Thomas Hellwig, Caroline Rook, ElizabethFlorent-Treacy y
Manfred F. R.Kets de Vries, en hbr.org del pasado 26 de abril, destacan que en
un estudio reciente que analiza el estrés asociado al trabajo en los años 2015
y 2016 se ha comprobado que éste es el responsable del 37% de los casos de
enfermedad y de la pérdida del 45% de los días de trabajo debidos a enfermedad.
Los dos principales factores causantes son:
a).- La presión de la carga de trabajo, incluyendo plazos
límites muy cortos y exceso de responsabilidad.
b).- Falta de apoyo directivo.
Estos resultados ponen de manifiesto la necesidad de un
equilibrio en la presión por obtener un alto desempeño, ya que ésta va a ser
eficaz hasta un punto no bien definido. El estrés positivo, también conocido
como “euestrés” sirve para que las personas se mantengan con energía y alerta,
pero la frontera entre este tipo de estrés y el que es perjudicial se cruza
rápida e inesperadamente sorprendiendo tanto a los responsables como a los
empleados sin la preparación adecuada. Todos tenemos un punto de inflexión, que
depende tanto de factores fisiológicos como psicológicos, a partir del cual la
presión o el estrés nos conduce a una disminución del desempeño y que si no se
trata puede acabar ocasionando burnout.
Aunque el estrés en el trabajo es un problema, como hemos
visto, no se suele abordarse en los equipos directivos a pesar de los grandes
costes que tiene para las organizaciones. Los autores, inspirándose en la
aviación y en las mejores prácticas médicas han desarrollado un protocolo para
ayudar a su detección en el mundo laboral, que han llamado el barómetro APGAR
para el estrés (el test de APGAR se utiliza para analizar rápidamente la
situación de salud de los recién nacidos: es un examen clínico en el que se valoran
cinco parámetros).
El barómetro facilita una serie de recomendaciones para
facilitar a los líderes a reflexionar sobre y a articular soluciones para
evitar los factores que conducen en última instancia al burnout. Se centra en
cinco áreas de sobrecarga potencial de presión que son:
1.- A por apariencia
(appearance): ¿Cuál es la apariencia física de la persona? ¿Parece estar
muy cansada? ¿Ha perdido o ganado peso? ¿Existe alguna señal que indique que
está abusando de alguna sustancia tóxica?
2.- P por desempeño
(performance): una disminución en el mismo puede estar ligada a un malestar
creciente. Por otro lado un esfuerzo forzado para exceder en su desempeño,
convirtiéndose en un adicto al trabajo, puede ser otra señal de atención.
3.- G por incremento
de la tensión (growth tensión): ¿Parece que el profesional se aburre o por
el contrario está sobrepasado?
4.- A por control
emocional (affect control): todos tenemos buenos y malos días pero somos
capaces de regular nuestras emociones de forma que son adecuadas para el mundo
laboral. Los cambios mantenidos y notorios de nuestro estado emocional,
principalmente los estallidos emocionales o las alteraciones súbitas del mismo,
pueden estar relacionados con una sobrecarga de presión física y psicológica.
R por relaciones
(relationships): las relaciones personales son una parte fundamental de la
salud mental. En situaciones de incremento del estrés es posible observar un
deterioro de la calidad de las relaciones en el trabajo, que pueden llegar a l
aislamiento social.
Si se observa que un profesional está mostrando cambios
preocupantes en una o más de las dimensiones mencionadas puede ser arriesgado
ignorarlos. Los directivos deben mantenerse alerta para actuar al detectar las
señales y para crear mejores lugares de trabajo.
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