En diferentes ocasiones he tocado
este tema en este blog, pero me gustaría incidir en él de nuevo para ver si
así, a riesgo de resultar pesado, vale para algo todo lo que decimos los que
consideramos que necesitamos un cambio cultural enorme si lo que queremos es
salir de la situación en la que nos encontramos.
Como país, como empresa o como
cualquier otro tipo de organización, la cosa no pinta nada bien. Muchos indican
que nuestras estructuras organizativas son deficientes, no seré yo el que les
lleve la contraria.
Otros abogan porque la falta de liderazgo a todos los
niveles ha provocado el desapego por el colectivo y fomentado más la
individualidad, dejando a un lado el compromiso organizacional y provocando la
caída de la productividad, cosa que también podría ser con lo cual no voy a
llevarles la contraria tampoco.
No obstante creo que deberíamos
dar un paso hacia adelante y recapacitar si el problema radica no en nuestras
organizaciones y sus estructuras o en quien las dirige, sino más bien en un
cambio cultural que nos hace tener unas creencias y comportamientos que nos
llevan a actuar como lo hacemos y que son los que realmente acaban ‘viciando’ a
las organizaciones a las que pertenecemos (a cualquier escala).
Es bueno comer productos
ecológicos, pero primeramente hemos tenido que cambiar culturalmente creencias
sobre ellos. Es bueno llegar al trabajo en bicicleta, pero claro, deberás de
concienciarte de ello y de sus ventajas. Es bueno concienciarnos de que el uso
de los medios de transporte públicos es mejor para el medio ambiente que el de
los vehículo propios.
Todos estos ejemplos suponen
cambios en las organizaciones pero que deben de arrancar por cambios en nuestra
cultura o creencias culturales. Son estas y su evolución las que van a hacer
que nuestras organizaciones cambien y podamos salir de la situación actual.
Si estamos esperando que ocurra
de al revés, no habremos aprendido nada de la crisis y no conseguiremos cambiar
nada de lo que nos ha conducido hasta aquí.
Lo que debemos de tener en cuenta
es que los cambios en las organizaciones se pueden realizar rápidamente, sin ir
más lejos, si España como país es una organización, ya tenemos bien claro lo
rápido que se pueden realizar estos cambios, visto lo visto.
Pero ¿alguno
creéis que estos cambios organizacionales han ido parejos a cambios en nuestra
cultura o creencias culturales? Para nada. Son medidas, como pudieron ser otras
diferentes, que para nada ‘enraizarán’ en nuestra cultura lo que al final
redundará en que nuestras organizaciones tampoco cambiarán.
Poco hemos aprendido de la crisis
y parece que pocas ganas tenemos de aprender.
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