La falta de motivación
a veces no es un problema de compromiso, sino una defensa biológica; se trata
de llevar el mejor yo a la oficina. Crédito:
Fast Company
Es posible que haya amado su trabajo cuando comenzó, pero no
es raro sumergirse en una rutina. "Si está experimentando agotamiento,
empezar a cambiar su modo de pensar puede ayudar", dice Daniel M. Cable,
autor de "Hay vida en el trabajo: la neurociencia ayuda a las personas a
amar lo que hacen" (Alive at Work:
The Neuroscience of Helping Your People Love What They Do).
"Nuestros cerebros no están cableados para la rutina y
la repetición en el trabajo", dice. "La desconexión no es un problema
de motivación; es biológico".
Cable era profesor en la Universidad de Carolina del Norte
cuando dice que perdió su entusiasmo por su propio trabajo y poco a poco cayó
en el aburrimiento. Después de haber sido diagnosticado y tratado por linfoma
de Hodgkin, su perspectiva cambió, y se encontró con una sensación de gratitud
por el trabajo que tenía. Más tarde, se topó con una investigación sobre la
parte del cerebro llamada cuerpo estriado
ventral, también llamado el "sistema de búsqueda", y su papel en
lograr que las personas se conviertan "en su mejor yo".
"Esta parte de nuestro cerebro nos impulsa desde el
momento en que somos bebés a explorar lo que no sabemos", dice. "A
los niños pequeños se les puede dar un juguete increíble con ruidos y botones,
y les encantará durante una semana o unos días. Luego encuentran algo más que
no habían visto antes, como las llaves del auto, y les parece más interesante.
No fue porque la cosa nueva sea genial; es porque la cosa es nueva".
"Cuando sucumbimos a estos impulsos (que trae lo
nuevo), nuestro cerebro administra la dopamina para recompensarnos y eso nos
hace sentir más vivos. Lo mismo puede suceder en el trabajo", dice Cable,
actualmente profesor de comportamiento organizacional en el London Business
School.
"Cuando estamos inmersos en la rutina por 502» vez,
esta parte del cerebro se apaga", dice Cable. "Tu cerebro está
diciendo, 'eres mejor que esto. No estamos construidos para esto. Estamos
hechos para cosas más grandes'. Luego, el cerebro detiene la liberación de
dopamina, lo que hace que el trabajo parezca no solo aburrido, sino que dura
una eternidad".
"Hay tres formas en que puede activar la liberación de
dopamina en su cerebro y salir de su rutina", dice Cable.
1. IDENTIFIQUE SUS
PUNTOS FUERTES
Detecte las fortalezas de su firma y el impacto que puede
tener utilizando su potencial a diario. "¿Cómo puede aportar valor al
equipo?", pregunta Cable.
Cuando él mismo comenzó a aprovechar su virtud del humor en
sus clases, Cable dice que recuperó el aprecio por su trabajo. "Me hizo
sentir bien y vi a mis alumnos incentivados cuando usaba el humor", dice.
"Como profesor, era algo único para mí. Decidí traerlo cuando doy clases
en lugar de dejarlo en casa".
Piense en su trabajo como un vehículo flexible y determine
cómo puede darle impulso.
2. HAY QUE ESTAR
DISPUESTO A EXPERIMENTAR
Evite el riesgo de la rutina agitando uno poco las cosas.
Cable decidió desarrollar nuevas clases en lugar de enseñar la misma clase una
y otra vez.
"Un gerente de ventas, por ejemplo, que fue promovido y
hace mucho que no sale a la calle podría volver a hacerlo para hablar con los
clientes", sugiere Cable. "Es solo una manera de actualizarse y de
aprender cosas nuevas que nos renuevan".
"Active el sistema de búsqueda yendo fuera de su zona
de confort", sugiere Cable.
3. MUCHA ATENCIÓN AL
PROPÓSITO
Finalmente, analice las causas y efectos en su rol.
"Todos queremos ver el impacto de nuestras acciones", dice Cable. Los
líderes pueden ayudar a los empleados a personalizar el propósito del trabajo.
¿Cómo? Teniendo conversaciones directas con las personas con las que trabajan,
así como con los tomadores de decisiones internos.
"Trate de pensar en la historia que quiere contar
acerca de por qué hace su trabajo", dice Cable. Admite que parte del aburrimiento
que sintió con el trabajo es porque se decía a sí mismo que su trabajo como
profesor estaba ayudando a los ricos, los jóvenes que iban a duplicar su
salario al obtener un MBA.
"No era algo malo ni ilegal, pero no era inspirador
para mí y sentía que no valía la pena", dice. "Me pregunté por qué
estaba contando una historia de la manera en que lo hacía. Y finalmente me
pregunté, ¿qué pasa si utilizas la enseñanza como una plataforma para un
propósito diferente? Entonces empecé a enseñar a los ejecutivos a liderar el
cambio. El trabajo no cambió, yo cambié; reformulé las clases para transmitir
lo que me importaba. Fue más energizante para mí”.
"Diseñe su lugar de trabajo para proporcionar al menos
uno de estos tres factores energizantes diaria o semanalmente", sugiere
Cable. Pero también advierte: "No se puede reactivar un día de trabajo y
un equipo de una sola vez. El compromiso requiere llevar a su mejor yo al
trabajo".
No hay comentarios:
Publicar un comentario