desventaja ni está mal visto. Todo lo contrario, los profesionales
que regresan adquieren un nuevo valor y pueden ser una fuente de nuevos
negocios.
Imaginemos que alguien abandona su empleo. En una caja de
cartón, vacía su mesa. Y, antes de cruzar la puerta, se da cuenta de que su
contrato le prohíbe durante un año trabajar para la competencia.
Para Karen Seward, abogada laboral en Allen & Overy,
esto es precisamente lo peor que se le puede hacer a un empleado que abandona
la empresa. "Muchas personas son ignoradas en las organizaciones desde el
momento en el que dimiten", declara Seward. "A mis clientes les
recomiendo que sigan la estrategia de la salida inteligente".
Crecen las redes de
exempleados y de exalumnos que cultivan las referencias
Muchas compañías tratan de separarse de sus empleados con un
acuerdo amistoso. Sin embargo, la idea de que esto es un imperativo empresarial
está ganando fama entre los abogados laborales, los asesores y los
profesionales de recursos humanos por algún motivo. Para empezar, puede que con
el tiempo algunos trabajadores regresen a la compañía. Según CEB, una empresa
de investigación que analiza los datos de grandes firmas, aproximadamente el 5%
del personal es empleado boomerang. Brian Kropp, encargado del departamento de
recursos humanos en CEB, declara que el número de personas que regresan es
relativamente reducido, pero cada vez mayor.
Otro motivo por el que es conveniente mantener una buena
relación con los que se marchan de la compañía es porque los candidatos no se
fijan en la espléndida descripción de la empresa que se realiza en la página
web. En su lugar, prefieren hablar con sus actuales o antiguos empleados sobre
cómo es en realidad el ambiente de trabajo.
"Es la opinión en la que más confían", afirma
Kropp. "Si un empleado decide abandonar la organización, lo mejor es
mantener una buena relación, porque serán personas que en el mercado laboral
darán sus referencias a los futuros trabajadores".
Futuros clientes
En ocasiones, los antiguos empleados también pueden
convertirse en clientes. Este caso es, en especial, muy común en sectores como
el de la administración de empresas, donde se originó la idea de las
"redes de exalumnos" (que mantienen el contacto con antiguos
trabajadores). Por ejemplo, la red de exalumnos de McKinsey cuenta con más de
30.000 miembros de 120 países. De hecho, la compañía define a su red como un
"beneficio a largo plazo para la trayectoria de McKinsey".
Seward cree que muchas empresas deberían aceptar la idea de
que con los nuevos empleados tienen que establecer una relación que dure alrededor
de 30 años y que no dejarán de mantener el contacto cuando dimitan. En
realidad, la abogada laboral opina que los trabajadores recién incorporados
deberían unirse cuanto antes a las redes de exalumnos. "La palabra
'alumno' tiene connotaciones que no resultan útiles. Lo importante son las
redes y la relación con el personal. Es más sencillo incluir a todos en la red
de exalumnos antes de que abandonen la empresa".
No a las
restricciones
Sin embargo, las compañías en ocasiones sólo tienen una
alternativa. Aunque aprecien el valor de mantener el contacto y una relación
cordial, muchas empresas se ven en la obligación de adoptar una actitud
agresiva para proteger sus propios intereses. La manera más común de hacerlo es
mediante cláusulas que se aplican después de la rescisión del contrato y que
impide a los exempleados unirse a la competencia o acaparar a antiguos
clientes.
Stefan Martin, abogado laboral de Hogan Lovells, declara que
las empresas tienen "muy en cuenta la imagen en el mercado", pero esto
no quiere decir que no estén a favor de incluir cláusulas restrictivas en los
contratos.
En California se han prohibido las cláusulas restrictivas.
En su lugar, las compañías tecnológicas se acogen a las leyes de
confidencialidad y de propiedad intelectual para asegurarse de que la
competencia no se beneficia de sus costes. El Gobierno de Reino Unido ha creado
una consulta para decidir si se restringen estas cláusulas, partiendo de la
base de que la medida frena el dinamismo económico.
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