Michael Lee Stallard en SmartBrief on Leadership del pasado 1 de junio plantea que si nuestro
nivel de energía es menor del que quisiéramos, si pensamos que nuestro
desempeño no es el adecuado o si vemos que estamos demasiado ocupados para conectar con nuestras
personas de confianza puede ser que estemos sufriendo los efectos del “asesino
silencioso” de los individuos y que estemos, por tanto, interfiriendo en nuestro desempeño y en el de la
organización.
Una investigación
reciente realizada por la compañía de seguros CIGNA ha encontrado que más de la
mitad de los estadounidenses se consideran que están solos. Cigna encuestó a
más de 20.000 adultos estadounidenses utilizando la escala UCLA de soledad y
sus hallazgos corroboran otras investigaciones que apoyan la idea de que los
Estados Unidos se están enfrentando a una epidemia de soledad. Ésta es
importante porque actúa como un asesino silencioso e muchas formas: la soledad
nos hace vulnerables al estrés crónico y a una muerte temprana.
La soledad hace que las personas sean menos sociables y menos colaboradoras lo que contribuye a
aumentar su aislamiento y les hace ser más vulnerables a la ansiedad inducida
por el estrés, a la depresión y al suicidio.
Las organizaciones en
las que abundan las personas solas tienen un nivel menor de compromiso de sus
profesionales, las decisiones que toman son de peor calidad y existe un menor
grado de innovación. Las personas solitarias que trabajan en primera línea
directamente con los clientes no son buenas para la satisfacción de los mismos
ni para generar en ellos un sentimiento de lealtad. Estos efectos de la soledad
sabotean el desempeño y pueden reducir los años de vida tanto de las personas
como de las organizaciones.
Si queremos reducir la soledad hay que fomentar la conexión
entre las personas. Para ello los líderes deben transmitir una visión
inspiradora, valorar a los profesionales y darles voz. La fórmula sería:
Visión + valoración +
voz = Conexión
1.- Comunicar una
visión inspiradora recordando a los profesionales cómo el trabajo que hacen
sirve para ayudar a los demás. Por ejemplo Costco inspira con el lema: “hacer
lo correcto” que se define como respetar la ley, cuidar a los miembros, cuidar
a los empleados, respetar a los proveedores y recompensar a los accionistas, en
este orden. Costco tiene una reputación de hacer lo correcto y sus
profesionales se sienten orgullosos de formar parte de una organización ética.
2.- Valorar a las
personas. El líder debe mostrar que se preocupa por las personas a su cargo
dedicando tiempo a reconocer sus individualidades: conociendo sus nombres, sus
aspiraciones profesionales y sus intereses fuera del trabajo. Simples gestos
como el contacto visual o el saludarles
al verles comunica un interés en ellos. Facilitar la formación o coaching para
que avancen en sus carreras también demuestra una preocupación por ellos como
individuos y que queremos que tengan éxito más allá de en su rol actual con
nosotros.
3.- Dar oportunidades para que los profesionales expresen sus ideas. Buscar sinceramente
conocer las opiniones e ideas de las personas que dirigimos, especialmente en
temas que les interesan y para la realización de acciones que tienen que
implementar y posteriormente hacer un seguimiento reconociendo sus
contribuciones.
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