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Rodolfo Salas: Facilitador y potenciador sobre conocimientos de liderazgo, estrategia, marketing y gestión de los negocios.

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domingo, noviembre 11, 2012

Los empleados, con ganas de deshacerse del jefe


En una encuesta se reveló que 65% de los empleados estadounidenses preferirían despedir a sus jefes que recibir un aumento de sueldo.
La semana pasada se celebró el Día Nacional del Jefe en Estados Unidos y, por ese motivo se realizó una encuesta para determinar que haría más felices a los empleados. Los resultados sorprendieron: 65% de los encuestados dijo que serían más felices deshaciéndose de sus jefes que recibiendo un aumento de sueldo.
El estudio, realizado por la psicóloga Michelle McQuaid, revela, en realidad, que la mayoría de los empleados no son muy felices en sus puestos de trabajo. Parte de la culpa, se ve, la tienen sus jefes. 70% dijo que serían más felices si despidiesen a sus jefes y 55% aseguró que serían más exitosos si pudiesen llevarse mejor con sus supervisores.
Las cifras recolectadas por McQuaid hablan de una insatisfacción grande en la fuerza laboral. El análisis de la psicóloga conecta la felicidad con la salud y el bienestar: los malos jefes aumentan la ansiedad, la depresión y las enfermedades cardiovasculares en sus empleados, deteriorando también otras relaciones adentro y afuera del trabajo.
Los malos jefes pueden afectar el trabajo de los empleados, bajando la productividad. Los empleados entonces creen que, si cambiasen de jefe, podrían exhibir mejores resultados al largo plazo, incluyendo mejoras salariales. De todas formas, se niegan a aceptar un mejor sueldo en un lugar de trabajo que los hace infelices.
Para McQuaid la baja en la productividad es un problema que va más allá de las emociones personales. En su investigación descubrió que los empleados que odian a sus jefes se toman, en promedio, 15 días por enfermedad más que aquellos que no. Tampoco se ofrecen como voluntarios en proyectos o participan en sesiones de brainstorming. Esto reporta pérdidas a las empresas que rondarían los US$ 360.000 millones.
La encuesta fue realizada por email a más de 1.000 empleados de diferentes generaciones, géneros, lugares y profesiones. La actitud reinante para con los jefes es bastante negativa. No es sorpresa en el medio de una crisis. Algunos de los resultados fueron:
*Solo 36% de quienes respondieron dijeron sentirse felices con sus trabajos.
* 31% de los empleados dijeron sentirse poco apreciados y poco estimulados por sus jefes; 15% dijeron sentirse aburridos, solos y tristes.
* Solo 38% dijeron que sus jefes eran “geniales”; 42%, que no trabajan muy duro y 20%, que no tenían mucha integridad laboral.
* Cerca del 60% de los estadounidenses confesaron que harían mejor su trabajo si la relación con sus jefes marchase sobre ruedas.
* Cuando se les preguntó el impacto de un mal supervisor en la salud, 73% dijeron que un mal jefe repercute negativamente en su salud.

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