Fuente: LA NACION
Al estar más
naturalizada que otras segregaciones, la discriminación por edad representa un
costo para la economía, en términos de ineficiencia y falta de creatividad.
Eventos y concursos de innovación que convocan,
sistemáticamente, a propuestas de "sub-35". Un mercado de trabajo
local que en las búsquedas específicas de empleo excluye en un 50% de los casos
a los de más de 35 años, y en un 85% a los de más de 45. Discusiones en redes
sociales en los que defensores de agendas de inclusión terminan descalificando
a algún crítico por su edad con un: "¿Qué te pasa? ¿Te olvidaste de tomar
la pastilla?". Muchas notas de tapa con "30 emprendedores
sub-30", ninguna (o poquísimas) con "50 innovadores post-50",
sin esa mirada condescendiente de los contenidos sobre "los abuelos".
Al estar más naturalizada que otras segregaciones en la
sociedad, la discriminación por edad representa un costo generalizado para la
economía en términos de ineficiencia y falta de diversidad. Con un agravante:
el sesgo y los estereotipos pro-juventud están mucho más marcados en los
sectores de innovación y creatividad, que supuestamente deberían ser un motor
del crecimiento y desarrollo para la economía.
A nivel global, el estudio de economistas más reciente y
extendido sobre el tema fue escrito por los académicos Pierre Azoulay, Benjamin
Jones, Daniel Kim y Javier Miranda, y publicado por el NBER. La investigación
destruye el estereotipo de "joven emprendedor" arriesgado, varón,
agresivo; construido a partir de un exceso de cobertura sobre las trayectorias
de los fundadores de Google, Facebook, Apple y Microsoft. Con una muestra de
miles de casos, el paper halló que la edad promedio para un fundador de startup está en 41,9 años; en tanto que
en el caso del 0,1% de los emprendimientos más exitosos ese promedio trepa a
45.
En su investigación, los economistas hallaron que el
promedio baja a 38,7 años cuando se trata de fundadores de startups con fondeo de capital de riesgo, lo cual indica que los
fondos de este tipo tienen una preferencia importante por proyectos de personas
jóvenes. Los autores del estudio especulan con que los 45+ pueden tener una red
de contactos más aceitada para obtener financiamiento y no necesitan acudir a
los Venture Capital, pero hay evidencia que apunta a un sesgo de reconocimiento
de patrones: una suerte de "pensamiento mágico" que extrapola la
frescura y el entusiasmo de un joven emprendedor al resultado final. "¿Es
el fin del mito del emprendedor joven?", se preguntó en Twitter esta
semana el economista Guillermo Mondino.
"Entre los capitalistas de riesgo es muy común escuchar
la frase: me hizo acordar a Steve (Jobs) o Bill (Gates) cuando eran
jóvenes", contó en un evento reciente la inversora argentino-coreana
Rebeca Hwang. La empresaria e ingeniera del MIT creó años atrás un fondo que
aprovechó la "falla de mercado" de la discriminación por género (cómo
los inversores subvalúan las propuestas de valor presentadas por mujeres). La
misma lógica puede aplicarse a proyectos de personas de mediana edad o adultos:
"El mejor miembro que tomamos para un proyecto para este año tiene
63", cuenta Sebastián Inchauspe, experto en innovación. "Además de
discriminadora, esta visión promedio es muy ignorante", dice el company builder Alex Contreras.
Según un estudio realizado por la asociación civil Diagonal,
en la Argentina la mitad de las búsquedas excluyen a las y los postulantes de
menos de 35 y más de ocho de cada diez dejan de lado a los de 45 o más.
"La mitad de los avisos tienen especificidades discriminatorias de edad y
muchas veces parecen segmentos establecidos al azar", dice el
relevamiento. "¿Por qué se piden trabajadores de 24 a 28 años y no de 25 a
29?"
Si la diversidad es un gran determinante del éxito en los
procesos creativos, entonces hay algo que la industria creativa por excelencia,
la de la publicidad, está haciendo mal. El sector promueve una "doble
Nelson" de discriminación (etaria y de género): los departamentos creativos
de las grandes agencias tienen una mayoría abrumadora de varones jóvenes.
En un posteo publicado en el blog The Ad Contrarian a principios de abril, titulado The Age of
Creativity (juego de palabras en inglés con los conceptos de "edad" y
"era"), Robert Hoffman da estadísticas al respecto para los Estados
Unidos: mientras que 42% de la población en ese país tiene más de 50 años, solo
6% de los empleados de agencias están en esa franja etaria. Y el porcentaje cae
casi a 0% en los departamentos creativos.
¿Hay una correlación entre edad y creatividad?, se pregunta
Hoffman. Si existe, es una correlación inversa, sostiene luego de repasar la
edad de recientes galardonados por Oscar, Emmy, Grammy o Pulitzer. "La
gente de más de 50 parece que no es lo suficientemente creativa como para idear
un puto banner, pero sí lo suficiente
como para dominar los Nobel de Literatura, Oscar y Emmy. Les garantizo que
ninguno de ellos pasaría un test de admisión de un departamento de RR.HH. de
una agencia publicitaria", provoca Hoffman.
Según una nota sobre este tema publicada en Campaign semanas atrás, "la
juventud es malinterpretada por empleadores como un atajo a expertise
digital", y esto no es necesariamente así. Hay una explicación económica
no trivial por detrás de este fenómeno: en una industria con márgenes en
declive, la "frescura" de tomar pasantes que recién terminan sus
estudios es una excusa para precarizar y reducir el gasto en salarios.
Nada que no haya descubierto en su momento el economista de
Chicago David Galenson. En su último reportaje con la nación, Galenson contó:
"Es increíble cómo se discrimina en este aspecto contra las personas
adultas. Si yo dijera que los hombres son más creativos que las mujeres, o que
los blancos son más creativos que los negros, seguramente perdería mi trabajo.
Sin embargo, hay psicólogos muy respetados de universidades de prestigio que
continúan asegurando que la creatividad está directamente asociada a la
juventud".
El mito de la "genialidad precoz" está muy
instalado en círculos académicos desde 1953, cuando el psicólogo Harvey Lehman
publicó en los Estados Unidos un trabajo pionero sobre "Edad y
logros", en cual sostenía que en algunas disciplinas, como la poesía o las
matemáticas, el período de "explosión creativa" rara vez se da
después de los veintipico. Además del "impulso" y la energía de la
juventud, la hipótesis de una relación negativa entre la edad y la creatividad
se sostiene en sesgos mentales que se van petrificando con el tiempo, en una
mayor aversión al riesgo a medida que se suma la carga de mantener una familia
y en instituciones y fuerzas del establishment
que van "encauzando" a los artistas y les liman sus rasgos de
originalidad.
Desde hace casi dos décadas, Galenson viene combatiendo esta
visión. En su libro Viejos maestros y
jóvenes genios: los dos ciclos de vida de la creatividad artística, relevó
la vida de cientos de artistas y descubrió que quienes dan lo mejor en la
adultez tienen una aproximación muy distinta a la de los cambios radicales que
proponen los "jóvenes genios": su trabajo reposa en la prueba y
error, en el mejoramiento de la técnica, que lleva a resultados más sostenibles
y consistentes. Efecto Alfred Hitchcock, Mark Twain, Paul Cezanne o como quiera
llamársele.
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