Para qué vale tu
currículo (si es que sirve). Qué parte de 'El Quijote' te gusta más y otras
preguntas trampa. 10 preguntas básicas (y 1 pregunta trampa) de toda entrevista
de trabajo.
La sinceridad y la
honestidad son fundamentales para empatizar con el entrevistador.
Lanzar tu currículo a la red, hacer 'networking' real y
virtual y comunicar a los cuatro vientos que estás buscando empleo es el primer
paso, pero lo que te abrirá las puertas para acceder a un puesto es la
entrevista. Éstas son las pistas para superarla con nota.
El puesto es suyo" marca el punto final de una
entrevista de trabajo. La frase es la culminación de un proceso que ha
finalizado con éxito. Las redes sociales y las nuevas tecnologías aún no han
sustituido el cara a cara entre reclutador y candidato. Es la prueba de fuego,
el momento decisivo que confirma que profesional y empresa encajan como las dos
últimas piezas de un puzle. Si importante es tener un buen historial académico,
una trayectoria brillante y una carta de presentación excepcional -la
creatividad de un videocurrículo ha abierto las puertas del mercado laboral a
los más imaginativos-, el cara a cara es insustituible. El qué, cómo, cuándo y
por qué lo cuentas se valora más que todo lo anterior. Aunque los expertos en
selección destacan la objetividad como una de las virtudes intrínsecas a su
puesto, reconocen que la empatía con la persona que tienen en frente es
decisiva... para bien y para mal, porque no siempre se acierta. Por todas estas
razones y porque la honestidad -con el beneficio de la duda- se presume en
todos los candidatos, estas pistas te ayudarán a salir airoso de la fatídica
entrevista laboral.
Puntualidad
Cíñete escrupulosamente a la hora de la cita. Llegar
excesivamente pronto no da buena imagen, pero siempre es mejor que llegar
tarde. Para evitar que un contratiempo inesperado te juegue una mala pasada,
confirma las coordenadas exactas del lugar de la entrevista -dirección,
edificio, piso...- y el procedimiento para acceder a las instalaciones.
Pregunta sobre cómo llegar y, si tienes que ir en coche, asegúrate de que es
fácil aparcar. Solicitar una plaza de párking en primera instancia puede que no
resulte adecuado, tiempo habrá de negociarlo cuando el puesto sea tuyo.
Llegada
Aunque no es lo habitual, no descartes que hayas sido
convocado a la vez que otros candidatos. Coincidirás con ellos en la sala de
espera. Evita dar muchas pistas sobre tu candidatura, cuándo te llamaron y en
qué fase de la selección te encuentras, pero desde la cordialidad. Puede que
alguno de ellos sea tu futuro compañero de trabajo y no conviene hacerse
enemigos ni generar prejuicios innecesarios. Hablar en exceso o no abrir la
boca te puede perjudicar por igual. Muéstrate afable.
Enfatiza sobre lo que quieres
ahora y a lo que aspiras;
recurre al pasado sólo como punto
de partida
Saludo
Un apretón de manos es más que suficiente en las
presentaciones. Si te sudan las manos no te angusties, le pasa a mucha gente y
no se suele tener en cuenta. Al contrario de lo que se piensa, denota que somos
humanos y que ciertas situaciones estresan. Si en la conversación demuestras
seguridad, aplomo y tranquilidad, pronto empatizarás con el entrevistador y ese
apretón de manos será historia.
Saber estar
No dejes que los nervios se apoderen de ti. El entrevistador
te conoce más que tu él. Seguro que tú has buscado referencias de la empresa y
de la persona con la que te vas a encontrar, pero el reclutador, además, ha
leído tu historial, ha buceado en las redes sociales y, según el puesto al que
aspires, ten la certeza de que ha solicitado más de una referencia para
comprobar tu formación, experiencia y habilidades. Tienes la oportunidad de
demostrar que eres comunicativo y posees don de gentes, dos capacidades de las
que todos los candidatos presumen en su currículo y que sólo unos pocos poseen.
Orden y estructura
Si das con un reclutador experto, lo más probable es que
opte por llevar cierto orden en las cuestiones. Tampoco está de más que lleves
preparadas las respuestas a las preguntas típicas para valorar tu experiencia
profesional o comprobar que la formación que esgrimes en tu historial es la
correcta. Si presumes de que dominas el inglés o cualquier otra lengua, no
descartes que te hagan varias preguntas en los idiomas que 'controlas'.
Recuerde que quien manda en este cara a cara es el entrevistador. Él decide qué
y cómo preguntar cuándo termina la entrevista. En tu mano está responder de
forma precisa y tratar de llevar la conversación a tu terreno sin que se note
demasiado. Ser políticamente persuasivo es la clave.
Presente y futuro
El hoy y el futuro deben prevalecer. El pasado no existe más
que como referencia. Es probable que te pregunten por tu experiencia, pero
trata de darle la vuelta, de tomarlo como punto de partida para demostrar que
ahora estás preparado y ése es el punto de partida para un futuro profesional
que acometes con muchas ganas.
Diez preguntas que
pueden sacarte de tus casillas
¿Qué significa para
ti el trabajo? No fuerces la respuesta. Piensa en términos profesionales,
un trabajo es un medio para tu desarrollo.
Destaca un logro
profesional. Menciona aquello que te hizo sentir mejor. El entusiasmo
fluirá solo y aumentará tu empatía con el entrevistador.
Cuéntame lo último
que hayas aprendido. En términos laborales y personales. Si algo que leíste
te ayudó a ser mejor persona, menciónalo.
¿Qué puedes aportar a
la empresa frente a otro candidato? Aprovecha para mencionar tus aficiones
y tus inquietudes profesionales.
¿Por qué quieres
trabajar en esta empresa? Si lo que más te gusta es la marca, la ubicación
o la gente dilo, todo vale si te hace más creíble.
¿Qué situaciones te
hacen sentir incómodo? En el caso de que sea esta entrevista, no te cortes
en decirlo, el entrevistador lo agradecerá.
¿Cuáles son tus
pretensiones económicas? Lleva pensada una cifra, es una de las pocas
ocasiones en las que puedes negociar tu sueldo.
¿Cuál fue tu último
fracaso y cómo lo superaste? Sin tapujos. Explica qué te pasó y haz
hincapié en cómo lo solucionaste y qué aprendiste de ello.
¿Por qué has decidido
cambiar de trabajo? Tanto si te han despedido como si te has ido por
decisión propia, explica las circunstancias que te han llevado a esa situación.
¿Cuál es tu jefe
ideal? Procura huir de los tópicos. Sólo piensa en un jefe que posea las
virtudes de tu mejor profesor, aquel que nunca olvidarás.
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