Menos impuestos al
trabajo, apoyo a las pymes y reducir la litigiosidad, entre las propuestas.
El panorama laboral no deja de ser complejo, para empezar,
porque todavía no hay cifras creíbles sobre cuántas y quiénes son las personas
que no tienen trabajo. "No tenemos números ciertos de la verdadera tasa de
desempleo", dice Víctor Beker,
director del Centro de Estudios de la Nueva Economía, en la UB. Como ex
director de estadísticas del Indec, cargo que ejerció antes del kirchnerismo,
explica que "se sospecha que el Indec subestimó la tasa de desempleo con
el mecanismo de medir a los desalentados, aquellos que dejaron de buscar
trabajo y que no se incluyen como desocupados".
Para el economista, cualquiera que sea la cifra de
desempleo, probablemente esté hoy por encima de los dos dígitos, lejos del 5,9%
(según datos del Indec del tercer trimestre de 2015 y últimos disponibles).
"La tasa de desempleo no debería superar el 5%. Hasta ahí tiene cierta
lógica por la gente que cambia de trabajo y está temporalmente sin ocupación.
Tuvimos desempleo de dos dígitos por primera vez en 1995 por el efecto tequila."
Cuando hay desocupación, los que no estuvieron nunca en el
mercado de trabajo son quienes menos posibilidades tienen de obtener un empleo
de calidad. Quienes tienen hasta 28 años son los más castigados por el
desempleo, ya que cuando se postulan para un trabajo son rechazados por falta
de experiencia. Además se calcula que hay alrededor de un millón de jóvenes que
ni trabajan ni estudian, a quienes se denomina ninis.
Vale recordar también que existe un 35% de personas que
trabajan, pero que están en la informalidad, sin ninguno de los beneficios que
establece la ley y sin derecho a una jubilación al finalizar su etapa laboral.
También, a partir de la caída de la actividad económica en
el segundo semestre del año pasado, se produjo una baja del empleo en el sector
privado, sobre todo en la industria de la construcción, además de una reducción
de horas de trabajo, tal como se vio en la industria automotriz.
1- Ayudar a quienes
trabajan por primera vez
Para favorecer el primer empleo, el Gobierno está redondeando
un proyecto de ley que restará el importe de las contribuciones patronales al
salario de los jóvenes de (en principio) hasta 28 años que ingresen al mercado
laboral. Hasta hace unos días se pensaba en este plan dentro del marco del
llamado Plan Belgrano, que busca reactivar las zonas del NOA y NEA (Salta,
Jujuy, Tucumán, La Rioja, Catamarca, Misiones, Corrientes, Chaco, Formosa y
Santiago del Estero), que están más castigadas por el trabajo informal, la
pobreza y el desempleo. Sin embargo, desde el Ministerio de Trabajo ahora se
busca extender el beneficio a todo el país.
Según allegados al organismo, hasta ahora, de cada $ 100 de
remuneración en bruto, el empleado obtiene $ 83 de bolsillo después de pagar
sus aportes, y el empleador debe pagar $ 128 por contribuciones patronales. El
proyecto, aún en revisión, busca que el empleado obtenga lo mismo de bolsillo,
pero que el empleador pase a pagar $ 97 a modo de incentivo para expandir su
planta de personal.
Según Jorge Gebhardt,
director del Departamento de Impuestos de Aguirre, Saravia & Gebhardt, los
aportes que hoy hacen los empleados son: Anses: 11%; obra social, 3 %; PAMI,
3%. Las contribuciones patronales son: Anses: 21% o 17%, según la actividad y
el volumen de ventas de la empresa. Por lo general la gran empresa está sujeta
al 21% salvo las de construcción, que si tienen ventas no muy altas bajan al
17%, y obra social: 6 por ciento.
"Si el decreto elimina total o parcialmente la
contribución patronal, el aporte del Estado debería ser idéntico a lo que se le
reduce exime al empleador de manera de no desfinanciar ni a la Anses ni a las
obras sociales", dice Gebhardt. Desde el ministerio confirmaron que
"el Estado va a subsidiar la diferencia de cargas sociales". Los
aportes y las contribuciones son necesarios para obtener, entre otros
beneficios, la posterior jubilación.
"Es muy importante que el primer empleo sea formal,
para que la persona tenga una mejor trayectoria laboral", agregaron desde
la cartera laboral. Se trata de un beneficio en el que se disminuyen las cargas
de los primeros 36 meses para así facilitar el primer empleo registrado y
formal. A medida que vaya avanzando en el tiempo, el beneficio irá
disminuyendo. Además, el proyecto (sujeto a cambios) contempla extender esta
ventaja para mujeres de mediana edad que nunca trabajaron, o que siempre
estuvieron en la informalidad.
2- Del plan social al
trabajo privado registrado
El empleo privado dejó de crecer significativamente a partir
de 2008. La principal fuente de creación de empleo formal fue el sector
público, que aumentó su plantel en la década kirchnerista en 1,4 millones de
empleados públicos más. Por otro lado, los planes sociales se multiplicaron. La
propuesta del abogado laboralista Julián
de Diego, esbozada en LA NACION ya en 2013, es incentivar a que las
empresas privadas incorporen a trabajadores que tienen planes y seguir
pagándolos durante dos años como parte del sueldo. "Después, la empresa se
hace cargo de la totalidad del salario, y si el trabajador se queda sin empleo
vuelve al plan", dijo De Diego.
3- Apoyar a la
microempresa y a las pymes
El director de Investigación del Observatorio de la Deuda
Social Argentina, de la UCA, que recientemente presentó un informe sobre la
pobreza en la Argentina (13 millones de personas), asegura que apoyar a la
microempresa familiar es una manera de reducir la marginalidad social y
"aumentar su productividad, vinculación comercial y generar empleo de
calidad".
A través de una presentación durante el Foro de Convergencia
Empresarial de ACDE, en 2014, sugirió que haya marcos regulatorios especiales
en materia de seguridad social, con el fin de fomentar la creación de empleos
productivos. "El desarrollo sustentable no se logra a través de más
programas sociales, sino a través de la creación de empleos con mayor
productividad, seguridad social y mejores salarios en los sectores pobres,
excluidos, hasta ahora." Para el investigador, los microemprendedores
pueden ser el motor de una nueva etapa de movilidad social.
El director del Departamento de Derecho del Trabajo de la
Universidad Austral, Ricardo Foglia,
sugiere ayudar a regularizar el trabajo no registrado y que exista un régimen
específico para la pequeña empresa, "para que puedan registrar a los
trabajadores y sean una fuente de empleo. Ellas tienen el mismo régimen laboral
que las grandes empresas y esto conspira contra la creación de empleo
registrado".
4- Reducir la
litigiosidad
Foglia, también titular del estudio Foglia Abogados, habla
de "normas en el ámbito laboral que son contradictorias y oscuras, lo que
favorece la alta litigiosidad". Son las múltiples interpretaciones lo que
lleva a que, por ejemplo, no se pueda establecer a ciencia cierta a cuánto
asciende una indemnización por despido.
5- Fondo o seguro de
desempleo
Hoy, con una prestación mínima de $ 400, se evalúa una suba
para que sea realmente un puente, con capacitación incluida, hasta la
reinserción en el mercado laboral.
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