Es la hora de la digitalización. Ser analógico es sinónimo
de extinción. Ha llegado el momento de que profesionales y empresas se
transformen; y la supervivencia pasa por la transformación digital.
Afirmaciones y titulares semi-apocalípticos que cobran
fuerza mientras alimentamos la tendencia de que la digitalización es el nuevo
mantra del management.
En un mundo en el que la tecnología se inyecta en nuestro
ADN por momentos, resulta sencillo pensar qué digitalizarse es estar a la
última en cuanto a utilización de dispositivos individual y empresarialmente,
se trata de convertirse en teky para redimirnos del pecado analógico.
Y así, hacemos una peligrosa simplificación de una realidad
social y empresarial sustancialmente más compleja. Ataviarnos con todo tipo de
gadgets de última generación, vivir a golpe de “App”, virtualizar nuestra
identidad en diferentes redes sociales y liderar la cruzada en pos de la
tecnología social dentro de nuestras empresas nos convierte en los más
vanguardistas del lugar… y ¡sin más! ya somos digitales…
Muchas empresas y profesionales están cayendo en la peligrosa trampa de
pensar que transformarse digitalmente consiste en incorporar masivamente la
tecnología de vanguardia en su estilo de vida
individual y colectivo.
Sin embargo puede que la digitalización entrañe un proceso
algo más sofisticado… un proceso de transformación mucho más laborioso que
tiene lugar a golpe de atributos y comportamientos en los que el uso de la
tecnología no es más que una herramienta al servicio de la evolución… y nunca
un fin en sí mismo…
Nuestro mundo ha cambiado y sigue haciéndolo a una velocidad
que hace unas décadas nos hubiese costado imaginar. Esta es una realidad
innegable. Una realidad que genera un nuevo modelo social, y, por lo tanto, un
nuevo modelo empresarial. Un modelo caracterizado por una serie de atributos
que dan lugar a una nueva forma de entender el mundo y también la empresa.
Ahí radica la auténtica transformación digital… y estos
podrían ser sus diez mandamientos:
1.Colaborarás por
encima de todas las cosas. Colaborar sin esperar nada a cambio, ofreciendo
siempre la mejor versión de nosotros mismos. Porque solo a través de
comportamientos colaborativos seremos capaces de abordar una realidad cada vez
más compleja.
2.No tomarás la
Transparencia en vano. Transparencia en nuestra forma de ser y de
expresarnos. Porque ocultar la información ya no es sinónimo de poder sino de
ignorancia. Transparencia sin dobleces, sin máscaras, sin desempeñar ningún
papel.
3.Participarás
activamente para alcanzar los objetivos comunes. Participación activa para
poner la inteligencia individual al servicio de la inteligencia colectiva. Las
actitudes reactivas, esperar de brazos cruzados o mirar los toros desde la
barrera son comportamientos estériles en un contexto de cambio permanente.
4.No consentirás la
cerrazón mental. Es vital la apertura física, pero sobre todo a mental a
una nueva realidad. Una organización abierta, necesita mentes abiertas. Abrirse
a nuevos enfoques, a nuevas perspectivas, a lo diferente, a lo que no sabemos,
a lo que nos incomoda. Una actitud abierta no es intercambiar tarjetas de
visita, es estar dispuesto a desmontar nuestras creencias.
5.No estigmatizarás
el error. En un contexto con escasez de certezas equivocarse sin penalizar
el error es el mejor mecanismo para impulsar la innovación. Sin innovación, no
es viable ningún proceso de transformación, por ello es necesario el error como
mecanismo de evolución.
6.Honrarás la
adaptabilidad. En un contexto dominado por la volatilidad, en el que todo
es más efímero y menos sólido -una modernidad líquida citando a Bauman –
adaptarse no es encajar en un molde para el que no hemos sido diseñados, sino
construir con nuestras manos una nueva realidad.
7.Desearás el
conocimiento del prójimo. Aprender de forma constante. Vivir en beta.
Entender que lo que creemos saber ha de ser sistemáticamente revisado y
renovado. Aprender a aprender de nuestra comunidad y a través de nuestra red en
un mundo global e hiperconectado.
8.Conversarás por
encima de todas las cosas. Conversaciones poderosas para generar valor.
Conversar para ayudar a desarrollar a los demás. Conversar para ofrecer
conocimiento y nuevos planteamientos. Conversar para evolucionar lo colectivo
no para alimentar el ego.
9.Practicarás y
permitirás la disrupción. Disrupción para rebelarse contra lo
pre-establecido.. Ser disruptivo desde una perspectiva constructiva: criticar
la falta de crítica y practicar la honestidad radical, decir la verdad, sin
edulcorar la realidad es imprescindible para transformar.
10.Consentirás la
autenticidad y la originalidad siendo uno mismo. Lo genuino cobra valor en
un contexto que nos invita a estar en constante reinvención. Crear, imaginar y dar
rienda suelta a toda nuestra imaginación, liberando nuestra autenticidad y
nuestro yo más genuino.
La transformación digital requiere ante todo un cambio de
enfoque, vivir en primera persona una serie de atributos, transformándolos
incluso en mandamientos.
Es imprescindible entender que la utilización masiva y compulsiva de la
tecnología no conseguirá per se la evolución de nuestras organizaciones y de
sus profesionales, pero tampoco debemos olvidar que la tecnología es un
vehículo imprescindible para transportar con mayor rapidez y dinamismo estos
comportamientos.
La transformación digital de la que todo el mundo habla no
está escrita en forma de tablas de la ley, tampoco se abrirán las aguas para
atravesar el océano analógico y alcanzar la digitalización prometida. Se trata
de un proceso colectivo, pero que empieza en cada uno de nosotros, entendiendo
que el mundo ha cambiado y que, como dijo Mosiri Cabezas hace unas semanas en
una reflexión en la que está inspirada esta entrada, Digital es sobre todo una
actitud, una forma de entender y vivir en una sociedad diferente.
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