Más que un soplo de
cambio, lo que ocurre es una ráfaga que limpia el ambiente, pero también
arrasa. La automatización de tareas a través de la aplicación de nuevas
tecnologías está generando un cambio profundo en el trabajo.
Los primeros análisis establecieron que los puestos de
trabajo que desaparecerían en el futuro serían aquellos que son repetitivos y
mecánicos. Sin embargo, hoy vemos que, gracias a la aplicación de soluciones
basadas en inteligencia artificial, algunas tareas más sofisticadas como los
diagnósticos médicos y hasta las intervenciones quirúrgicas, ya son
automatizadas.
Estos avances en la tecnología generan, como cualquier
innovación, gran ansiedad en la sociedad que ve desaparecer su fuente de
trabajo, tal como se destaca en el estudio de Accenture "Aprovechando la
Revolución" (recientemente presentado en el último Foro de Davos), donde
las dos terceras partes de los consultados afirman que el ritmo del cambio se
acelera con las tecnologías y casi el 95% cree que la próxima generación
trabajará muy diferente por esa misma razón.
Claudio Goldman, director
ejecutivo, líder de la industria de Recursos de Accenture para Sudamérica
Hispana. Foto: LA NACION
La mayoría de los estudios enfocan su análisis en este
punto, aunque hay que destacar que irán apareciendo nuevos puestos de trabajo
relacionados con disciplinas que hoy no conocemos: se estima que para el año
2020, un tercio de las habilidades buscadas ni siquiera están consideradas en
la actualidad.
Sin embargo, ya hemos estado en una situación similar hace
30 años. Por ejemplo, ¿quién podría haber imaginado la cantidad de empleos
generados por la industria del software?
En este sentido es difícil determinar exactamente cuáles
serán esos trabajos del futuro y, aún más, las nuevas disciplinas esenciales
para ejecutarlos, considerando que el avance de la tecnología se ha vuelto
exponencial. De todos modos podemos intentar dar un perfil de las habilidades
que probablemente se necesiten en un ambiente de trabajo automatizado y basado
en asistentes personales con inteligencia artificial (como las existentes Alexa
Echo o Google Home).
Un nuevo sistema
educativo
Este proceso requerirá de nuestra parte focalizarnos en
algunas habilidades principales: creatividad, empatía, gestión de personas y,
fundamentalmente, conocimiento matemático. Esto abre nuevos desafíos que
deberemos atacar como sociedad: la reformulación de nuestro sistema educativo
en su totalidad (en los contenidos y en la flexibilidad requerida ante el
cambio cada vez más veloz y profundo), la conversión del trabajo en un
generador de satisfacción personal y la discusión sobre la creación de un
ingreso universal.
En este nuevo escenario, los puestos de trabajo que
requieran de las mencionadas "habilidades de conocimiento-intensivas"
serán los más demandados. Por ello, las compañías deberán capacitar a sus
empleados para desarrollar habilidades y herramientas "humanas", como
análisis complejo, liderazgo, inteligencia social y creatividad, ya que
complementan y potencian la permanente innovación tecnológica.
Prepararse para un futuro incierto parece una empresa
imposible, pero con pasos cortos y firmes podemos aprovechar la fuerza inédita
de estos vientos de cambio.
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