En los últimos 25 años hemos aprendido más sobre el funcionamiento de nuestro cerebro, que
en toda la historia de la humanidad. Los nuevos hallazgos nos brindan verdades
reveladoras no solo para ciencias como la medicina, sino para las ciencias
sociales y administrativas.
Tecnologías como las resonancias magnéticas, las tomografías
computarizadas y los electroencefalogramas nos han permitido conocer las
reacciones del cerebro ante temas que parecían intangibles como las emociones,
la culpa, la justicia o la ética. Estos hallazgos son absolutamente valiosos
para el ejercicio del liderazgo, en
cualquier ámbito que se desarrolle.
Hablar hoy de neuroliderazgo
cobra todo el sentido, al aplicar herramientas que permitan desarrollar líderes
más conscientes, inspiradores e influenciadores positivos, gracias al uso
efectivo de su cerebro. En este artículo aprovecharé estos hallazgos para
brindar 3 claves que potencializan las
habilidades de cualquier líder.
Hallazgo 1: El dolor
físico y el social tienen activación cerebral similar.
Para nuestro cerebro es prácticamente lo mismo sentir el
golpe de una caída, que el rechazo social de un grupo, o por lo menos
procesamos esta información en el mismo lugar. La clave está en el
reconocimiento constante que usted brinde a sus colaboradores y el sentido de
pertenencia que pueda generar en ellos hacia el equipo. Las personas sienten la
necesidad de hacer parte de algo o de un todo, esta misma realidad sucede en
las organizaciones, aquellos colaboradores que perciben que sus acciones hacen
parte de una meta común o de los resultados de la organización, trabajarán con
mayor motivación.
Hallazgo 2: El
cerebro es capaz de modular o cambiar la fuerza de las conexiones entre
neuronas.
Esta cualidad se conoce como plasticidad cerebral y es el
resultado del nivel de estimulación que haya recibido una conexión neuronal.
Este hallazgo nos indica que el cerebro puede crear nuevas conexiones
neuronales pero también nos indica que las redes neuronales que han sido fortalecidas a lo largo del tiempo
generan conductas automáticas en las personas difíciles de cambiar. El cerebro
humano tiene aproximadamente 80.000 pensamientos diarios de los cuales mas de
60.000 son exactamente iguales día a día.
Si el líder espera cambios de conducta en sus equipos debe
activar la conciencia para cambiar. En este sentido, el líder puede generar
conversaciones con su equipo utilizando
preguntas mas que respuestas y de esta manera activar la conciencia de cada miembro. Cuando el líder gerencia con
respuestas, los seguidores aprender a hacer caso, cuando el líder gerencia con
preguntas, sus colaboradores generan mayor nivel de conciencia para cambiar.
Hallazgo 3: Las
emociones son generadas por neurotransmisores, como respuesta a estímulos del
ambiente y tienen un alto impacto en nuestros comportamientos.
Existe una gran variedad de neurotransmisores que activan
células motoras de nuestro cuerpo, generando una amplia gama de
comportamientos. Conocer las emociones que sentimos ante determinados estímulos
puede modificar nuestros patrones de respuestas. Investigaciones como la del NeuroLeadership Institute, concluyen
que hormonas como la testosterona y el cortisol tienen un alto impacto en los
niveles de agresividad y estrés que maneja el líder. En esencia, el líder se
convierte en un alquimista que puede modificar sus emociones y las de su equipo
en función de las necesidades de la organización, para lo cual debe desarrollar
una alta capacidad de observación, de tal manera que genere las emociones
correctas.
Hallazgo 4: el estrés
es necesario para que nuestro cerebro funcione.
Existe una fuerte correlación entre el nivel de estrés y el
desempeño. Distintos descubrimientos ratifican el concepto de flujo presentado
por Mihaly Csikszentmihalyi, en donde el nivel óptimo de desempeño se presenta
cuando tenemos un nivel óptimo de estrés
positivo (también llamado eustrés) que esencialmente quiere decir, cuando
nuestro cerebro segrega la cantidad correcta de hormonas de cortisol y
adrenalina, principalmente.
Con poco estrés nuestro cerebro se comporta de forma muy
similar a cuando tenemos alto estrés: distraído, desorganizado, desfocalizado y
olvidadizo; con poco estrés nos relajamos más de lo necesario y entramos en la
zona de confort. Con alto estrés nuestra percepción de amenaza es muy fuerte y
nos impide actuar con mayor habilidad racional y cognitiva.
La cantidad adecuada de cortisol y adrenalina, junto con la
dopamina, facilita la vinculación, el entusiasmo y la motivación para actuar y
hacer las cosas con eficiencia. Este estado es conocido como “flow” o “estado
de flujo”. El papel del líder es clave para ayudar a otras personas a entrar en
flujo. Tenga en cuenta estas 3 claves:
- Asigne tareas y funciones no solo basado en habilidades sino también en gustos o talentos personales.
- Asigne tareas que tengan un nivel adecuado de exigencia, pero por encima de lo acostumbrado (“subir la vara” un poco cada vez). Se debe verificar que la exigencia sea retadora pero realista.
- Asigne tiempos adecuados para estas tareas: demasiado tiempo puede llevar a las personas a relajarse más de la cuenta y muy poco tiempo las puede conducir al otro extremo.
Para finalizar tenga en cuenta: cada persona es un mundo
diferente y su cerebro también lo es. El
neurolider es capaz de influir en todo tipo de personas porque entiende cómo
funciona su mente y cómo influencia en la de las demás. Aquellas personas
que logran dominar la mente, dominan las emociones primitivas del cerebro y por
ende tendrán más posibilidades de influir en otros de manera más efectiva.
Libros que le ayudarán a ampliar su conocimiento como
neurolider:
- Brain Rules, John Medina
- El placebo eres tu, Joe Dispenza
- El viaje al poder de la mente, Eduardo Punset
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