Experiencias

Rodolfo Salas: Facilitador y potenciador sobre conocimientos de liderazgo, estrategia, marketing y gestión de los negocios.

Fortalezas: Dirigir, inspirar e integrar a otros con una gran energía, Aceptar cambios de forma positiva, Desarrollar relaciones con otros, Ser más visible y Tener un alto grado de compromiso.

lunes, noviembre 12, 2012

Aprende a mejorar como jefe


Desde siempre, la figura del jefe es sinónimo de respeto y dedicación, un hecho al que muchos se han agarrado para no desempeñar su papel debidamente. Muchos jefes carecen de integridad y ética en el trabajo, algo que repercute directamente en los trabajadores, quienes acaban sintiéndose poco apreciados, sin inspiración, solos y aburridos en el trabajo. Y ya se sabe, trabajadores descontentos es el equivalente a poca productividad en la empresa.

Un psicólogo estadounidense, Michelle McQuaid, llevó a cabo un estudio, basándose en entrevistas a 1.000 trabajadores de todo el país y de todas las edades, donde se pueden apreciar datos tremendamente reveladores y que resumen exactamente lo que estamos hablando. Según los datos de su estudio, casi un tercio (31%) de los empleados encuestados se sienten aburridos y poco apreciados por sus jefes. Además, cerca del 15% se siente francamente triste, aburrido y solitario.

Sólo el 38% describen a su jefe como “grande”, el 42% asegura que sus jefes no trabajan muy duro, y casi el 20% dice que sus jefes tienen poca o ninguna integridad. Por otro lado, cerca del 70% afirman que serían más felices en el trabajo si se llevaran mejor con sus jefes. Este porcentaje se distribuye en partes iguales entre hombres y mujeres, pero aumenta a un sorprendente 80% de los trabajadores de entre 20 y 30 años.

Los datos también ponen de manifiesto, que un 47% de los trabajadores afirma que sus jefes no mantienen la calma y el control, algo que es muy importante para poder asegurar el orden en la empresa. Pero no todo es negativo en este estudio, un 10% de los encuestados afirmaron que utilizaran todas las oportunidades que estén a su alcance para hablar con sus jefes y mejorar sus relaciones.

Lo cierto, es que muchos jefes pueden hacerlo mucho mejor. Si eres jefe y crees que tienes aún mucho que aprender y cambiar sobre tu manera de manejar tu empresa, la pregunta que deberías hacerte es: ¿Qué puedes cambiar hoy?

A continuación os dejamos seis sugerencias para hacer que tus empleados se sientan más valorados y comprometidos antes de perderlos:

Comunícate con ellos: ¿Tus empleados saben realmente quién eres? Si no es así, una buena opción es darte más a conocer y que te vean como uno más de la empresa. Un buen consejo, a parte de participar regularmente en las reuniones de empresa, es enviar e-mails con tus ideas personales. Lo importante es que tus empleados se sientan partícipes de la empresa, que se sientan útiles. De este modo, se sentirán más comprometidos y tu figura como jefe adquirirá otros tintes.

Se positivo: Anima a todos. Muestra empatía cuando los empleados estén estresados o, incluso, cuando están equivocados. Trata siempre de extraer lo positivo de cualquier conversación. Darles la confianza que necesitan, repara cualquier desperfecto y hace que acabes teniendo éxito.

Se honesto: Si dices que vas a hacer algo, hazlo. Si las circunstancias requieren un cambio de planes, vuelve al paso 1: Comunicar.

Establece metas: ¿Tus empleados saben qué se espera de ellos? ¿Sabes si tienen los recursos para alcanzar estas metas? No hagas que tus empleados adivinen si están haciendo lo suficiente o si se están cumpliendo tus expectativas. Cuando tienen objetivos medibles, que ambos hayáis acordado, sabrán si estás contento o si se necesitan dar un paso adelante.

Apóyales: Apoya el desarrollo de tus empleados a través de programas de capacitación. Envíales a conferencias para ayudarlos a avanzar en la empresa. Mantenerlos involucrados, hará que puedan seguir comprometidos contigo y la empresa.

Recompénsales: Premia a tus empleados por un trabajo bien hecho. Mantenles informados del resultado de su trabajo. A veces una simple palmadita en la espalda y el “buen trabajo” es suficiente para cambiar toda una relación para mejor.

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