La autora recomienda seguir los siguientes pasos para
demostrar a nuestros profesionales que hemos abandonado este hábito nocivo.
1.- DEJAR DE CONTROLAR CONTINUAMENTE
Podemos pensar que estamos ayudando cuando revisamos
constantemente la evolución de un proyecto, pero, con frecuencia, nuestros
profesionales no opinan lo mismo. Tenemos que admitir que lo que estamos
haciendo es estar encima de ellos. Una estrategia mejor consiste en que acudan
a nosotros para comentar el proyecto en reuniones establecidas previamente con
regularidad. De esta forma los empleados saben cuándo se va a producir la
actualización y les permite centrarse en los resultados y no en los pequeños
detalles que conllevan cualquier tarea o proyecto.
2.- CONFIAR EN NUESTROS EXPERTOS
Los miembros de nuestro equipo tienen que tener autonomía
para realizar su trabajo. Podemos sentirnos tentados a racionalizar que tenemos
que microgestionar porque nosotros como directivos tenemos que tener todas las
respuestas, pero como el jefe es nuestro trabajo identificar las mejores ideas
pero no deben necesariamente surgir de nosotros.
Debemos recordar las razones por las que se seleccionó al
profesional que normalmente es debido a su experiencia y conocimientos. Como
directivo tenemos la obligación de utilizar nuestro conocimiento general sobre
cada tarea para colocar a la persona más adecuada para cada puesto. Después, la
clave para dirigir a nuestros expertos consistirá en comunicarles lo que
necesitamos, facilitarles el apoyo y recursos necesarios para realizar sus
tareas y confiar en ellos, sabiendo que pueden realizar correctamente su
trabajo.
3.- DELEGAR, DELEGAR, DELEGAR,…
Como ejecutivos existen varias metas que cumplir por lo que
existe el riesgo de pensar que cuando surge una tarea crítica pensemos que si
queremos que algo se haga es mejor hacerlo nosotros. Nos convencemos de que los
demás van a aprender mejor si ven cómo lo hacemos que asumiendo ellos mismos la
responsabilidad. Pero este enfoque no es muy positivo para el futuro de nuestro
equipo y hará que tengamos fama de microgestores.
Es mejor dejar que nuestros colaboradores se enfrenten a
nuevos retos. Una investigación de Gallup ha mostrado que delegar más en los
miembros del equipo tiene resultados positivos y que los líderes que tienen un
talento para delegar obtienen un mayor crecimiento y éxito para sus
organizaciones que los que se fijan en los detalles minúsculos y no facilitan
la autonomía de sus profesionales.
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