Para llevar tu negocio al siguiente nivel, debes analizar tu día laboral
y ver en qué áreas debes mejorar para guiar a tu equipo.
El liderazgo no es perceptivo y lo que funciona
para una persona tal vez no funcione para la otra. Pero hay una característica
que muchos dueños de negocios y emprendedores comparten: se hacen preguntas
constantemente para seguir siendo relevantes y perceptivos.
Ya sea que estés dirigiendo una empresa, fundando
una startup o liderando un equipo, tu habilidad para analizar tu día
laboral es crítica para el éxito. Tener el control sobre tu propio
desarrollo puede ayudarte a ver en qué áreas has mejorado, profundizando el
conocimiento de tu industria y siendo un buen ejemplo para la gente que
gestiones.
Hacerte estas preguntas todos los días te ayudará a
crecer como individuo y líder:
1. ¿Qué logré hoy? Al final de cada día, da un paso
hacia atrás y pregúntate qué lograste hoy. Saber cuáles son tus resultados es
un gran refuerzo de productividad. Proponte tener por lo menos una tarea
importante todos los días que puedas alcanzar para conseguir tus metas finales.
Si piensas que podrías haber hecho más, proponte a canalizar esa energía para
trabajar más duro el siguiente día.
2. ¿Qué errores cometí y cómo puedo aprender de
ellos? No
todas las decisiones que tomes serán las correctas. En esas situaciones, poner
las manos arriba y admitir que cometiste un error es lo mejor que puedes hacer. Hay
un dicho “más personas podrían aprender de sus errores si no estuvieran tan
ocupadas negando que los cometieron”. Todos cometemos errores, la forma en la
que respondemos a ellos es lo que nos define.
3. ¿Ayudé a alguien para que tuviera éxito? Los buenos líderes se enfocan en
el éxito de los demás, así como en sus logros personales. Convierte en tu
mantra ayudar a los demás a tener éxito. No siempre tiene que ser un gran
gesto. Puede ser algo tan simple como pasar 20 minutos con un empleado para
discutir su actuación y progreso. Trabajar en las fortalezas de los demás hará
que tu empresa crezca.
4. ¿Qué me motivó? Tener un negocio y guiar a un
equipo puede ser difícil. Durante las épocas difíciles, busca la motivación que te hace avanzar y
mejorar. Toma nota de las cosas que te inspiran y léelas cuando necesites
entusiasmarte de nuevo. Los buenos líderes están conscientes de las cosas que
ayudan a que se motiven y usan ese conocimiento a su beneficio.
5. ¿Me acerqué a las metas? Cuando estás en el timón del barco,
es bueno tener un destino en mente. Lo mismo pasa cuando estas a cargo de un
negocio o un equipo: debes tener metas y mantener a todos enfocados y
moviéndose en la misma dirección. Pregúntate si has trabajado hacia esos
objetivos, si no lo has hecho averigua por qué y piensa cómo podrás poner todo
en orden. No pierdas de vista tus metas.
6. ¿Qué obstáculos se atravesaron? ¿Cuáles son tus puntos
difíciles? ¿Hay alguna zona en particular de tu negocio que te cuesta trabajo?
¿No eres capaz de pensar en una estrategia para una función en particular? Si
es así, identifica las áreas que requieran mejoramiento o los recursos que
llegarán lejos al superar los problemas.
Una vez que sepas cuáles son tus debilidades, crea un equipo pequeño y habla
sobre las áreas en problemas. Comparte tus ideas y trabaja en lo problemas de
una manera constructiva. Esto es muy bueno para la construcción del equipo y para poner a todos en la
misma página. También resolverá el problema para que puedas avanzar.
7. ¿Qué necesito soltar? Estás preparándote para el fracaso
si te haces cargo de muchas cosas. Los dueños de negocios y cabezas de
departamento no pueden estar a cargo de cada decisión que se tome en la
empresa. Parte de ser un líder es ser capaz de reclutar efectivamente.
Construye un equipo en el que confíes para tomar las decisiones y hacer las
cosas. Deja que las personas sientan algo de la carga del negocio. Esto no
quiere decir que progresarán más rápido, sino que al compartir la
responsabilidad, tendrás una cultura empresarial más colaborativa.
8. ¿Qué legado quiero dejar? Finalmente, ¿cómo quieres
ser recordado? Ten en mente esto todos los días cuando te dirijas a tu meta.
¿Estás feliz con la forma en la que actuaste hoy? No naciste con las
cualidades que formaron tu carácter, sino que las desarrollaste con
las experiencias, fracasos y éxitos.
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