Si bien la
investigación todavía está evaluando si el diseño de oficina afecta
directamente a la productividad laboral de los empleados, los directivos de las
empresas todavía se deben de enfrentar al rediseño de sus actitudes como
líderes, con el fin de mantener sus equipos funcionando con eficacia, más allá
de la arquitectura en que trabajan.
Contar con una
oficina de concepto abierto no es la clave del éxito. Es cierto que cada
vez más estudios señalan que este tipo de espacios favorecen la comunicación,
sin embargo, otros la describen como nociva, a la hora de ayudar a los
empleados a individualizar su concentración en torno a sus tareas. Entonces, ¿cuáles son los parámetros que ayudan a
dirigir a las empresas hacia el camino de la productividad? Pues según un
artículo publicado en Fast Company,
a través de la combinación de las tareas de liderazgo de los CEO con los
conceptos de oficinas abiertas.
No ser una autoridad
en el espacio de trabajo
Es cierto que el exceso de ruido en estos escenarios puede
llegar a ser caótico si no se tiene un cierto control, sin embargo, cómo
líderes, debemos evitar caer en la
figuras de control férreo en cuanto a las actitudes y niveles de bullicio.
Las oficinas no mantienen niveles constantes de ruido. Las conversaciones llegan en oleadas y
ser capaces de discernir cuándo es necesaria una intervención y cuándo no,
resultará imprescindible a la hora de generar
un ambiente dinámico de trabajo, sin crispaciones ni malos entendidos.
Por otro lado, es
importante entender que no toda
conversación casual es necesariamente improductiva. Según destaca Fast Company, varias investigaciones
han encontrado que la lluvia de ideas improvisadas surge más fácilmente en
ambientes ligados a la espontaneidad e informalidad.
Dar espacio a los
empleados
Según algunos expertos, algunas de las mejores ideas provienen de una combinación de pensamientos en grupo
y un enfoque individual. Puede parecer obvio, pero el reto para los líderes
reside en resistirse a dictar los
tiempos y duración de cada tipo de pensamiento de sus empleados, con el fin
de dar espacio a la gente para que colaborare en base a sus propios términos.
Por otro lado, a veces, los trabajadores de una oficina
abierta se sienten vinculados a sus escritorios, a la vista de todos sus
compañeros. Los directores de equipo deben animar
a las personas a hacer uso de cualquier otro elemento, dispuesto en otros
espacios que han creado alrededor de la oficina, con el fin de evitar el
establecimiento de una norma fija cultural ligada al trabajo.
Crear encuentros
Uno de los errores
más comunes es pensar que, como se dispone de espacios abiertos, la
comunicación fluye en todas las direcciones, abarcando a todos los equipos y
áreas de trabajo. No es cierto. El flujo
de la comunicación no debe parar y, por ello, es importante crear eventos
especiales de reunión -de tipo desayuno o almuerzo- que permitan a los CEO
asegurarse de que el mensaje -con los éxitos y fracasos de la empresa- están
siendo transmitidos a la globalidad de la empresa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario