Una de las tareas
fundamentales en la gestión de equipos y proyectos es la referida al líder
de innovación y la detección temprana de problemas. Máxime cuando dichos
problemas son premonitores de cambio.
Una de las
características de los líderes es la facilidad y rapidez en la detección de
problemas, máxime cuando es fácil entender que los problemas rara vez
aparecen de forma súbita si no que son el resultado de la acumulación de
circunstancias que explotan en una crisis final (lo que propiamente denominamos
“problema”).
Varias son las señales que el líder puede observar en el equipo:
- Alteraciones en la Comunicación: Bien sea por el tono, frecuencia, malos entendidos. Algún problema está larvado.
- Cambios en los hábitos: Conversaciones forzadas o anómalas a la hora del café, retrasos en la realización de tareas o entrega de información.
- Brusquedad en los cambios reglamentarios: Ello, de por sí, ya es consecuencia de que algo va mal y se desea atajar lo más rápidamente posible.
Estas señales están indicando que algo va mal, bien sea en
el equipo o en el proyecto de innovación. Suelen ser más detectables en el
equipo ya que en el caso del proyecto serán, en la mayoría de los casos,
consecuencia de aquello.
¿Cómo reaccionar en estos casos?
1.Lo que NO hay que hacer:
- Desentenderse del problema: Actuar como si no se hubiesen detectado dichas señales.
- Mal interpretar las señales: Reducirlas a lo que al propio líder le interesa. No escuchar e interpretarlas desde su particular interés.
- Negarlo: Eliminar las consecuencias pero no el origen.
2.Lo que SI hay que
hacer:
- Reaccionar a tiempo: Afrontarlo a las primeras señales. Comprender que, como mínimo, existe.
- Comunicar: Tratar el tema (los síntomas), discutirlo con todas las partes para tratar de llegar a la causa raíz.
- Evitar enfrentamientos: Los síntomas es lo que aflora, hay que buscar la causa raíz pero desde la mutua comprensión de las influencias de cada parte en el problema. Solamente así se llegará al problema para tratar de resolverlo.
3.Todo lo anterior es especialmente importante, cuando no
crítico en la Gestión del Cambio.
Para poner en marcha un sistema que ayude al líder de
innovación y la detección temprana de problemas hay que presentar una actitud proactiva y adelantarse a situaciones
como:
- Los enfrentamientos entre los miembros del equipo no son una fuente de creatividad. Deben ser bien gestionados y nunca focalizarlos en lo personal o en una competencia mal entendida. Analizarlos y resolver.
- Las personas del equipo que van “tragando” sinsabores pero que no lo exteriorizan no los olvidan y van generando estrés que llegará un momento en que explotará en forma de conflicto perjudicial para el proyecto de innovación. Analizar y resolver.
- Los que siempre son eficaces y lo “hacen bien” pueden no admitir las discrepancias positivas y proactivas dentro del equipo de innovación. Esta es una de las actitudes más frecuentes. Analizar y resolver.
- Los que siempre están “atareados” y no pueden tener elasticidad para ciertos cambios. Son rígidos y se excusan en su infatigable trabajo. El proyecto de innovación requiere un elevado grado de flexibilidad. Analizar y resolver.
- No dejar pasar pequeños estallidos pensando que han sido pasajeros y que no tenían importancia. Es necesario ser proactivo y analizar lo que se esconde. Analizar y resolver.
La innovación es un
proceso de riesgo, de futuro incierto y que requiere de un equipo
concienciado y preparado para este tipo de proyectos. Debe aunar gestión y
creatividad, mezclar diferentes tipos de personalidad e incluso de formas de
trabajar. Liderarlo no es sencillo y de ahí la importancia del líder de
innovación y la detección temprana de problemas.
¿Encuentras problemas
en tu equipo de innovación?
¿Cómo liderar un
equipo de innovación con problemas latentes?
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